Las manifestaciones prodemocráticas de Hong Kong se centraron hoy en el aeropuerto, que ya consiguieron bloquear a mediados de agosto, solo que en esta ocasión se limitaron a interrumpir el transporte rumbo a las terminales con el objetivo de ahogar su tráfico.
Lo consiguieron en el caso de la línea de metro que conecta la ciudad con el aeropuerto, cuyo servicio suspendió la empresa gestora, MTR, tras conocer una imágenes en las que varios vándalos pintaban con aerosol en la estación y tratando de romper las máquinas expendedoras de billetes.
Las autoridades aeroportuarias también decidieron cerrar el aparcamiento de corta estancia número 1.
Hasta las 18.00 hora local (10.00 hora GMT) no se había cancelado ningún vuelo por las protestas, aunque el diario local South China Morning Post señaló que éstas, bajo el lema "Atascados contigo", sí han empezado a tener impacto en el tráfico aéreo de uno de los aeropuertos más concurridos de Asia.
"De los 24 vuelos de larga distancia (de la aerolínea local Cathay Pacific) cuya salida está prevista entre las 23.00 y las 02.00 del 2 de septiembre (15.00 y 18.00 hora GMT del domingo), unos 11 vuelos a Europa, Australia y África se han retrasado hasta dos horas", indicó el rotativo.
Algunos manifestantes montaron barricadas usando, entre otras cosas, carros para transportar el equipaje en distintas partes de la terminal de llegada de autobuses para poner distancia de por medio con la Policía, cuya presencia era destacada en el aeropuerto.
Varias cámaras de vigilancia y parquímetros resultaron dañados por las acciones de algunos manifestantes, que acudieron a miles a la protestas, algunos de ellos a pie desde una ciudad cercana.
La misma solución encontraron algunos viajeros, ante el atasco en las carreteras que se llevan al Aeropuerto Internacional de Hong Kong.
En torno a las 15.30 (07.30 hora GMT), los antidisturbios comenzaron a dispersar a los manifestantes, que se retiraron sin registrarse enfrentamientos con los agentes.
El grueso de la protesta se realizó fuera de las terminales ya que, después de la paralización del aeropuerto por las protestas a mediados de agosto -que supuso la cancelación de casi mil vuelos- las autoridades aeroportuarias obtuvieron un requerimiento judicial que prohíbe las manifestaciones en la mayor parte de las terminales.
No obstante, no especifica qué vías aledañas al aeropuerto también están afectadas por la medida.
Algunos manifestantes enmascarados, sin embargo, hicieron añicos una puerta de cristal y accedieron a la Terminal 1, de la que les echó la Policía poco después.
Esta nueva manifestación, en el décimo tercer fin de semana consecutivo de protestas en Hong Kong, se produce después de que anoche hubiera fuertes enfrentamientos entre antidisturbios y manifestantes violentos en los que hubo cócteles molotov, cañones de agua, barricadas en llamas y cargas policiales.
De hecho, al menos cinco personas permanecen en estado grave tras estos, según fuentes de los servicios sanitarios.
La fuente indicó que anoche hospitalizaron a 31 personas, de las cuales 18 habían sido dadas de alta a las 08.00 hora local de hoy (00.00 hora GMT), mientras que otras 8 continúan recibiendo tratamiento médico, aunque permanecen estables.
Desde la ONG defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) consideraron que la violencia policial vivida anoche en Hong Kong, "que dejó a viandantes aterrados atrapados en la melé, queda por debajo de los niveles de vigilancia policial internacionales".
"Las imágenes de vídeo muestran a la policía irrumpiendo en un vagón (del metro a la altura de la estación de Prince Edward) y golpeando con porras de forma constante a gente que no suponía amenaza alguna. Se usó espray pimienta en el vagón, del que la gente no tenía forma de huir", indicó hoy en un comunicado de prensa el director de la rama hongkonesa de AI, Man-kei Tam.
Asimismo, añadió, "no se permitió a los médicos entrar a la estación"
"Este tipo de tácticas policiales ilegales siguen inflamando la situación, más que relajándola", apuntó el responsable de AI en Hong Kong, quien agregó que "la operación policial del sábado solo subraya la urgente necesidad de una investigación independiente y adecuada" sobre la brutalidad policial para dispersar las protestas.
Éstas comenzaron el pasado mes de marzo como oposición a una polémica propuesta de ley de extradición que, según abogados y activistas, podría haber permitido a Pekín acceder a "fugitivos" refugiados en la excolonia británica.
Las manifestaciones han movilizado desde junio a cientos de miles de personas y han dejado enfrentamientos entre algunos manifestantes violentos y la Policía, a la que se ha acusado de abusar de su poder a la hora de disuadir las protestas.
Aunque a principios de julio las autoridades hongkonesas declararon "muerta" esa propuesta de ley, los manifestantes exigen que se retire oficialmente y han ampliado sus demandas con el objetivo de mejorar los mecanismo democráticos de la ciudad y, en definitiva, oponerse al autoritarismo chino.
Por su parte, Pekín asegura que detrás de las protestas existe una "mano negra" y señala a "algunas fuerzas de Estados Unidos" como responsables
Tras recuperar la soberanía del territorio de manos británicas en 1997, y bajo la fórmula "Un país, dos sistemas", el Gobierno chino se comprometió a mantener la autonomía de Hong Kong y a respetar hasta 2047 una serie de libertades de las que no gozan los ciudadanos de la China continental.
Shirley Lau