Si algo faltaba para empeorar aún más el delicado escenario económico de Argentina era un "shock" externo: el desbarajuste global por el coronavirus impactará en diversos frentes de la segunda economía suramericana, en recesión desde hace dos años y a punto de renegociar su abultada deuda.

"La economía argentina viene en recesión desde hace un par de años. Esto es sobre llovido, mojado", dijo a Efe el director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, Víctor Beker.

GOLPE AL SECTOR EXTERNO

Los expertos vaticinan que una caída en la demanda global afectará las exportaciones argentinas, cuyos principales destinos son Brasil y China y que en enero -último dato oficial disponible- ya se contrajeron un 0,8 % interanual.

Para Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de la consultora OJF, podrían caer las exportaciones industriales, "sobre todo a Brasil, que está devaluando su moneda", y reducirse así el ingreso de divisas, presionando al tipo de cambio y, tarde o temprano, a la inflación, que el año pasado ya pegó un salto del 53,8 %.

De momento, la menor demanda de China ya se hizo sentir en los envíos argentinos de carne bovina a ese destino, que, de acuerdo con datos sectoriales, se desaceleraron fuertemente en enero.

Los analistas también observan que Argentina, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de granos, también se verá afectada por la caída en los precios de las materias primas, particularmente la soja y sus derivados, principal complejo exportador del país suramericano y del que también China es uno de sus mayores compradores.

"Los precios de las exportaciones argentinas, principalmente de soja, maíz y trigo, están experimentado caídas y eso significa un menor ingreso de dólares para un país que tiene una fuerte deuda externa en dólares. La situación del sector externo argentino era complicada y esto la torna aún más difícil", advirtió Beker.

INVERSIONES INVIABLES EN VACA MUERTA

También el abrupto desplome en el precio internacional del crudo conspira contra las esperanzas de Argentina de desarrollar masivamente la gigantesca formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta y lograr así dar un salto como exportador de crudo y gas.

Con los nuevos valores del petróleo, el margen de rentabilidad de los proyectos decrece drásticamente, a lo que se suma un aumento en el coste de financiación para las inversiones en Argentina, cuyo índice de riesgo país superó ya los 3.000 puntos básicos, su nivel más alto en quince años.

"La financiación ahora es más cara porque el riesgo país subió. Y, además, los ingresos que iban a obtener las empresas se achicaron por el menor precio del crudo", dijo Spotorno a Efe.

En el sector industrial demandante de productos provenientes de China, el impacto en Argentina -más cerrada a las importaciones- podría acotarse a ciertas ramas, como la fabricación de electrodomésticos y las industrias química y textil.

"Algunas compañías textiles han marcado que los retrasos en la importación de telas las han llevado a tener que reemplazar importaciones por proveedores locales", observó la consultora Abeceb en un informe.

EFECTOS SOBRE LA DEUDA

La pandemia también tendrá incidencia en el inminente proceso de reestructuración de los títulos públicos argentinos emitidos bajo legislación extranjera.

Con las tensiones financieras globales, hay analistas que creen que los acreedores estarán más dispuestos a aceptar un canje antes de que las condiciones empeoren aún más y Argentina caiga en cese de pagos, mientras otros entienden que un pánico en ascenso hará que los inversores de desprendan de los bonos cual basura y estos pasen a manos de fondos especulativos, cuyo negocio está en los largos litigios contra los soberanos.

Sin un acuerdo rápido, advierte Spotorno, crecerán los riesgos de un cese de pagos de Argentina, habrá aún menor financiación para las empresas, menos inversiones y, en definitiva, "mucho mayor ruido en la economía".

De momento, los consultores no han recalculado sus pronósticos de para la economía argentina, que, en promedio, marcan una contracción del PIB del 1,2 % para este año, tras caer 2,1 % en 2019.

Todos advierten que el escenario puede oscurecerse aún más si el coronavirus, de los cuales se han confirmado 31 casos en Argentina, comienza a crecer exponencialmente en el país y obliga a paradas en fábricas, ausentismo laboral, cancelación total de actividades públicas y otras medidas que afecten negativamente la producción y el consumo, variables ya muy golpeadas por la recesión.

"Todo eso tendría un efecto sobre la economía como el que hoy se está viendo en varios países europeos", advirtió Beker.