"Vuestra fe en nuestra campaña, especialmente cuando los analistas y los medios no contaban con nosotros, significa mucho para mí", declaraba el exvicepresidente de EEUU Joe Biden la madrugada pasada cuando empezaban a caer los resultados de las primarias demócratas de las que saldrá el nominado para enfrentarse a Trump en noviembre.
Biden acabó la noche sobre un escenario en una cancha de baloncesto en el barrio de Baldwin Hills, Los Ángeles, California, la joya de la corona del supermartes: "¡Estamos muy vivos! No se equivoquen al respecto. Hace solo unos días la prensa y los tertulianos declararon esta campaña muerta".
Quizá no estaba muerta, pero hasta el fin de semana pasado, la cuestión principal del supermartes era cuál sería el margen de diferencia que obtendría Bernie Sanders.