"Somos menos famosas que el movimiento de la juventud por el clima", dice una mujer con el pelo corto y blanco que mira fijamente a la cámara. "¡Conocemos los sofocos!", añade otra compañera. "Juntas podemos hacer historia", afirman varias mujeres en el vídeo. Su mensaje es claro: la crisis climática no es un problema del futuro, "ya está aquí" y a ellas les afecta de manera "específica". Y ese convencimiento las llevó a sentar a su país ante el máximo tribunal de derechos humanos de Europa.