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Hazte una rayita...
Los medios de comunicación aportan su gramo de arena; ayudan a que el temita alcance todos los rincones de aquella utopía que fue el 15M. Y en este país insensato, que no concibe la información sin la sangre, nos nutrimos de juicios paralelos como si fueran morcilla. Así lo percibo en estos días de invierno, mientras escucho a Frank Zappa llevado por la publicación de un libro con sus letras en castellano. Lo ha publicado Kultrum, la editorial de mi querido Julián Viñuales. Hace algunas semanas escribí acerca de ello y hoy vuelvo a la carga. Porque los asaltos del recuerdo me llevan hasta ese otro invierno, de hace ahora nueve años, cuando Sánchez ganó las elecciones por los pelos y necesitaba apoyo para formar gobierno. Y el primero en brindar su apoyo al PSOE fue Albert Rivera. ¿Se acuerdan? 

Se hicieron fotos juntos; había que haberlos visto, parecían dos muñecos escapados de la tarta de bodas. Pero por mucho que Ciudadanos y el PSOE uniesen fuerzas no sumaban lo suficiente como para gobernar; necesitaban a Podemos; y en Podemos había quien estaba dispuesto a unirse a aquel boceto de economía neoliberal formado por la dupla Sánchez-Rivera, pero la resistencia de Pablo Iglesias lo impidió. Porque Iñigo Errejón hubiese formado gobierno de inmediato; sin pensárselo mucho; ya sabemos que para participar en algo así no hay que darle muchas vueltas al coco.

Y estas cosas me asaltan estos días mientras escucho a Frank Zappa -creo haberlo dicho ya- en uno de sus últimos discos, el titulado The man from Utopía, donde aparece en portada el mismísimo Zappa caracterizado de RanXerox, el personaje underground creado por Tanino Liberatore, quien firma la ilustración. Zappa sale armado con un matamoscas, haciendo alusión al ataque de mosquitos que sufrió en el concierto de Milán en 1982. Y el disco se abre con una canción que es toda una crítica a la época que se vivía por aquel entonces, cuando los yuppies y sus decisiones de cocaína dominaban el mundo. 

“Hazte una rayita....” dice Zappa, y empieza con la guasa hacia la gente con empleos de nieve, y las decisiones que estos toman y cómo quedan en nada más adelante cuando las narices se pudren. Con estas cosas inevitables, y más aún en una democracia como la nuestra donde, según Ramón Espinar,  “Errejón no es el único que consume cocaína en el Congreso”, qué quieren que les diga; a mí se me revuelven las tripas sólo de imaginar que las decisiones políticas están condicionadas por una raya de polvo blanco, bien picadita, sobre la taza del retrete del baño del Congreso. 

El disco de Frank Zappa me lleva a pensar que siempre hemos llegado tarde a las soluciones, pero que, aquella vez, aquel invierno de hace ahora nueve años, se llegó a tiempo para decir “no” a una presunta solución de nieve. 

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