Atlantia, la empresa encargada de gestionar el puente Morandi de Génova (noroeste), que en 2018 colapsó causando 43 víctimas mortales, ya conocía desde 2014 que esta infraestructura estaba en "riesgo de derrumbamiento", según un documento encontrado en un registro de la empresa.
Los dirigentes de la concesionaria italiana Atlantia y de su empresa filial "Autoestrade per l'Italia", que gestionaba directamente el mantenimiento de este puente, habían negado hasta ahora tener conocimiento del peligro que corría el viaducto, algo que contradice el atestado, elaborado por la Oficina de Riesgos de la compañía.
Otros informes, encontrados en el mismo registro digital por la "Guarda di Finanza" (policía fiscal), muestran que desde 2014 hasta 2016 el puente Morandi estaba en "riesgo de derrumbe", pero esto cambia en 2017, cuando se habla de "riesgo de pérdida de estabilidad", según informa "La Repubblica".
Los primeros trabajos de consolidación del puente se propusieron solo en febrero de 2018, con la previsión de que se iniciaran en el otoño de ese año, algo que no llegaría a ocurrir porque el viaducto cayó el 14 de agosto.
Esta revelación llega después de otro documento, realizado por asesores contratados por Autostrade, que en otoño de 2017 había advertido a la empresa del deterioro de algunos materiales de la infraestructura y de la necesidad de una evaluación.
El director de Autostrade en Génova, Stefano Marigliani, había asegurado en octubre de 2017 a las autoridades municipales y a las de la región de Liguria, a la que pertenece Génova, que en ese momento el viaducto no presentaba "ningún problema estructural".
La Fiscalía de Génova inició tras el derrumbe una investigación para esclarecer las causas de la tragedia, que ya alcanza a 73 investigados, entre ellos directivos y exresponsables de la concesionaria Atlantia y sus filiales.