El primer ministro portugués, el socialista António Costa, anunció hoy una subida del salario mínimo y avance en reformas estructurales entre las líneas básicas de la nueva legislatura y apeló al diálogo con la izquierda para garantizar la estabilidad de un Ejecutivo que gobernará en minoría.
El salario mínimo, ahora en 600 euros, llegará a los 750 en 2023, al final de la legislatura, mediante subidas anuales progresivas "en función de la dinámica del empleo y del crecimiento económico", dijo Costa durante su discurso de toma de posesión.
Si el objetivo se cumple, apuntó, desde que asumió el poder, en 2015, el salario mínimo en Portugal pasaría de 505 a 750 euros, una subida próxima al 50 %.
El primer ministro anunció también que profundizará en reformas estructurales pendientes, como la Sanidad, y avanzó el cierre de la central termoeléctrica de Pego en 2021 y de la producción en la central de Sines, en 2023.
Repasó las grandes prioridades de su nuevo Gobierno centradas en la atención al cambio climático, la transición digital, el problema demográfico y la desigualdad.
Todo ello sin olvidar el objetivo de reducir la deuda al 100 por ciento del producto interior bruto (PIB) y sin disparar el déficit público, dijo.
Para lograrlo, Costa se ha rodeado de un Gobierno reforzado, con 19 ministros y 50 secretarios de Estado, el más grande de la última etapa democrática de Portugal.
Un equipo que tendrá que volcarse en las negociaciones con la izquierda para garantizar la estabilidad, la palabra más repetida hoy por el primer ministro, que enfrenta el nuevo curso político con un gobierno en minoría.
El diálogo, adelantó, no se limitará a la izquierda: "Portugal precisa de una democracia viva, con un Gobierno estable y una oposición de derechas que se constituya como alternativa".
Una "dinámica de diálogo" que Costa quiere ampliar a los ciudadanos, organizaciones sociales, sindicatos y empresas.
"Será un gobierno de diálogo y cooperación, abierto a la sociedad y próximo a los portugueses".