El Gobierno del primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, prometió hoy el fin de la austeridad al presentar sus prioridades presupuestarias para el próximo año, mientras aumenta la probabilidad de que se celebren elecciones anticipadas en el Reino Unido.
El ministro de Economía, Sajid Javid, dijo que "se pasará página" a los recortes (aplicados por anteriores Ejecutivos conservadores) al presentar en la Cámara de los Comunes la "Revisión del gasto" para el ejercicio 2020-21, donde reveló incrementos para los diferentes ministerios.
Sus promesas fueron ninguneadas por su contraparte en la oposición laborista, John McDonnell, que le acusó de "insultar la inteligencia del pueblo británico" al recurrir a "clichés vacíos" en un discurso "preelectoral".
McDonnell señaló también que el presunto aumento del gasto público quedará en nada si, como pretende este Gobierno, el país sale de la Unión Europea (UE) sin acuerdo en la fecha prevista del 31 de octubre, lo que provocaría una crisis económica.
Tras un largo preámbulo en el que fue amonestado por el presidente de los Comunes, John Bercow, por desviarse de su tema y atacar a los laboristas, Javid precisó que la inversión gubernamental subirá en 2020-21 hasta un total de 30.400 millones de libras (unos 33.664 millones de euros).
El ministro dijo que reservará una partida extra de 2.000 millones de libras (2.213 millones de euros) para afrontar un eventual "brexit" duro y aumentará un 6,3 % el presupuesto del ministerio del Interior para financiar el reclutamiento de 20.000 nuevos policías.
Se destinarán 6.200 millones de libras más (6.800 millones de euros) al Servicio nacional de salud (NHS, en inglés) y otros 2.200 millones (2.400 millones de euros) al ministerio de Defensa, además de nuevas dotaciones para combatir la explotación infantil por internet y la crisis climática.
Tras confirmar que ningún ministerio sufrirá recortes, el jefe del Tesoro, que llegó al cargo en julio de la mano de Johnson, aseguró que se trata "del mayor aumento del gasto público diario en 15 años".
Javid concedió que, para aplicar estos incrementos, deberá revisar los objetivos de disciplina fiscal marcados por el anterior Gobierno conservador, que previamente se había comprometido a respetar.
Esos objetivos le obligaban a reducir el déficit estructural del Estado a menos de un 2 % del producto interior bruto (PIB) en 2020-21 y eliminarlo para 2025.
En su discurso, el nuevo ministro argumentó que la salida de la UE presenta "oportunidades" para la economía y reiteró que el país está "preparado" para una posible retirada brusca.
Su Revisión del gasto, que cubre solo un año fiscal en lugar del periodo habitual más largo, se interpreta como un reclamo electoral ante la posibilidad de que Johnson convoque elecciones anticipadas por la oposición del Parlamento a sus planes de "brexit".
Sin embargo, Johnson necesitaría el apoyo de dos tercios de la cámara para convocar esos comicios, programados inicialmente para 2022, lo que posiblemente no consiga en el futuro inmediato pues la oposición laborista ha indicado que solamente los respaldará una vez haya quedado descartada en el Parlamento la opción de una retirada sin acuerdo del bloque comunitario.
A diferencia del presupuesto anual, que suele presentarse en octubre o noviembre, la revisión del gasto la realiza el Ejecutivo de turno cuando lo considera conveniente y normalmente cubriendo un periodo de entre tres y cinco años a fin de ofrecer más horizonte a los inversores.
En este caso, debido a la nebulosa que rodea al "brexit", el informe de Javid ha sido más limitado y no ha estado acompañado de previsiones oficiales de crecimiento económico y de endeudamiento del Estado -lo que ha sido criticado por la oposición y los analistas-.