Hasta que el embajador ruso fue apeado de su cargo por el Kremlin. “Tengo el honor de informarles del fin de mi misión como delegado permanente de la Federación de Rusia ante la Unesco”, indicó este martes el exembajador Alexander Kuznetsov en una carta a Audrey Azoulay, directora General de la Unesco. Kuznetsov, historiador, fue embajador en España durante el gobierno de Felipe González, y en el mismo escrito anunciaba, también, su dimisión como presidente del Comité de Patrimonio Mundial.
Este movimiento de renuncia ha desbloqueado de inmediato el organismo, paralizado desde hace meses debido al aislamiento occidental contra Rusia. El horizonte de 2023 se despeja y lo que hasta hace unos días era inviable, ahora apunta a Arabia Saudita. Con Rusia al frente del Comité la cita para celebrar la Lista del Patrimonio Mundial el año que viene no se habría celebrado. “No ha sido un error diplomático. No sabemos qué recibirá Rusia a cambio de esta renuncia”, explican fuentes de la Unesco a elDiario.es
En abril las potencias europeas no lograron convencer a los dos tercios del Comité (14 países de 21) para retirar el emplazamiento y la presidencia de la cita. Aunque sí consiguieron un aplazamiento sine die y una reunión extraordinaria a la vuelta del verano. En esa convocatoria se debía haber debatido en público los argumentos a favor y en contra de la celebración en Rusia. La posición rusa estuvo respaldada por otros miembros del Comité como India, África del Sur, Argentina, Tailandia y Arabia Saudita.
Con Rusia fuera de la jugada patrimonial, en los primeros días de enero se celebrará la reunión del Comité en la que se nombrará nueva presidencia, nuevas fechas para la celebración de la fiesta del Patrimonio Mundial y nuevo lugar donde celebrar. El reemplazo de Rusia sucede por orden alfabético (inglés), por lo que la presidencia debería asumirla Arabia Saudita. Riad tendrá que anunciar si acepta la presidencia del Comité para 2023 y a quién nombra en el cargo. Además, la norma indica que si asume esta responsabilidad propondrá la celebración de la cita del Patrimonio Mundial en tierras sauditas.
Si no aprovecha la oportunidad, el turno será para África del Sur. Pero las fuentes diplomáticas de la Unesco consultadas por este periódico señalan que Arabia Saudita ha lanzado una campaña de expansión internacional en la que el Patrimonio Mundial será clave. También aspira a asumir la Dirección General de la Unesco, el puesto más importante y poderoso de la organización internacional. Entre 1987 y 1999 el cargo lo ocupó Federico Mayor Zaragoza.
La nueva presidencia del Comité de Patrimonio Mundial también decidirá si en 2023 rescata la convocatoria cancelada de 2022 y la convierten en doble. El precedente es China, en 2021, cuando la 44ª reunión del Comité fue doble al recuperar la de 2020, cancelada por la pandemia de COVID-19.
La candidatura de España para formar parte de la Lista de Patrimonio Mundial de la edición de 2022 era Menorca Talayótica, que será la de 2023. La isla presenta un total de 200 yacimientos, en los que sobresalen estas construcciones ciclópeas que se levantan casi diez metros de altura desde 900 años de nuestra era. En caso de que el Comité de Patrimonio Mundial se decante por una doble sesión, España presentará el Paisaje del olivar. Esta propuesta defendida por Andalucía señala al olivo, el olivar y el aceite como símbolos de la cultura mediterránea, que han “imprimido un carácter” al paisaje.
Antes de que se despejen todas estas dudas, la próxima semana tendrá lugar la reunión del Comité del Patrimonio Cultural Inmaterial en Rabat, a partir del 28 de noviembre. Examinarán 56 candidaturas de inscripción en las listas de este patrimonio, en la que España aspira en solitario con el toque manual de campanas. Y en compañía de Portugal, en el hito fronterizo luso-gallego de salvaguardia creado por “Ponte... nas ondas!”. El jurado de 24 representantes elegidos entre los 180 Estados Partes también tendrá la candidatura conjunta de “La maderada”, con Alemania, Austria, Chequia, Letonia, Polonia y España.