El primer ministro israelí en funciones, Benjamín Netanyahu, se enfrenta a una creciente presión de la derecha israelí para avanzar con la anexión de territorios de Cisjordania ocupada antes de los comicios de marzo, y las voces internacionales, como la de la UE, que le advierten de consecuencias si lleva a cabo esta medida.

Netanyahu anunció que votaría en el Gabinete de esta semana la medida, poco después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, presentara su propuesta de paz que da vía libre a esta anexión, sin embargo la reunión ministerial ha quedado pospuesta y este martes el mandatario sugirió en un mitín de campaña que esperaría hasta después de los comicios del 2 de marzo.

Al mismo tiempo, miembros del Consejo Yesha, que agrupa a los colonos israelíes en Cisjordania, han instalado una carpa frente a la oficina de Netanyahu en Jerusalén para exigir que cumpla con su promesa de aplicar soberanía sobre el Valle del Jordán y colonias israelíes de Cisjordania.

Diputados del partido ultraderechista Yamina, incluida la exministra de Justicia Ayelet Shaked, también expresaron su malestar por la demora del actual primer ministro en funciones en aplicar esta medida que incluye la "Visión de paz".

Esta presión se da en el marco de una agresiva campaña electoral, donde la iniciativa de Trump está jugando un papel fundamental, tanto por el apoyo incondicional de algunos partidos como por la cautela o hasta el rechazo unánime de otros.

Beni Gantz, líder de la alianza Azul y Blanco y principal rival de Netanyahu, también moderó el tono con el que se refirió inicialmente a la anexión tras la presentación del plan y argumentó en los últimos días que no la llevaría adelante sin apoyo internacional y coordinación con los palestinos.

En sus declaraciones de ayer Netanyahu intentó utilizar la demora de la anexión en su favor para pedir el voto, y pidió una asistencia masiva para aplicar "inmediatamente" después de los comicios "la ley israelí" sobre todos los asentamientos en caso de obtener la victoria.

Al mismo tiempo, el mandatario afronta una fuerte presión internacional para no implementar tal medida y que se vio incrementada ayer cuando el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, señaló que "los pasos hacia la anexión, si se implementan, no podrían pasar sin respuesta".

Esta declaración se suma a una serie de posicionamientos por parte de gobiernos y organismos internacionales, que mantuvieron la postura de gran parte de la comunidad internacional que aboga por una solución de dos Estados basada en las fronteras previas a la ocupación de 1967.

Además, el principal artífice del plan, el yerno y asesor de Trump, Jared Kushner, dejó claro que el Gobierno estadounidense no apoyaría una anexión previa a las elecciones de marzo por la situación de interinidad del actual Gobierno.