Las grandes tragedias nacionales hacen que la primera reacción del electorado sea con frecuencia unirse en torno al Gobierno y su máximo dirigente. Eso da lugar a un aumento de su popularidad en las encuestas que tiene el efecto del subidón causado por el consumo de ciertas drogas. Pasado ese impacto, no es extraño que se vuelva a la realidad o incluso a una versión más deprimente de la situación anterior. Para entonces, empieza a ser muy difícil revertir esa tendencia.
"No puede haber una movilización perpetua en una sociedad. Inevitablemente, se produce una fatiga y la gente empieza a hacer preguntas difíciles" a sus líderes, comentó Mark Leonard, director del 'think tank' Consejo Europeo de Relaciones Exteriores a The New York Times.