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Los inversores extranjeros reemplazan al BCE como principales compradores de deuda de España

Los inversores extranjeros reemplazan al BCE como principales compradores de deuda de España

El crecimiento de la demanda de bonos desde fuera de nuestras fronteras han contenido el aumento del coste de financiación pese a la progresiva retirada del mercado de la institución monetaria desde 2022

La nueva posición de España en la UE: la carga de intereses de la deuda será inferior a la de Francia

Los inversores extranjeros están reemplazando al Banco Central Europeo (BCE) como principales compradores de deuda de España, atraídos por el destacado crecimiento económico de nuestro país y por una mayor reducción de los desequilibrios fiscales respecto a Italia y a Francia.

Los fondos, bancos, aseguradoras y minoristas de más allá de nuestras fronteras han elevado su peso en 5,1 puntos porcentuales del total en la tenencia de bonos (deuda a medio y largo plazo) de España desde mayo de 2022, hasta alcanzar el 45,1% a cierre de 2024.

Desde entonces, el BCE ha retrocedido 7,1 puntos su peso, hasta quedarse por debajo del 30% del total. Los dos puntos de diferencia los han cubierto inversores nacionales, sobre todo bancos, según los datos oficiales del Tesoro recogidos por el último 'Observatorio de deuda' de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).

El BCE, a través del Banco de España, llegó a rozar el 37% de la tenencia de bonos de España en 2021. En 2020, la institución monetaria intensificó la política de 'creación' de dinero y adquisición de deuda de los países de la eurozona para favorecer la recuperación económica y para evitar una crisis del euro, ante el extraordinario esfuerzo en el gasto público —que disparó el déficit público y, por tanto, las necesidades de financiación— que exigió la pandemia.

A mediados de 2022, el BCE puso fin a esta política de compras de deuda soberana como parte de la estrategia para luchar contra la inflación, junto a las subidas de los tipos de interés oficiales. El objetivo era retirar liquidez del mercado, elevar los costes de financiación y, en definitiva, frenar el consumo, la inversión y la actividad en general y moderar así las subidas de precios.

Este proceso de austeridad monetaria lo han sufrido familias, empresas y Estados, pero en el caso concreto de España, como país “emisor”, el apetito de los inversores extranjeros por nuestra deuda ha amortiguado ese encarecimiento, conteniendo la carga de intereses a la que hacemos frente cada año respecto al PIB.

“La reducción de las compras de activos por parte de los bancos centrales ha eliminado un actor clave en los mercados secundarios de bonos. Durante los últimos dos años, tanto el BCE como la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) han disminuido considerablemente sus tenencias de deuda, pero esta reducción ha sido compensada eficazmente por una sólida demanda de los inversores privados. Se espera que esta tendencia favorable persista en 2025, incluso considerando que las adquisiciones que la Fed y el BCE dejarán de realizar son de una magnitud considerable”, explica la AIReF.

Si los inversores extranjeros son claves en la deuda a medio y largo plazo de España (los bonos), la Autoridad fiscal destaca también “la velocidad e intensidad de las compras [de deuda a corto plazo, las letras] por parte del sector de los hogares”.

Según señala la AIReF, “el aumento de los tipos oficiales y su escasa traslación a la remuneración de los depósitos de la banca comercial, junto al aumento del ahorro durante la pandemia, atrajo la inversión de los hogares a instrumentos como las letras del Tesoro. Desde mediados de 2022 ha sido muy significativo el elevado interés de los inversores minoristas en [esta deuda a corto plazo], pasando a ser su principal tenedor, con un incremento histórico superior a los 26.000 millones de euros hasta octubre de 2024. Como resultado, los hogares acaparan a esa fecha más de un tercio (36,2%) del total de tenencias de letras, siendo el principal tipo de inversor de este segmento”.

AIReF: “España ha mejorado su posición relativa en los mercados de deuda”

Estas dos tendencias, sobre todo la demanda de los inversores extranjeros propiciaron un hito desde del año pasado: nuestro país paga menos por su deuda que Francia por los menores desequilibrios de las cuentas públicas. Es decir, porque somos más fiables.

Los inversores exigen una rentabilidad inferior al bono de referencia (con vencimiento a 10 años) de España que al bono del país vecino desde finales de septiembre —exactamente ambos bonos están cerca del 3%, pero el francés un poco más caro—, algo que no pasaba precisamente desde 2008, cuando nuestra economía estaba hinchada artificialmente.

Este hito no responde ahora a una burbuja, sino que es el resultado de la suma de una transformación estructural de la economía de España por las políticas desplegadas desde 2020 por los gobiernos de coalición y de, en contraste, un periodo de mayores incertidumbres políticas y económicas en Francia. Para entender mejor la dimensión del 'sorpasso' hay que analizar la historia de los mercados de deuda.

El diferencial entre el interés que se exige a la deuda de España respecto a la de Francia llegó a superar los 500 puntos básicos (cinco puntos porcentuales), cuando la rentabilidad del bono a 10 años de nuestro país llegó a acercarse al 8%, en julio de 2012, y el del país vecino estaba por debajo del 3%.

Este mismo diferencial constituye la 'famosa' y temida prima de riesgo cuando se observa respecto a Alemania, porque compara el coste de financiación en los mercados financieros de un país frente al Estado mejor pagador y con unas cuentas más sólidas. En estos momentos, la prima de riesgo española, que se disparó hasta los 600 puntos básicos en agosto de 2012 —justo después del rescate a la banca— se encuentra estable por debajo de los 70 puntos.

“Dentro de los grandes emisores europeos, España ha mejorado su posición relativa en los mercados de deuda, mientras Francia ha enfrentado un deterioro en la confianza de los inversores debido a la inestabilidad política y fiscal. Italia, aunque ha mostrado mejoras, continúa siendo vista con mayor cautela por los mercados”, observa la AIReF.

“La prima de riesgo española ha mostrado una tendencia a la baja, situándose en niveles similares a los de octubre de 2021. A principios de diciembre de 2024, descendió por debajo de los 70 puntos básicos, alcanzando los 65 puntos, lo que indica una mejora en la percepción de solvencia del país”, continúa el informe de la Autoridad fiscal.

El coste de financiación define la carga de intereses y la estabilidad de esta, junto al crecimiento económico, es clave en el proceso de reducción de la deuda respecto al PIB. Un objetivo que exigen las nuevas reglas fiscales de la UE. Desde 2021, cuando llegó a superar el 120%, ha descendido ya más de 20 puntos porcentuales.

El 'Observatorio' de la AIReF también analiza cuáles serán los factores que contribuirán a que esa reducción continúe en los próximos años.

El límite al gasto público al que España se ha comprometido con la Comisión Europea (que irá rebajando el déficit), el avance del PIB y la inflación serán las principales variables que profundizarán en la caída de la ratio deuda/PIB, según el ejercicio de previsiones realizado por la Autoridad fiscal.

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