Un proyecto de investigación busca evitar que la luz dañe el aroma y el color de los vinos embotellados, fundamentalmente blancos, espumosos y rosados, mediante la sustitución en bodegas y lineales de venta de las actuales lámparas convencionales de sodio por nuevas fuentes de luz basadas en la tecnología LED.
El objetivo fundamental de esta investigación es el desarrollo de nuevas fuentes de luz, basadas en la tecnología LED, que permitan mitigar los efectos que la exposición prolongada a la luz convencional puede llegar a provocar en los vinos embotellados, especialmente en vidrio transparente, ha explicado a Efe el director de Bodegas Ramón Bilbao, situadas en Haro (La Rioja), Rodolfo Bastida.
El también director de la División de Vinos del Grupo Zamora Company ha añadido que Ramón Bilbao -bodegas integradas en esta compañía- lidera este proyecto, en el que también participan Bodegas Martín Códax (Galicia); Prilux Iluminación I+D (Castilla-La Mancha) y VITEC-Centro Tecnológico del Vino (Cataluña).
El proyecto, denominado Retasteled, está financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, con un presupuesto de 750.000 euros y tiene una duración de tres años, que concluiría en diciembre de 2021.
Se trata, ha indicado, de hacer frente al posible deterioro fotoquímico, conocido como "gusto de luz", que puede afectar, sobre todo, a vinos blancos, rosados y espumosos embotellados cuando se exponen a la luz ultraviolegta visible convencional, y que puede ser capaz de mermar su calidad organoléptica.
Los efectos organolépticos característicos del "gusto de luz" pueden afectar, de manera especial, al aroma y color y, consecuentemente, podrían aparecer aromas desagradables, como a col, cebolla, lana mojada y ajo, ha explicado a Efe la responsable del Departamento de Innovación de Vinos de Zamora Company, Rosana Lisa.
Ha informado de que el desarrollo de estos aromas constituyen unas indeseables transformaciones fotoquímicas, que, además, suelen venir acompañadas de una pérdida de frescor y del aroma afrutado del vino, lo que podría generar, a su vez, cambios repentinos en su color.
De cara a los productores y comercializadores de vino, este proyecto, del que ya se ha obtenido un prototipo, pretende que las nuevas luces LED no emitan en las longitudes de onda críticas para la producción del "gusto de luz", ha informado Lisa.
La finalidad, ha indicado, es sustituir las actuales fuentes de luz por una iluminación que no afecte a la calidad de los vinos, lo que supone todo un reto tecnológico actual, cuya resolución puede comportar también un claro beneficio medioambiental y ahorro energético.
Bastida ha resaltado el interés y relevancia de este proyecto por las posibilidades que ofrece el desarrollo industrial en el sector de la luminotecnia, junto con la importancia del ámbito del vino en la industria agroalimentaria.
"Siempre nos ha preocupado qué sucede con el vino una vez que sale de la bodega, ya que hay países, como Reino Unido, en el que el 90 % del vino se comercializa en estanterías de los supermercados", ha añadido.
Para él, si se consigue convencer a los supermercados que en la zona de vinos utilicen una longitud de onda concreta en las lámparas que están en esa sección, "se favorecerá que esos vinos lleguen en mejores condiciones al consumidor".
En el tema de la temperatura, se ha avanzado mucho y hay una conciencia bastante evidente, pero el aspecto de la luz, que termina afectando mucho, no hay tanta investigación, cuando "en muy poco tiempo puede afectar a los vinos", ha recalcado Bastida.
Por ello, esta iniciativa contribuirá a un mejor posicionamiento de las empresas y bodegas españolas a nivel mundial, además de conllevar un alto y positivo impacto socioeconómico y medioambiental.