Que basta un soplo para que los derechos de las mujeres se tambaleen es una idea bien documentada por el feminismo. Que el coronavirus es mucho más que un soplo es algo que la realidad confirma. La crisis sanitaria abierta por el virus tiene muchos frentes dispares abiertos y uno de ellos es el del derecho al aborto. En algunos lugares, los grupos ultra y las fuerzas conservadores están aprovechando los cambios en el sistema sanitario para tratar de limitar el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo. En otros, donde el aborto está muy restringido o sigue siendo penalizado, el reto es que las mujeres puedan acceder a él incluso en momentos de confinamiento.