El 47,6 % del área rural ocupada en Brasil, uno de los mayores productores de alimentos del mundo, la acapara el 1 % del total de propiedades del país en el campo, según el amplio censo en las áreas rurales realizado por el Gobierno en 2017 y cuyos resultados finales fueron divulgados este viernes.
De acuerdo con los datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), Brasil contaba en 2017 con 5,07 millones de establecimientos agropecuarios, un número en un 2,0 % inferior al de 2006, cuando se realizó el anterior inventario, pero el área ocupada por los mismos creció un 5,8 % en el período, hasta 351,3 millones de hectáreas.
El área rural ocupada en Brasil equivale al 41 % de la extensión territorial del país (851,5 millones de hectáreas).
De los 5 millones de establecimientos, tan sólo 51.203, es decir el 1 %, contaban con más de mil hectáreas. Pero esas pocas propiedades acaparaban el 47,6 %, casi la mitad, de las 351,3 millones de hectáreas de tierras ocupadas en el país.
Los números del censo reflejaron no sólo las tradicionales desigualdades sociales y de concentración de renta y propiedad en Brasil sino también un agravamiento de las mismas, ya que el área ocupada por el 1 % de las mayores propiedades en 2006 era equivalente entonces al 45 % del total.
En once años el número de establecimientos con más de mil hectáreas aumentó en 3.625 pero el área que ocupan se expandió en 17,08 millones de hectáreas, lo que elevó el área promedia de cada una de estas grandes propiedades rurales desde 3.155,7 hectáreas en 2006 hasta 3.265,9 hectáreas en 2017.
En contrapartida, el 50 % de los 5 millones de establecimientos de Brasil en 2017 tenía menos de diez hectáreas y tan sólo se extendía por el 2,3 % del área rural ocupada.
La participación de los establecimientos de entre 100 y 1.000 hectáreas en el total del área rural ocupada en Brasil cayó desde el 33,8 % en 2006 hasta el 31,9 % en 2017, y la de los que tienen menos de mil hectáreas se redujo del 21,2 % hasta el 20,4 % en el mismo período.
De acuerdo con el censo, el 77 % de los establecimientos rurales de Brasil (3,9 millones) era destinado a la agricultura familiar, pero tan sólo contaban con 80,9 millones de hectáreas, es decir el 23 % del total, en la que respondían por el 23 % de la producción agrícola del país.
En 2006 los agricultores familiares eran 4,4 millones, el 84,4 % del total.
El estudio mostró que, como consecuencia tanto de la concentración de las propiedades como de la adopción de tecnologías en la agricultura, el número de brasileños trabajando en el campo cayó desde 16,6 millones en 2006 hasta 15,1 millones en 2017, que corresponden al 16,5 % de la población ocupada en el país.
Mientras que en 2006 tan sólo un 12,7 % de los establecimientos era comandado por mujeres, ese porcentaje saltó al 18,7 % en 2017, cuando se contabilizaron 946.000 productoras y otras 817.000 que compartían el comando de las fincas con sus maridos o compañeros.
La mecanización de la producción en el campo explicó en parte esa reducción, ya que el número de tractores en el país saltó en un 49,9 %, hasta 1,22 millones de unidades en 2017, distribuidos en 734.000 establecimientos.
Esa mecanización hizo con que, pese a que el área plantada casi no aumentó, la productividad se elevara significativamente. La productividad de la soja en Brasil, por ejemplo, saltó de 2.500 kilos por hectárea en 2016 a 3.300 kilos por hectárea y la de maíz de 3.500 kilos a 5.500 kilos.