El presidente sirio, Bachar al Asad, afirmó este viernes que el alto el fuego anunciado ayer por Rusia, aliada de Damasco, y Turquía, valedora de la oposición siria, en la provincia de Idlib, que ha frenado ya los ataques aéreos contra los civiles en la región del noroeste del país, puede ser una oportunidad positiva para relanzar el proceso político en Siria.

"Los acuerdos que se han alcanzado contribuyen a los esfuerzos para garantizar la soberanía de Siria y la unidad de su territorio, además de que pueden ayudar a preparar el ambiente para relanzar el proceso político", indicó la presidencia siria en un comunicado, que informó sobre una conversación telefónica entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y Al Asad.

Ayer, el presidentes turco, Recep Tayyip Erdogan, y Putin anunciaron en Moscú, tras una reunión de seis horas, un alto el fuego que entraría en vigor a partir de las 00.01 hora local (22.01 GMT) de este viernes en toda la región del noroeste de Siria, considerada el último bastión opositor en el país, en una ofensiva que comenzó el pasado abril.

CIELO SIN AVIONES DE GUERRA

Al Asad señaló, según la nota, que este cese de las hostilidades puede tener "repercusiones positivas para el pueblo sirio en diferentes aspectos, incluidos el humanitario, social o económico, en el caso de que la parte turca se comprometa a ello".

Hasta el momento, no ha habido ataques aéreos por parte de aviones sirios y rusos contra el noroeste de Siria.

Ahmed al Sheikhu, el portavoz en la ciudad de Idlib para la Defensa Civil siria, conocida como los "cascos blancos", aseguró a Efe de que "no ha habido ataques aéreos en la provincia" y que "la calma prevalece en Idlib y las áreas en las que hubo choques".

Sin embargo, a primeras horas del alto el fuego hubo unos combates que dejaron muertos en las filas de las tropas sirias y opositoras.

El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, informó hoy a Efe de que al menos seis efectivos del Ejército sirio murieron, así como otros nueve combatientes del grupo radical Partido Islámico del Turkestán, presente en el norte de Siria desde hace años y en cuyas filas luchan uigures, una minoría étnica china de religión musulmana.

Estos incidentes duraron hasta las 03.00 hora local (01.00 GMT) en los montes de Zawya, en el sur de Idlib, según el responsable de la ONG, cuya sede se encuentra en el Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores sobre el terreno.

Abderrahman afirmó que tras esos choques se mantiene la calma en la región, una información también confirmada por Al Sheikhu.

Idlib, donde el ejército sirio y su aliada Rusia están llevando a cabo una ofensiva desde el pasado abril, está prácticamente dominada por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que está incluida la exfilial siria de Al Qaeda, a la que Moscú y Damasco consideran "terrorista".

Además de esta alianza, el Frente Nacional de Liberación, integrado principalmente por facciones sirias que operan bajo el paraguas del rebelde Ejército Libre Sirio (ELS), combate contra las tropas leales al presidente sirio y cuenta con el respaldo de Turquía.

Naji Mustafa, su portavoz, aseguró a Efe por teléfono que tras el alto el fuego decenas de misiles también fueron lanzados hacia el oeste de la provincia de Alepo.

TERCER ALTO EL FUEGO DESDE EL INICIO DE LA OFENSIVA

La ofensiva de Damasco y Moscú contra los insurrectos comenzó el pasado 29 de abril y desde entonces ha habido tres altos el fuego.

El primero de ellos fue tras la toma de la ciudad estratégica de Jan Shijún, en el sur de Idlib. El alto el fuego se rompió dos meses después tras la primera visita de Al Asad a Idlib desde que comenzó la guerra en Siria en 2011.

El segundo tuvo lugar en enero, pero fue de muy corta duración y supuso una oportunidad para las tropas sirias, que avanzaron en su campaña terrestre.

Este tercer alto el fuego ha tenido lugar después de que Turquía anunciara una ofensiva tras vivir su peor episodio desde 2016, fecha en la que interviene en Siria, por la muerte de más de una treintena de sus soldados en un ataque de Damasco en Idlib.

Además del alto el fuego, Erdogan y Putin acordaron crear un "corredor de seguridad" a lo largo de la carretera M4, que une Alepo con Latakia, feudo de Al Asad, que se extenderá seis kilómetros hacia el norte y seis kilómetros al sur.

Asimismo, los dos países también comenzarán el próximo día 15 a patrullar juntos a lo largo de la M4, desde la localidad de Trumba, situada a dos kilómetros al oeste de la ciudad estrátégica de Saraqeb, hasta Ayn al Hawr.

Esta larga ofensiva ha causado más de 1.500 muertos, según la ONU, y más de 960.000 desplazados desde el 1 de diciembre, lo que se considera la peor ola de desplazamientos desde el inicio de la guerra.

Isaac J. Martín