El presidente de Ryanair, Michael O'Leary, dijo este martes en Bruselas que el recorte de las condiciones laborales sufrido por los trabajadores de la base que la aerolínea tiene en Gerona, que han accedido a cambiar sus contratos indefinidos por temporales bajo amenaza del cierre de la base si no lo hacían, "no es coacción, sino democracia".
"Nosotros no somos un negocio que paga a la gente por sentarse en su casa a no hacer nada", dijo O'Leary, quien aseguró que tanto el reciente cierre de sus bases en las Islas Canarias como la amenaza de cerrar la de Gerona responde al hecho de que este invierno Ryanair tendrá "menos aviones de lo planeado", por lo que dichas decisiones "simplemente responden a la realidad del trabajo".
El presidente de la aerolínea irlandesa, que participaba en una conferencia de prensa de Airlines for Europe (A4E), la asociación de las mayores aerolíneas de Europa, quitó hierro al asunto al argumentar que "los contratos temporales son muy comunes en España, particularmente en la industria turística".
La plantilla de Ryanair del aeropuerto Gerona-Costa Brava pasará desde el próximo 8 de enero de ser fija a lo que se conoce como fija-discontinua, lo que equivale a que durante tres meses al año y de forma rotatoria quedará en situación de paro, y perderá su antigüedad, confirmó en Gerona este lunes una portavoz del sindicato USOC, Lidia Arasanz.
Además, los empleados que se han negado a aceptar las nuevas condiciones laborales verán rescindidos sus contratos.
Arasanz calificó la negociación entre los empleados y la aerolínea irlandesa como una "coacción" de la dirección de Ryanair, ya que esta "advirtió a los empleados de que o se aceptaba ese nuevo contrato o se cerraba la base", en sus palabras.