Italia confirma su tendencia a la baja. Según han informado las autoridades sanitarias, el país ha registrado 578 muertes y 2.667 nuevos contagios en las últimas 24 horas, lo que supone el menor número de infectados por la COVID-19 desde el pasado 13 de marzo por segundo día consecutivo (ayer fueron 2.972).
El dato de las defunciones no es tan positivo como el del pasado domingo, cuando las cifras fueron las más bajas desde el 18 de marzo con 431 personas fallecidas, y confirma el pequeño repunte que también pudo comprobarse en el pasado balance.
Italia suma un total de 21.645 fallecidos y 165.155 casos desde el inicio de la crisis, de los que 105.418 siguen activos.
Mejora la situación en Lombardía donde los fallecidos en las últimas 24 horas han sido 235 respecto a los 241 de ayer, el aumento de casos positivos fue de 827, cuando ayer fue 1012 y también se ha producido una bajada de 34 pacientes ingresados y 48 ingresados menos en cuidados intensivos.
Datos que dan esperanza a la región más afectada por la pandemia, con 11.142 muertos y actualmente 61.326 enfermos, y que hoy pidió al Gobierno que permita la apertura de las actividades productivas a partir del 4 de mayo y ha presentado un plan para la desescalada. En un comunicado, la región explicó que "solicitará al Gobierno que dé luz verde a las actividades de producción de conformidad con las llamadas "Cuatro D".
Se refieren a: Distancia, un metro de seguridad entre personas; dispositivos, es decir, máscara obligatoria para todos; digitalización, obligación de teletrabajo para el actividades que pueden preverlo, y diagnóstico, ya que a partir del 21 de abril comenzarán las pruebas serológicas gracias a los estudios en colaboración con el hospital San Matteo de Pavía. Todo esto, continúan, será acompañado de un plan para reabrir oficinas y empresas y más tarde, escuelas y universidades.