La Fuerza Naval brasileña inició los requerimientos para que 30 navíos de diez países extranjeros rindan declaraciones en el marco de las investigaciones que se adelantan por el derrame de toneladas de petróleo, que han llegado a 132 playas de Brasil y que amenazan la fauna de la región.
El gigantesco derrame de crudo, cuya primera aparición se detecto a comienzos de septiembre, ya afecta las playas de 63 municipios en nueve estados del nordeste brasileño, causó la muerte de al menos doce tortugas y amenaza a cientos de especies animales, según expertos.
Como parte de la investigación que se adelanta por estos hechos, la Armada brasileña decidió notificar a 30 navíos petroleros de diez países extranjeros para pedir explicaciones por el derrame de crudo.
"La Marina entrará en contacto con las autoridades competentes de los países de estas banderas, con la Organización Marítima Internacional y con la Policía Federal, para aclarar todos los hechos", señaló la entidad en un comunicado.
Según una investigación preliminar de la petrolera estatal Petrobras, el origen del petróleo derramado "no era brasileño".
No obstante, esta semana el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, dijo que se tenían indicios de que se trataba de petróleo venezolano derramado de un navío extranjero, lo que fue negado por el país vecino, que acusó a Brasil de lanzar informaciones "infundadas".
Sobre el tema, el presidente, Jair Bolsonaro, en varias declaraciones públicas ha evitado especificar cuál es el país de origen del crudo derramado, y su ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, reiteró este jueves que las investigaciones todavía no son concluyentes.
De acuerdo con la Armada, desde el pasado 2 de septiembre, fecha en la que se detectó por primera vez la aparición del crudo en playas brasileñas, se han movilizado a las zonas afectadas 1.583 militares, actividades que han contado con el apoyo del Ministerio de Defensa, el Ejército e instituciones estadounidenses.
Según expertos, las toneladas de crudo encontradas en las aguas del Atlántico brasileño amenazan a cientos de especies animales, algunas de ellas en peligro de extinción, como el manatí marino, y pueden incluso contaminar la cadena alimenticia y ser nocivas para el ser humano.