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Cómo Rosalía, C. Tangana o los Javis expropiaron a la derecha los símbolos españoles para reinventar la cultura
La cultura, en especial la 'oficial', sufrió su propia factura, irreversible. El doctor en estudios culturales Daniel Valtueña la desgrana en el ensayo España rarita (Lengua de Trapo), en el que analiza el doble vuelco que experimentó entonces el entramado conformado por el himno, la bandera, los toros, las fiestas católicas, el folclore y el 12 de octubre. Elementos hasta entonces pertenecientes al patrimonio de las fuerzas conservadoras, que el franquismo se encargó de dejar bien hilado; pero que gracias a artistas como Rosalía, C. Tangana, los Javis y Samantha Hudson, que decidieron reapropiarse de ellos, han pasado al dominio público. Nuestro.

El también profesor señala que, al margen de cambios como el surgimiento de “nuevos políticos y partidos”, lo simbólico se vio igualmente atravesado e interpelado: “El cómo nos entendemos como comunidad”. “Lo más visible ha sido cómo la ultraderecha se ha reapropiado de esos símbolos y los ha instrumentalizado, como han hecho las fuerzas ultraconservadoras durante mucho tiempo”, comenta, al tiempo que surgieron “otra serie de tendencias que apelaban a esos símbolos no porque quisieran hacer apología de la bandera española, sino porque realmente en la bandera española había un lugar para quienes íbamos a ser como comunidad a partir de ahora”.

Valtueña cita como “evidencias” de la “precariedad del aparato simbólico estatal” la pieza España os pide perdón de Abel Azcona, las reinterpretaciones del himno nacional de Niño de Elche y el espectáculo Jura de bandera del colectivo Vértebro. Daniel Valtueña recuerda en su libro que fue en la Transición cuando se consolidaron los símbolos oficiales “tomando como referencia sus usos durante el periodo franquista, igualmente cuestionado a raíz de la crisis financiera”, que rompió con la 'promesa de felicidad nacional' instaurada hasta el momento: “El colapso del Estado español tiene como consecuencia el cuestionamiento de sus símbolos oficiales”.

Daniel Valtueña, autor del ensayo 'España rarita' Daniel Valtueña, autor del ensayo 'España rarita'

Según observa el doctor en estudios culturales, este fue el caldo de cultivo para el surgimiento de artistas como Rosalía, y acciones como la Gran Procesión del Santo Chumino Rebelde de la Hermandad del Coño Insumiso en Málaga el 8 de marzo de 2013 y las del colectivo de arte político Flo 6x8, que protestan contra el sistema financiero con taconeos y cante flamenco en sucursales bancarias. La 'España rarita' abarca el amplio abanico de disciplinas artísticas como la danza, la creación musical, el cine y el diseño de moda.

El espectáculo Una costilla sobre la mesa: madre de Angélica Liddell, el trabajo de la bailarina y coreógrafa Luz Arcas desde la compañía La Phármaco, Choriza May, Samantha Hudson, Raül Refree, Nicho de Elche, María José Llergo, Palomo Spain, Rodrigo Cuevas y C. Tangana son otros de los nombres que enumera y sobre los que pone el foco. Sobre el último disco del músico y cineasta –ganador de un Goya por su documental La guitarra flamenca de Yerai Cortés–, El madrileño (2021) valora que recurrió al “amplio repertorio de la canción española en una reivindicación del folclore tradicional”.

De Almodóvar a Rosalía

Una de las coincidencias entre los artistas 'raritos' analizados en el ensayo está haber crecido siendo testigos del nacimiento de internet, la caída del Muro de Berlín o el final del apartheid, además de la consolidación nacional e internacional de Pedro Almodóvar. Un cine que Daniel Valtueña indica que se caracteriza por una actualización de la cultura oficial franquista. Ahí están las familias atormentadas de Tacones lejanos (1991) o Volver (2006), el desafío de los valores católicos en Entre tinieblas (1983) y La mala educación (2004), y el valor de la transgresión en La ley del deseo (1987) y ¡Átame! (1990).

