40 minutos. Esto es lo que ha durado el histórico encuentro entre el Papa Francisco y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, el primero que se produce desde el comienzo de la invasión rusa. Pocos minutos después de las cuatro de la tarde, Zelenski, ataviado con su ya conocido equipamiento militar, ha llegado al Vaticano, siendo recibido con honores de Estado por el jefe de la Casa Pontificia, Leonardo Sapienza, y la Guardia Suiza.
Francisco le esperaba a la entrada del Aula Pablo VI, según las imágenes publicadas por la Embajada de Ucrania ante la Santa Sede.
Según la Santa Sede, durante la conversación se habló de "la situación humanitaria y política en Ucrania provocada por la guerra en curso". Así, "el Papa prometió sus oraciones constantes, puestas de manifiesto por sus numerosos llamamientos públicos y su continua invocación al Señor por la paz desde febrero del año pasado".
Ambos líderes, añade la Santa Sede, "coincidieron en la necesidad de continuar los esfuerzos humanitarios para apoyar a la población", y Francisco hizo especial hincapié en la "urgente necesidad" de "gestos de humanidad hacia las personas más frágiles, las víctimas inocentes del conflicto".
Por su parte, el presidente ucraniano ha resaltado en su canal de Telegram la preocupación del pontífice por la tragedia sufrida por el pueblo de Ucrania. "También hizo hincapié en las decenas de miles de niños deportados. Debemos hacer todo lo posible para traerlos a casa", ha aseverado Zelenski, quien ha pedido a Bergoglio que condene los crímenes rusos.
"No puede haber igualdad entre la víctima y el agresor", ha asegurado Zelenski a través de la mencionada plataforma. Y ha añadido: "También habló de nuestra fórmula de paz como el único algoritmo eficaz para lograr una paz justa. Se ofreció a sumarse a su aplicación".
A lo largo de este año y dos meses de guerra, Francisco y Zelenski han hablado en al menos dos ocasiones, mientras que no ha sido posible una conversación directa con Vladimir Putin. El Papa ha sido invitado a Kiev, y ha aceptado la visita, pero con la condición de acudir también a Moscú, algo que por el momento no parece que vaya a producirse.
Lo que sí parece que está llevando a cabo la Santa Sede, con la más absoluta discreción, son las tareas para lograr el intercambio de presos. Durante el vuelo de regreso de su reciente viaje a Hungría, Francisco anunciaba un "plan de paz" del que no se conoce detalle alguno y que, oficialmente, ni Ucrania ni Rusia saben nada, pero que podría tener que ver, por lo que se ha sugerido, tanto con la reunión de hoy como con el inminente envío de un mediador por parte de China.
También, su reunión, esta misma semana, con el patriarca Antonio, representante de Asuntos Exteriores de Kirill, con quien Bergoglio también intentó, infructuosamente, encontrarse en junio pasado en Jerusalén para abordar conjuntamente un plan de paz. El patriarca ortodoxo de Moscú es uno de los principales aliados de Putin
Antes de visitar al Papa, Zelenski se encontró con el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, y con la primera ministra, Giorgia Meloni. "Estoy agradecido por la postura constante sobre el apoyo a Ucrania. Agradecemos la importante asistencia militar que le da a nuestro país la capacidad de resistir la agresión rusa", señalaba el líder ucraniano tras el encuentro en el Quirinale. "La clave de nuestro éxito en el campo de batalla es la recepción oportuna de la asistencia necesaria. Italia estuvo y está del lado correcto, del lado de la verdad en esta guerra", incidió.
Tras ver al presidente italiano, el líder ucraniano compartió un almuerzo de trabajo (unos 70 minutos) con Giorgia Meloni, antes de dirigirse al Vaticano. Meloni aseguró a Zelenski que Italia apoya la adhesión de Kiev a la Unón Europea. "Desde el principio, Italia ha estado a la vanguardia para la atribución del estatus de candidato a la Unión Europea a Ucrania, y seguirá asegurando su apoyo para facilitar la integración progresiva de Kiev, que lucha por defender los valores europeos de libertad y democracia; y es una avanzada de la seguridad del continente europeo", incidió Meloni.
Por su parte, Zelenski garantizó que los niños ucranianos deportados forzosamente por Rusia podrían ser más de 200.000. Así, explicó que Kiev tiene identificados, con sus nombres y sus edades, a más de 19.000 niños pero que "el número real de los niños llevados a la fuerza al territorio del agresor" podría ser de al menos 200.000, "y no sabemos su destino", sólo que el Gobierno ruso "les enseña a odiar" a Ucrania.