La reforma de las pensiones adoptada en España aumentará el gasto del sistema en 3,3 puntos del PIB para 2050 y en cinco puntos para 2070, según el informe Ageing Report 2024 sobre consecuencias presupuestarias del envejecimiento de la población en la UE publicado por la Comisión Europea.
Las contribuciones al sistema representarán un 14,6% del PIB en 2050 y posteriormente retrocederán hasta el 14% en 2070.
En el informe se puede leer: “el ratio de gasto en pensiones en este escenario es 0,8 puntos porcentuales superior en 2070 que en el escenario de referencia. Esta diferencia es mucho mayor que en el AR21 [reforma de las pensiones de 2021] debido a la supresión del factor de sostenibilidad”.
El documento tiene en cuenta tanto las medidas aprobadas en 2021 como la segunda parte de la reforma, de 2023. Bruselas defiende que las “principales fuerzas” de este incremento son la indexación de las pensiones al IPC y la “abolición” del factor de sostenibilidad que tenía la anterior legislación.
Estos dos vectores de aumento del gasto en pensiones se ven “parcialmente compensados” por el nuevo mecanismo de incentivos para alargar la edad efectiva de jubilación, mientras que el aumento de las contribuciones al sistema que recoge también la reforma cubren parte del incremento del gasto.
“En resumen, las medidas adoptadas en 2021 y 2023 llevan a un incremento de 3,3 puntos del PIB del gasto público en pensiones en 2050 y a un aumento de cinco puntos en 2070”, apunta el documento dedicado al sistema español de pensiones, cuya fecha de corte es el 31 de diciembre del pasado año.
Para hacer este ejercicio, los servicios económicos comparan sus propias proyecciones que resultan del sistema actual - con la reforma en ambas partes incluida - con un escenario alternativo en el que se aplicaría le legislación previa en materia de pensiones.
En este segundo caso, las pensiones se actualizarían con el índice de revalorización anterior (el IRP), por lo que no aplica la revalorización del 8,5% de 2023, y el factor de sostenibilidad de la reforma de 2011 entraría en vigor desde el pasado año, tal y como estaba previsto, entre otros cambios.
El resultado de esta comparación muestra que el gasto en pensiones en el escenario alternativo (sin la reforma de 2021 y 2023) alcanzaría su nivel más alto en 2044 (un 14,2% del PIB), bajaría hasta el 14% en 2050 y retrocedería después hasta un 11,7%.
Por contra, el gasto en pensiones teniendo en cuenta la reciente reforma aumentará, según los cálculos de la Comisión Europea, hasta el 17,3% en 2050 y después caerá hasta el 16,7% en 2070.
El incremento hasta 2050 se explica por el “rápido” envejecimiento de la población española y la jubilación de la generación del 'baby boom', que se ve compensado en parte por un mayor crecimiento de los salarios que de las pensiones y por la mayor tasa de empleo.
A partir de ese año, la tendencia demográfica “cesa” y deja de tener efecto en el gasto en pensiones, que comienza una “leve” reducción durante las siguientes dos décadas.
Con respecto a los ingresos del sistema público de pensiones, el informe apunta a que crecerán 1,7 puntos porcentuales hasta 2050 y 1,1 puntos hasta 2070, principalmente por el aumento de contribuciones por parte de trabajadores y de sus empresas derivado del nuevo Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), el nuevo sistema de cotización para autónomos, la cuota de solidaridad y la subida de las bases máximas de cotización.