La ONU advirtió este jueves de que la población siria va a sufrir carencias de medicinas y equipos médicos como consecuencia del cierre de un cruce fronterizo decretado por el Consejo de Seguridad a insistencia de Rusia.

Según la organización, la suspensión de las entregas de ayuda humanitaria a través del paso de Al Yarubiya, que conecta Siria e Irak, tendrá un claro impacto en el ámbito de la salud.

En 2019, entraron por ese punto 1,43 millones de tratamientos médicos para personas necesitadas, unos cruces que ahora mismo se han detenido por completo, explicó el portavoz Stéphane Dujarric en su conferencia de prensa diaria.

Según Dujarric, la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que la disponibilidad de servicios de salud en Siria se vea reducida a medio plazo y considera que esas carencias no pueden por ahora compensarse por otras vías.

Entre los servicios más afectados figuran la salud infantil, reproductiva, el tratamiento de traumatismos, la salud mental y la nutrición, explicó.

Dujarric dijo que la ONU está trabajando para encontrar opciones alternativas, pero insistió en la importancia de que haya un acceso humanitario continuado y sin restricciones para poder atender a todos los que lo necesitan.

El pasado 10 de enero, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas renovó "in extremis" y de forma parcial el sistema para entregar ayuda humanitaria a la población civil siria a través de las fronteras del país.

Por insistencia de Rusia, que en diciembre había vetado una resolución sobre este asunto, el Consejo terminó por renovar los permisos únicamente para dos de los cuatro puntos de ayuda transfronteriza que estaban en funcionamiento.

Según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), estas operaciones beneficiaban a cuatro millones de personas con necesidades, de las cuales 2,7 millones se encuentran en el noroeste del país y 1,3 millones en el noreste.

Hasta ahora estaban operativos los pasos de Al Ramtha, entre Siria y Jordania; los de Bab al Salam y Bab al Hawa, en la frontera turca; y el de Al Yarubiya, en la línea divisoria entre Siria e Irak.

Rusia, el gran aliado del Gobierno sirio, insistió para conseguir el cierre de dos de ellos, al considerar que eran innecesarios y que atentaban contra la soberanía de Siria, pues estas entregas de ayuda no pasan por manos de Damasco.

Así, la resolución aprobada finalmente mantiene únicamente abiertos los dos cruces en la frontera turca y únicamente por un periodo de seis meses, en lugar de los doce habituales.