La unión bancaria de la zona euro se puso en marcha durante la crisis, en 2012-13, como ha recordado el comisario de Finanzas, Pierre Moscovici. El proyecto constaba de tres patas: un nuevo supervisor bancario; un mecanismo europeo de resolución y la garantía de depósitos. Los dos primeros existen; el tercero se encontraba en respiración asistida por las reticencias de Alemania y la Nueva Liga Hanseática –Países Bajos, Irlanda y bálticos–.
El nuevo supervisor bancario europeo es la herramienta del BCE para supervisar los bancos nacionales, los 130 mayores bancos de la zona euro y realizar los test de estrés que prevengan contra entidades bancarias no saneadas, como las que cayeron como un castillo de naipes en los años más duros de la crisis.
Eso ya está. Igual que ya está el Mecanismo Europeo de resolución, es el organismo con potestad para rescatar entidades o liquidarlas: es el encargado de poner en marcha en los Estados miembros participantes la directiva de recuperación y resolución bancaria, marco legal para la recuperación y resolución de entidades de crédito y empresas de servicios próximas a una situación de inviabilidad.
Pero falta el tercero, "en respiración asistida", como se dice en Bruselas, y que este jueves en el Eurogrupo ha recibido un "nuevo ímpetu", con la esperanza de que en diciembre se apruebe un calendario para las discusiones políticas y dejar atrás las técnicas, la maraña en la que estaba encerrado por la negativa de Alemania y los hanseáticos.
El sistema común de garantía de depósitos, el EDIS, es la pata que tiene que ver con el dinero de la gente, con sus ahorros, con garantizar sus cuentas corrientes de los vaivenes de la entidad bancaria. Es decir, con la parte más débil del sistema bancario.
¿Y qué ha pasado este jueves? Que en la víspera Alemania ha decidido desbloquear la discusión, y entrar al debate, cosa que hasta ahora no había pasado.
"En 2012-13 había tres pilares", ha reconocido Moscovici, "nos falta el tercer pilar, el EDIS, y está bien abrir hoy el debate. Se espera una hoja de ruta para diciembre sobre las negociaciones. La Comisión Europea hizo su propuesta hace cuatro años, en octubre de 2017 propuso reducir el riesgo y compartir el riesgo teniendo en cuenta la solidaridad. El tono del debate de los Estados miembros y la actitud alemana ha sido un avance. Es bienvenido, podemos ser un poco más optimistas que antes. Esperamos ver cómo se puede introducir el EDIS en fases".
La ministra en funciones de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ha considerado a la entrada de la reunión del Eurogrupo que el paso dado por Alemania es "positivo" y "debe ser bienvenido".
En cualquier caso, recoge Europa Press, ha optado por distanciarse de la propuesta alemana de condicionar el fondo europeo de garantía de depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés) a un cambio de la calificación de la deuda pública, que dejaría de considerarse activo libre de riesgo y obligaría a los bancos a aumentar sus colchones de capital.
"Sobre el fondo europeo de garantía de depósitos y la aparente relación con la deuda soberana, se trata de dos cuestiones que en nuestra opinión no están relacionadas", ha subrayado la titular española de Economía.
Además, Calviño, informa Europa Press, ha subrayado la necesidad de progresar, de forma paralela, en la puesta en marcha de un "instrumento fiscal, bono o título de deuda" para el euro de forma que el papel internacional de la moneda única quede reforzado.
En cambio, sí que comparte la propuesta de Berlín de acompañar los avances en el EDIS con progresos en la creación de un base del impuesto de sociedades común y consolidada en la UE, con el objetivo de evitar una "competencia a la baja" entre los socios comunitarios.
En opinión de Calviño, el EDIS es "un instrumento imprescindible" para "culminar" la unión bancaria y para que los ciudadanos europeos "entiendan que la construcción del euro va en su beneficio y supone una mayor protección" de sus depósitos bancarios.