Más de 10.000 euros al día por ayudar a una empresa a hacer

Un diputado y exministro habla con una consultora de Corea del Sur para incorporarse como miembro de su consejo y así asesorar a la empresa sobre cómo sus clientes pueden influir en el Gobierno británico. El político ya tiene varios trabajos al margen de su cargo público, pero está dispuesto a aceptar otro más a cambio de recibir 10.000 libras al día (11.400 euros). Hasta aquí nada nuevo ni que se salte las normas del Parlamento británico.

Lo diferente es que se trata de una compañía inventada por un grupo de activistas.

Led by Donkeys, una red financiada con donaciones y dedicada al “arte, el activismo y la rendición de cuentas”, ha trabajado en este caso con un grupo de periodistas para simular ser una empresa basada en Seúl y contactar a 20 diputados de todos los partidos para ofrecerles dinero a cambio de labores de consultoría en nombre de clientes privados que quieren acercarse a políticos europeos para influir en la regulación y hacer negocios.

Para los diputados británicos, aceptar otros trabajos no tiene límites ni en número ni en cantidad de dinero ni tiempo, según las reglas del Parlamento, que apenas impone ciertos límites formales, por ejemplo declarar estas actividades y no hacer presión directamente en nombre de un gobierno extranjero o una ONG. A diferencia de lo que sucede en otros parlamentos, la actividad no requiere autorización previa, solo registrarla.

Led by Donkeys (“liderados por asnos”), formado en 2018 por cuatro activistas, se ha dedicado sobre todo a acciones callejeras, como poner vallas de protesta contra políticos que se saltaban las reglas sanitarias en la pandemia y proyectar en edificios públicos mensajes con las mentiras sobre el Brexit de los que hicieron campaña a favor. También ayudaron a pintar 150.000 corazones en un muro improvisado en la calle para pedir una investigación de la gestión de la pandemia y en homenaje a las víctimas del coronavirus.

Ahora el grupo quería hacer “un experimento” y exponer en particular la despreocupación de los diputados cuando aceptan un trabajo que les distraerá de sus labores parlamentarias en plan crisis del coste de vida. 

En los vídeos emitidos en sus redes con entrevistas de trabajo con la falsa empresa, ni Matt Hancock, ex ministro de Sanidad de Boris Johnson, ni Kwasi Kwarteng, ex ministro de Economía de Liz Truss, ni Graham Brady, responsable del comité que elige al líder tory y dicta las reglas del partido, mencionan el tiempo que le quitarán a sus labores para los ciudadanos que representan. Otro diputado conservador, Stephen Hammond, dijo tras la revelación de la trampa que, aunque no lo había mencionado en la reunión, aceptó la entrevista porque le interesa Corea por sus representados de esta comunidad en Reino Unido. 

La falsa compañía pedía participar de manera presencial en al menos seis reuniones en Europa y Corea del Sur. 

“Soy flexible”, dice en el vídeo publicado Brady, que explica que ya tiene otros trabajos paralelos al de diputado y que puede trabajar por 60.000 libras al año (68.000 euros) y una tarifa especial de 6.000 libras al día. Brady asegura que, por las reglas del Parlamento, no puede acercarse a los ministros para pedirles favores sin decir que está recibiendo dinero de esa empresa, pero sugiere que puede aconsejar a cualquier cliente con quién hablar en el Gobierno y cómo abordar a altos cargos de la mejor manera. 

Hancock, el exministro que sigue siendo diputado pero fue apartado de otras responsabilidades en el partido tras participar en un reality show, es el más firme en la petición de dinero: 10.000 libras al día. El ex ministro de Economía Kwarteng parece liarse con las cifras en la conversación: él sugiere 10.000 libras al mes, pero cuando entiende que le están ofreciendo esa cantidad al día también le parece bien. Kwarteng, además, se ofrece a poner a la falsa empresa en contacto con Boris Johnson, a quien define como “un gran tío”. 

Durante la conversación, Hammond afirma que no tiene una cifra en mente, pero acaba aceptando la que le propone su interlocutora, entre 12.000 y 15.000 libras al día.

En algunos casos, estos diputados ya tienen hasta tres trabajos extra además del parlamentario. Todo este dinero se suma al salario base de los diputados británicos, que es de 84.144 libras (más de 95.000 euros), además de los gastos de comidas, viajes y representación para sus actividades profesionales y la gestión de su oficina. 

Los vídeos publicados hasta ahora por Led By Donkeys son de diputados conservadores, aunque la organización dice que contactó con representantes de todos los partidos y asegura que apenas cinco aceptaron hablar con ellos de la oferta ficticia. 

Es solo una pequeña muestra de cómo funciona un sistema investigado a fondo por medios de comunicación tradicionales desde hace años, pero que ha cambiado poco. 

Según una de las investigaciones más recientes, de la televisión Sky News y el medio de reportajes e investigación Tortoise, los diputados elegidos en 2019 ya han cobrado al menos 17,1 millones de libras (19,4 millones de euros) por sus trabajos extra. La mayoría de este dinero -unos 15,2 millones de libras (17,3 millones de euros)- lo han recibido diputados conservadores. Entre los que más dinero han sacado con estas actividades paralelas están los ex primeros ministros y todavía diputados Theresa May y Boris Johnson. 

May, que fue forzada a dimitir como primera ministra en 2019, ha ganado más de 2,5 millones de libras (2,8 millones de euros) dando discursos para bancos como JP Morgan y fondos de inversión, entre otras tareas. Solo en los siguientes seis meses tras su dimisión como primer ministro en julio de 2022, Johnson ganó cinco millones de libras (5,7 millones de euros) entre discursos y donaciones, como la de un millón de libras que le dio un empresario y contratista de defensa del Gobierno británico basado en Tailandia.

Tortoise incluso ha publicado un buscador para que cualquiera pueda saber cuánto dinero y de quién ha recibido cada diputado entre donaciones y empleos paralelos.

El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, que también ha cobrado por trabajos extra de abogado igual que otros colegas de partido, promete que si consigue la mayoría parlamentaria en las próximas elecciones generales cambiará las reglas para poner límites al pluriempleo de los diputados en ejercicio. Ahora defiende que los trabajos extra solo deben estar permitidos en casos concretos, como los médicos y otras profesiones dedicadas a servicios esenciales.

El primer ministro, Rishi Sunak, en cambio, no tiene intención de tocar las normas y cree que la experiencia de diputados en empleos paralelos les puede "ayudar en su trabajo" en el Parlamento, según dijo este lunes un portavoz.

Además del pluriempleo mientras están en sus cargos de diputados, los ministros y otros altos cargos están acostumbrados a trabajar después en asuntos relacionados directamente con su actividad de Gobierno aprovechando sus contactos en una práctica constante de “puertas giratorias”, como denuncia en un informe recién publicado Transparencia Internacional, una organización sin ánimo de lucro dedicada a investigar la corrupción en el mundo.

Entre 2017 y 2022, por ejemplo, 177 exministros y altos cargos del Gobierno británico asumieron trabajos para empresas privadas relacionadas con la cartera que acababan de dejar. Ya existe una comisión oficial para controlar conflictos de intereses, pero la organización se queja de que no tiene poderes “para impedir que los antiguos ministros y altos cargos hagan caja con los contactos que hicieron en el servicio público”.

Reino Unido ha perdido siete puntos en el índice este año de Transparencia Internacional, que mide la corrupción pública y la seguridad para los negocios, pero todavía tiene mejor valoración que países como Francia, Austria, Lituania y España.