Un estudio realizado por economistas del Banco Central Europeo (BCE) asegura que los mercados de valores contribuyen más que los bancos a reducir las emisiones de dióxido de carbono.
El estudio, publicado este miércoles en la web del BCE, asegura que "las economías que reciben más financiación de los mercados de valores que de los mercados de crédito generan menos carbono".
Los autores, los economistas del BCE Ralph De Haas y Alexander Popov, consideran que "incrementar la cuota de financiación con acciones a la mitad en todo el mundo reduciría las emisiones de carbono agregadas per cápita un cuarto del compromiso del Acuerdo de París".
Por ello estos economistas piden más iniciativas para financiar a las empresas a través de acciones, que políticas cuyo objetivo sea descarbonizar la economía a través del sector bancario.
La mayor parte de la transición a una economía de bajo carbón deberá ser financiada por el sector financiero privado si se quiere lograr a tiempo los objetivos del clima internacionales, añade el estudio.
"Los mercados de valores son superiores a los bancos en descarbonizar la economía" y las economías generan menos emisiones de carbono per capita si reciben más financiación de los mercados de valores que de los mercados de crédito, consideran los autores.
Ello se debe a que los sectores empresariales más eficientes desde el punto de vista energético son más innovadores y se desarrollan más en países donde los mercados de valores están más desarrollados.
Además, los inversores en renta variable consideran que las empresas verdes van a sufrir menos las consecuencias de los desastres naturales y tendrán menos problemas legales y litigios.
Si un país quiere descarbonizar su economía, no sólo debería impulsar iniciativas de financiación de proyectos ecológicos, como los bonos verdes, sino que debería desarrollar sus mercados de acciones.
La inversión en capital puede estimular la innovación que lleva a adoptar tecnologías verdes.
Por ejemplo, sugieren que una simple medida podría ser reducir o eliminar los beneficios en los impuestos a favor de la deuda frente a las acciones, una reforma que está ya sobre la mesa de la Comisión Europea (CE) para avanzar en la unión de los mercados de capital.
También se podría exigir a los bancos que den información detallada del cumplimiento medioambiental de las empresas que financian.
O los países podrían introducir líneas de crédito verde, como ya han hecho China y Brasil, para animar a los bancos a prestar más a empresas que forman parte de la economía de bajas emisiones de carbono.