La deuda pública española en manos de inversores extranjeros se redujo ligeramente en julio respecto al mes anterior hasta los 463.960 millones de euros, apenas un 0,8 % menos que los 467.854 millones del récord alcanzado en junio, en el que es el primer descenso registrado desde octubre de 2018.
Según los datos del Tesoro Público, tras evolucionar de forma sostenida al alza en julio de este año, el apetito de los inversores extranjeros por la deuda pública española ha sufrido un parón, aunque aún es pronto para hablar de un cambio de tendencia.
Un año antes, en julio de 2018, la cifra alcanzaba los 421.735 millones de euros, 46.119 millones menos que en julio de este año o un 10 % menos.
El interés de los inversores extranjeros por la deuda española obedece a varias razones, según los expertos consultados; entre ellas, el traspaso de grandes cantidades de renta variable a renta fija que están llevando a cabo los grandes fondos de inversión ante la debilidad de las bolsas.
Asimismo, el hecho de que la rentabilidad de los bonos alemanes, considerados los más seguros, se encuentra en mínimos, hace que los inversores opten por la deuda de países que aún se consideran seguros pese a la incertidumbre política y que vamos a las cuartas elecciones en cuatro años.
Desde 2012, el volumen de deuda pública española en manos foráneas ha crecido cada año sin interrupción, desde los 223.741 millones de euros de aquel año; de media, los inversores no residentes poseen un 40 % del total, porcentaje que en julio de 2019 se situaba en el 46,65 %.