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La prima de riesgo de España cae por debajo de 60 puntos, un mínimo de 2021, por el pacto en Alemania para gastar más

La prima de riesgo de España cae por debajo de 60 puntos, un mínimo de 2021, por el pacto en Alemania para gastar más

El diferencial entre el interés que se exige en los mercados a la deuda de nuestro país y el de la germana se estrecha por la subida del 'Bund'

Los conservadores y los socialdemócratas alemanes pactan relajar las normas de la deuda para aumentar el gasto en defensa

Quien nos ha visto, y quien nos ve. La prima de riesgo de España ha caído este miércoles por debajo de los 60 puntos básicos, un mínimo de principios de 2021, cuando el Banco Central Europeo (BCE) intensificó como nunca la creación de dinero para comprar bonos de los países de la eurozona y evitar una nueva crisis de deuda tras el shock de la COVID.

Ahora, con el BCE en retirada de los mercados financieros desde mediados de 2022, el diferencial entre el interés que los inversores exigen en los mercados financieros a la deuda de referencia de nuestro país (3,3% para el bono a 10 años) y el de la alemana (2,7% aproximadamente para el 'Bund') se ha estrechado.

La razón más inmediata es el pacto entre conservadores y socialdemócratas tras las últimas elecciones en el gran estado de la ortodoxia (el pagador europeo más fiable) para aumentar el gasto público en defensa. De fondo, aparecen otras necesidades de inversión por el estancamiento de la economía, y principalmente de la industria, y por la guerra comercial. Mientras, España es la gran economía de la UE que más crece y sigue reduciendo sus desequilibrios fiscales (déficit y endeudamiento).

La prima de riesgo refleja precisamente eso. Cuánto de fiable eres como país respecto a Alemania a la hora de devolver la deuda. Es una vara de medir que en la crisis del euro posterior al estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008 llegó a dispararse para España hasta los 600 puntos básicos —nuestro bono llegó a acercarse al 8% en julio de 2012—, provocando el rescate de los bancos y la intervención de nuestra soberanía económica por parte de la 'troika' (Comisión Europea, FMI y BCE).

La foto es hoy totalmente diferente. Muchos dogmas de entonces sobre el gasto público y las consecuencias de la austeridad han caído, y nuestro país es la excepción positiva más destacada en la eurozona ante la debilidad de Alemania, y las incertidumbres que rodean a Francia y a Italia. La primera señal importante en este sentido fue que España comenzó a pagar menos por su deuda de referencia que nuestros vecinos galos desde finales de septiembre de 2024. Algo que no pasaba precisamente desde 2008, cuando nuestra economía estaba hinchada artificialmente.

Estos hitos financieros no responden ahora a una burbuja, sino que son el resultado de la suma de una transformación estructural de la economía de España por las políticas desplegadas desde 2020 por los gobiernos de coalición y de, en contraste, un periodo de mayores incertidumbres políticas y económicas en el resto de la eurozona.

Un nuevo rol de España en los mercados financieros

Una de las claves es que, desde hace meses, los inversores extranjeros están reemplazando al BCE como principales compradores de deuda de España, atraídos por el destacado crecimiento económico de nuestro país y por una mayor reducción de los desequilibrios fiscales respecto a Italia y a Francia.

Los fondos, bancos, aseguradoras y minoristas de más allá de nuestras fronteras han elevado su peso en 5,1 puntos porcentuales del total en la tenencia de bonos (deuda a medio y largo plazo) de España desde mayo de 2022, hasta alcanzar el 45,1% a cierre de 2024.

Desde entonces, el BCE ha retrocedido 7,1 puntos su peso, hasta quedarse por debajo del 30% del total. Los dos puntos de diferencia los han cubierto inversores nacionales, sobre todo bancos, según los datos oficiales del Tesoro recogidos por el último 'Observatorio de deuda' de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).

El BCE, a través del Banco de España, llegó a rozar el 37% de la tenencia de bonos de España en 2021. En 2020, la institución monetaria intensificó la política de 'creación' de dinero y adquisición de deuda de los países de la eurozona para favorecer la recuperación económica y para evitar una crisis del euro, ante el extraordinario esfuerzo en el gasto público —que disparó el déficit público y, por tanto, las necesidades de financiación— que exigió la pandemia.

A mediados de 2022, el BCE puso fin a esta política de compras de deuda soberana como parte de la estrategia para luchar contra la inflación, junto a las subidas de los tipos de interés oficiales. El objetivo era retirar liquidez del mercado, elevar los costes de financiación y, en definitiva, frenar el consumo, la inversión y la actividad en general y moderar así las subidas de precios.

Este proceso de austeridad monetaria lo han sufrido familias, empresas y Estados, pero en el caso concreto de España, como país “emisor”, el apetito de los inversores extranjeros por nuestra deuda ha amortiguado ese encarecimiento, conteniendo la carga de intereses a la que hacemos frente cada año respecto al PIB.

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