Esta experta en renovables de la Technical University of Denmark apunta que "en Europa se quiere entender el apagón; es clave para la transición energética" y pide "transparencia" para que "no solidifiquen mensajes" contras las energías verdes
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La investigadora española Marta Victoria se enteró del histórico apagón en la península Ibérica en Copenhague. Esta experta en energías renovables trabaja allí, en la Technical University of Denmark, y reconoce que lo que pasó el lunes se puede calificar como algo “muy poco probable”, y señala que “es por eso el interés por entender lo que ha ocurrido”.
Según advierte, es “muy importante explicar qué sucedió en España”. No solo porque la gente se quedara todo el día sin electricidad, sino también por “el impacto en la transición energética y en los sistemas con muchas renovables”, como, por ejemplo, Dinamarca. “Ha sido tan grande que, desde fuera de España, todo el mundo está intentando entender qué pasó y yo creo que en esta ocasión sería muy buena la transparencia técnica, y que Red Eléctrica ofrezca más detalles”, traslada Marta Victoria a elDiario.es.
Con la información que tiene este miércoles a mediodía, ¿cuál es su análisis del apagón?
Hay cosas que podemos descartar. Hemos descartado que sea un ciberataque. O que sea una cuestión meteorológica. Fue un evento que ocurrió en cascada. Fallaron unas cosas detrás de otras, pero el único organismo que tiene la información de cuáles de estos fallos fueron causas y cuáles consecuencias es Red Eléctrica.
Confío en que aumente la transparencia, porque creo que la declaración de Eduardo Prieto [director de servicios para la operación de Red Eléctrica de España] fue incompleta. Hay que evitar que otros mensajes que pueden no ser correctos, como que la culpa es de las renovables, se asienten en la sociedad.
¿Cuáles fueron los fallos de esa cascada?
Sabemos algunas cosas que ocurrieron. Pero no sabemos el orden. Sabemos que hubo centrales de generación que se desconectaron de la red. Sabemos que España se separó de Francia y, por tanto, del resto de Europa. Sabemos que en algún momento la frecuencia de la red, que suele estar estable alrededor de 50 hercios, empezó a fluctuar. Pero todas estas cosas pueden ser un poco a la vez causa y consecuencia. No se entiende por qué no tenemos esa información.
¿Esos fallos están relacionados con el precio de la energía en España?
No está muy claro que tenga relación. Porque los precios de la electricidad muy altos ocurren cuando el sistema está muy estresado. Cuando hay pocos generadores que quieren participar. Eso pasaba, por ejemplo, en la crisis del gas. Pero [el lunes] el precio de la electricidad era relativamente bajo o muy bajo para la hora. Entonces, no parece que desde el punto de vista del precio haya una señal que nos indique que el sistema estaba estresado.
¿Entonces también se puede descartar una manipulación de mercado que provocara la cascada de fallos?
No veo un problema de manipulación del mercado diario, del mercado horario, que es el que define qué generadores tienen que estar produciendo electricidad en cada hora. Además, existe lo que se llaman mecanismos de ajuste, que son centrales de generación, que están ahí y no están produciendo, pero están dispuestas a reaccionar si el sistema lo necesita. Como no sabemos la cadena de acontecimientos, tampoco entendemos por qué cuando empezaron a ocurrir no funcionó el mecanismo de amortiguamiento de Red Eléctrica.
Esos mecanismos de amortiguación son caros...
Sí, son caros, pero la responsabilidad de la seguridad del sistema es de Red Eléctrica y, aunque sea carísimo, puede ordenar que estos elementos entren en funcionamiento precisamente para evitar fallos. No tiene que respetar lo que ha decidido un mercado.
Por un lado, confío mucho en la capacidad técnica de Red Eléctrica. Pero, por otra parte, tenemos que entender qué ha pasado y es importante que lo entendamos pronto para evitar que esto sea un ejemplo que vaya en contra del desarrollo de las renovables o de los planes de transición energética. No solo es importante para España o el resto de Europa. Todo el mundo quiere entender qué ha pasado. Si es una cuestión técnica de la que tengamos que aprender, pues tendremos que aprender para que esto no vuelva a ocurrir.
Cada elemento del sistema eléctrico tiene unos rangos técnicos en los que tiene que reaccionar, en los que tiene que parar. Todo eso está regulado. Entonces, tenemos que entender si esta regulación no es suficientemente buena. O si alguien se la ha saltado.
De hecho, la falta de información ha avivado el debate entre renovables y nuclear, y se está criticando que se ha ido muy rápido con las energías verdes y sin la suficiente regulación.
Yo confío en que esa no es la razón, porque tenemos la experiencia de otros días, y otros años con mucha generación renovable. Existen otros muchos sistemas, como Dinamarca, que funciona con mucha más penetración renovable. O California, que nos lleva diez años de ventaja en la penetración solar, y tiene días con mucha más. Por eso, lo que necesitamos es transparencia para que no solidifique este mensaje.
Desde el punto de vista técnico, creo que tener más nuclear en el sistema no hubiese servido para nada [el lunes]. Había cerca de tres gigas y también se desconectaron muy rápido de la red, un poco en paralelo a la solar [fotovoltaica].
¿Cuáles serían los problemas de la fotovoltaica?
Hay que ser cautos. Pero, ya existen soluciones técnicas para que tenga una actitud más activa, y, junto con baterías y con inversores 'grid forming', pueda ayudar a compensar cuando la frecuencia del sistema sale del equilibrio.
¿Este apagón histórico nos debería hacer reflexionar sobre los intereses privados, de maximizar beneficios, en sectores como el de la energía? Sobre todo, porque además de las consecuencias de una caída del suministro, nos jugamos el futuro de la actividad y de la sociedad con la transición energética.
Lo que está claro es que si alguien no ha actuado de acuerdo a protocolos porque eso le suponía un coste económico y ha decidido no hacerlo, pues esto sin duda pone de manifiesto que hay cosas que no podemos tener en manos privadas. Pero hace falta más información, y no se puede señalar a nadie, ni a ninguna empresa, ni a ninguna tecnología, hasta que sepamos lo que ha ocurrido.
Pero está claro que, en un escenario en el que hablamos mucho de seguridad en todos los sentidos, también de seguridad energética, merece la pena repensar quién tiene que ser la propietaria de la generación... O de la propia Red Eléctrica, que es solo un 20% propiedad estatal.