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China impone aranceles al brandy europeo en plena escalada comercial

China impone aranceles al brandy europeo en plena escalada comercial

Pekín decide seguir adelante con los gravámenes al brandy, que afecta especialmente al coñac francés, aunque abre la puerta a pactos de precios con las compañías europeas. Las relaciones se enrarecen a las puertas de la cumbre UE-China

La UE restringe la contratación pública de productos sanitarios de China

China impondrá finalmente aranceles al brandy europeo. Pekín ha decidido seguir adelante con los gravámenes, que son una respuesta a los aranceles a los coches eléctricos fabricados en el gigante asiático que impuso la UE por las subvenciones públicas que generaron una competencia desleal en el mercado comunitario.

El Gobierno chino atrasó la decisión en plena reconexión de las relaciones y en un momento en el que la UE se vio obligada a mirar de nuevo a ese país ante la guerra comercial desatada por Donald Trump.

Pekín gravará con tasas de entre el 27,7% y el 34,9% el brandy europeo al determinar que “existe competencia desleal ('dumping') en este producto, que la industria nacional del brandy está amenazada de sufrir un perjuicio sustancial y que existe una relación causal entre el 'dumping' y la amenaza de perjuicio sustancial”, según ha informado el Ministerio de Comercio.

La medida afectará especialmente al sector del coñac francés, que tiene en China a su segundo importador, por detrás de EEUU. No obstante, la puerta queda abierta para que las empresas puedan pactar un precio para el mercado chino y queden al margen de esos gravámenes. Según la Agencia EFE, 14 compañías han planteado acogerse a los compromisos de precios, entre ellas Martell, Hennessy o Remy Martin.

La que sigue a la espera de conclusión es la decisión sobre los aranceles a la carne de cerdo europea, que es otra de las represalias anunciadas por China tras los aranceles a los vehículos eléctricos. Esas tasas afectarían en gran medida al sector porcino español.

En la Comisión Europea han calificado el castigo al brandy como una medida “injusta, injustificada e incompatible” con las normas de comercio internacional. “No se ha abordado ninguna de las preocupaciones que señalamos en la fase provisional y que planteamos en una consulta formal a la Organización Mundial del Comercio el pasado mes de noviembre”, ha afirmado el portavoz de comercio, Olof Gill, que ha acusado a China de seguir “una preocupante pauta de abuso por parte de China de los instrumentos de defensa comercial, iniciando y llevando a cabo investigaciones sobre la base de alegaciones cuestionables y pruebas insuficientes, todo ello en un breve periodo de tiempo”.

“Vamos a estudiar detenidamente estas medidas y evaluaremos los próximos pasos para proteger mejor la industria y los intereses económicos de la UE”, ha apuntado sin dar más detalles. También ha evitado entrar en las conversaciones sobre los aranceles al vehículo eléctrico que están “en marcha”. Una de las opciones que Bruselas planteó es fijar precios mínimos a la comercialización de los aparatos producidos en el gigante asiático para proteger a los fabricantes europeos.

El movimiento del Gobierno chino coincide con la presencia en Europa del ministro Exteriores, Wang Yi, con motivo del decimotercer diálogo estratégico entre la UE y China, y a las puertas de la cumbre UE-China que se celebrará en Pekín a finales de julio. Según publicó Bloomberg, el Gobierno chino está valorando cancelar la segunda jornada de esa cita de máximo nivel, a la que acudirán los presidentes del Consejo Europeo y la Comisión Europea, António Costa y Ursula von der Leyen.

La segunda jornada estaba previsto que se centrara en la parte más económica y de negocios, mientras que la primera tiene que ver con la relación estratégica entre las dos potencias. Fuentes comunitarias se limitan a decir que se está “finalizando el programa” y que se está “discutiendo” con la parte china, que es la anfitriona del encuentro.

La relación se enrarece, por tanto, a medida que se acerca la fecha de la cumbre con un país con el que la UE tiene dificultades para relacionarse dada su triple condición de “socio, competidor y rival sistémico”. De hecho, hace unas semanas, Bruselas decidió restringir la contratación pública de servicios sanitarios chinos ante el cierre del mercado en ese país a los productos europeos. En la UE también presionan para que China cambie su relación con Rusia, y deje de apoyar a Vladímir Putin en la guerra contra Ucrania.

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