La pensionada Antonieta Adames aguarda en una larga fila a las puertas de un supermercado del acomodado barrio caraqueño de Chacao, donde espera usar el "medio petro" que el gobernante venezolano, Nicolás Maduro, otorgó a millones de jubilados y trabajadores públicos como aguinaldo.
"Voy a comprar lo que pueda", dijo la mujer a Efe. "Pollo, alimentos. Si estuviera en otro sitio compraría otras cosas", añadió la exdocente y seguidora de Maduro.
Cerca de ella Carolina Pacheco se quejaba de la larga fila y su mala organización, del inusual calor que sufre Caracas este fin de año, de los altos precios de los alimentos, de dolores en el cuerpo.
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