El grupo aeronáutico estadounidense Boeing reconoció este viernes el esfuerzo de los investigadores de Indonesia, que han considerado determinantes en el accidente del avión 737 MAX 8 de octubre de 2018 los errores de diseño y el proceso de certificación, y aseguró que ha hecho "cambios" en su software para que "nunca vuelva a suceder".
El consejero delegado de Boeing, Dennis Muilenburg, reaccionó en un comunicado al informe final de la Comisión Nacional de Seguridad del Transporte de Indonesia (KNKT) y señaló que "el 737 MAX y su software están experimentando en todo el mundo un nivel sin precedentes de supervisión, prueba y análisis regulatorio".
Entre los cambios, declaró que el "aspecto más importante" es el rediseño del "modo en que los sensores del ángulo de ataque (AoA) interaccionan con el software de control de vuelo" (MCAS), que "evitarán que se vuelvan a producir las condiciones" en que se produjo el accidente.
Boeing explicó que en el futuro el MCAS "comparará la información de ambos sensores AoA antes de activarse, lo que agrega un nivel de protección adicional".
Además, el software solo se activará si ambos sensores "emiten los mismos datos, se activará sólo una vez en respuesta a datos AoA erróneos, y estará sujeto siempre a un límite máximo que puede anularse con la columna de control", desgranó la firma.
Las autoridades indonesias han publicado en las últimas horas su informe sobre el accidente del vuelo 610 de Lion Air, que dejó 189 muertos, y han explicado que "Boeing asumió que la dependencia del MCAS en un solo sensor era suficiente para cumplir con los requisitos de certificación", pero el sistema era "vulnerable".
El informe concluyó que la Administración Federal de Aviación (FAA), organismo estadounidense que dio el visto bueno al diseño de los 737 Max y al sistema automático MCAS, basó su decisión en suposiciones equivocadas.
Los fallos en el diseño se agravaron por la falta de información que tenían los pilotos sobre el sistema de control de vuelo y los errores en el mantenimiento de la aeronave por parte de Lion Air, según el informe.
En su reacción, Boeing dijo tener en cuenta esa información y reiteró que desde el accidente el avión se ha sometido a "cientos de sesiones de simulador y vuelos de prueba, análisis regulatorio de miles de documentos, revisiones por parte de reguladores y expertos independientes y amplios requisitos en materia de certificación".
Agregó que está actualizando los manuales de la tripulación y la formación de los pilotos, y que "sigue trabajando" con la FAA y los reguladores internacionales para certificar la mejora del software y el programa de formación, lo que le permitirá devolver con seguridad los aviones al espacio aéreo.
En marzo de este año, un segundo accidente del mismo modelo de avión en Etiopía, en el que murieron 157 personas, sumió a Boeing en una crisis histórica que ha implicado la prohibición de vuelos de los 737 MAX y la congelación de las entregas.
Muilenburg, el máximo ejecutivo de Boeing, trasladó hoy de nuevo su "sincero pésame" a las víctimas del accidente y a la aerolínea Lion Air, de la que dijo valorar la "relación duradera" que las une y deseó "continuar trabajando juntos en el futuro".