Fotograma de la película de Pedro Almodóvar 'Entre tinieblas' Fotograma de la película de Pedro Almodóvar 'Entre tinieblas'

“El cine de Almodóvar ofrece una nueva oficialidad a partir de la activación de imaginarios culturales reconocibles en un ejercicio revisionista que aspira a desactivar sus connotaciones pasadas y articular un nuevo tiempo presente”, argumenta. El autor identifica a Rosalía como heredera de la figura del director como embajador cultural. “La puesta en escena de una fiesta comercial a partir de las tradiciones propias de celebraciones populares asociadas al flamenco, la tauromaquia o la Semana Santa ahora en forma de concierto de música pop consolida el fenómeno festivo como una de las señas de identidad de la imagen global de España en el exterior”, afirma sobre la propuesta artística de la catalana.

El profesor describe cómo Rosalía ha incorporado elementos como el flamenco y la tauromaquia dentro de su ADN. Sobre la segunda analiza la coreografía ideada por la estadounidense Charm La'Donna, por cómo remite a las figuras del toro y el banderillero a partir de un movimiento propio ya del repertorio de la artista catalana: levantar los brazos apuntando con los dedos hacia el suelo, emulando al mismo tiempo los cuernos del toro y las armas del matador. Un ejercicio similar al videoclip de Malamente, en el que la cantante, conduciendo una moto, “ejerce de animal al tiempo que gracias a un plano subjetivo puede observarse cómo su chaqueta lleva bordadas unas banderillas”.

Y lo mismo ocurre con los arranques de sus conciertos, a ritmo de pasodoble con sonidos de castañuelas y “esporádicos oles”, que enmarcan la entrada de Rosalía y el cuerpo de baile en el escenario como “si de una corrida se tratase”.

Qué pasa con los Javis

El doctor en estudios culturales define a Javier Calvo (Murcia, 1991) y Javier Ambrossi (Madrid, 1984), como dos de los personajes más populares de los últimos años, gracias a su musical y posterior largometraje La llamada (2013 y 2017), Paquita Salas (2016), Veneno (2020) y La Mesías (2023); junto a su participación en programas como Operación Triunfo (2017-2018), Mask Singer (2020-) y Drag Race España (2021-). Sus obras han contribuido a la visibilidad de la transexualidad en España, reflexionando sobre el papel de la televisión e indagando sobre el catolicismo (de formas más o menos amables).

Belén Cuesta y Anna Castillo en 'La llamada' (Javier Ambrossi y Javier Calvo, 2017) Belén Cuesta y Anna Castillo en 'La llamada' (Javier Ambrossi y Javier Calvo, 2017)

Daniel Valtueña les define como “contradictorios”, partiendo de que considera “encomiable” el impacto de los citados títulos y su compromiso con la comunidad LGTBI; pero a la vez “forman parte del sistema. Van a El Hormiguero tan pichis”. “No creo que los Javis se vayan a convertir en el Mario Vaquerizo de nuestra generación, pero toman decisiones que como crítico cultural e historiador me arrobo el derecho de juzgarlas, como el reportaje que hicieron de su casa, ¿hasta qué punto fue gratuito?”, plantea. El autor reconoce que “entran en ciertos conflictos” que, por otro lado, el resto “encarnamos en alguna ocasión, pero no tenemos su impacto”.

De cuestionar a reinventar

El cuestionamiento ha abierto puertas a nuevas formas de crear, investigar, cuestionar y también repensar un imaginario colectivo capaz de ampliar los márgenes del sentido de pertenencia. “Está en nuestras manos construir el mundo tal y como lo conocemos, nombrarlo y hacerlo. Por eso es interesante abrir esa puerta”, defiende Daniel Valtueña. Otro escenario posible es el que pasa por la invención de nuevos símbolos, como ocurrió con la bandera LGTBI, que Harvey Milk, el primer político abiertamente gay, encargó al artista Gilbert Baker, en 1978.

Daniel Valtueña, durante la entrevista en la redacción de elDiario.es Daniel Valtueña, durante la entrevista en la redacción de elDiario.es

“Hizo un ejercicio 'rarito', entendió que la bandera era un espacio de identificación colectiva, y decidió crear una nueva, un nuevo símbolo en torno al que crear espacios de comunidad”, describe sobre una iniciativa que se podría extrapolar a otros muchos casos y ámbitos: “Intentar apelar a estos espacios simbólicos por el gran potencial y fuerza que tienen para repensar quiénes somos”.

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