El presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Werner Hoyer, ha afirmado este lunes que España continúa teniendo un "problema importante" de desempleo, especialmente entre los jóvenes, que el país no ha podido solventar a pesar del crecimiento de la economía nacional de los últimos años.
En un encuentro con periodistas, Hoyer, que ha insistido en que la competitividad de la Unión Europea pasa por un mayor gasto en innovación y desarrollo, ha querido resaltar el éxito que han cosechado los proyectos que las autoridades comunitarias pusieron en marcha tras la crisis en algunos de los Estados más afectados, como Irlanda y España.
El máximo representante del BEI ha aludido, de esta forma, a la situación del mercado laboral español, y ha sentido que la recuperación del ritmo de crecimiento económico no se haya visto acompañada por una mejora en los datos de desempleo juvenil.
España, que cuenta con los segundos niveles más altos de paro entre la población joven sólo por detrás de Grecia, ha sido precisamente la mayor beneficiaria de la iniciativa europea, cuyo presupuesto inicial de 6.400 millones tuvo que aumentarse en 2.400 millones adicionales para el periodo 2017-2020.
Según las últimas cifras de la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, a cierre del pasado octubre un total de 3,2 millones de personas menores de 25 años estaban desempleadas en la Unión Europea, de las cuales 2,2 millones residían en la zona de la moneda única.
Por Estados, España presenta la segunda tasa más elevada, un 33,1 %, muy superior a Estados como República Checa (5,5 %); Alemania (5,8 %), y Holanda (7,3 %).
En materia de innovación, Hoyer ha lamentado que las partidas destinadas a este fin estén cayendo en Europa "día tras día", en concreto, un 1,5 % del PIB de forma anual en los últimos quince años en comparación con algunos de sus competidores, fundamentalmente países de América del Norte y Asia.
Este hecho, ha remarcado, supone una de las principales debilidades de la región, que también deberá incrementar su compromiso medioambiental tanto a nivel estatal como del sector privado de cara a obtener un desarrollo sostenible, no en vano produce un cuarto de la contaminación actual.
Al respecto, ha aludido al plan, recientemente aprobado, por el que el banco dejará de financiar proyectos ligados a los combustibles fósiles, incluido el gas natural, a partir de finales de 2021, una decisión sin precedentes a nivel internacional y que supone un paso importante en la estrategia europea contra el cambio climático.
"No vale con coger un folio, pintarlo y decir que es un bono verde", ha ironizado Hoyer, que ha instado a los Gobiernos y empresas a ser "ambiciosos" con la protección del medio ambiente y no engañarse promoviendo iniciativas "greenwashing" que no buscan otro resultado que lavar su imagen pública.
El banco, que acepta el "reto" de reemplazar los proyectos vinculados a los combustibles fósiles por otros que divulguen una producción y un consumo de energía responsables, ha explicado que la medida no supondrá cortar de raíz la financiación sino que se llevará a cabo una fase de transición de dos años.
Al mismo tiempo, ha indicado el director general adjunto Gunnar Muent, se seguirán apoyando alternativas bajas en carbón como el hidrógeno y el biogás.
Fruto de este compromiso con las energías limpias, eficientes y renovables, el BEI tiene pensado invertir, al menos, un billón de euros para combatir el cambio climático y fomentar el desarrollo sostenible hasta 2030, en línea con lo dispuesto por el Acuerdo de París.
Si bien reconoce que aún hay camino por hacer, Hoyer se muestra optimista pues, en su opinión, el 2019 ha sido un gran año desde el punto de vista medioambiental, especialmente gracias al trabajo desempeñado por el Parlamento Europeo, que la pasada semana declaró de forma pionera la "emergencia climática" en una Europa que se ha convertido en el primer continente en hacerlo.