El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, advirtió este domingo que una escalada en el golfo Pérsico sería "muy grave" y celebró que por ahora las llamadas a la tranquilidad estén dando resultados.
Borrell, en declaraciones a los periodistas, subrayó la gravedad de los recientes ataques contra refinerías de petróleo de Arabia Saudí y las implicaciones que pueden tener para una zona del mundo convertida en un escenario "peligroso".
"Es un tema grave, que hemos condenado y hemos mostrado nuestro apoyo al reino de Arabia Saudí, pero de momento no ha habido una escalada, que sería realmente muy grave", apuntó el ministro.
Esos ataques han disparado la tensión en el golfo Pérsico y, especialmente, entre Estados Unidos e Irán, a quién Washington ha responsabilizado de esas acciones a pesar de que fueron reivindicadas por los rebeldes hutíes chiíes de Yemen.
Esta crisis centrará la reunión que la próxima semana mantendrán en los márgenes de la Asamblea General de la ONU el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el líder iraní, Hasan Rohaní.
Borrell destacó este domingo la relevancia que tiene que España mantengan este contacto "en un momento como este" y aseguró que la cita muestra "la importancia que tiene España como interlocutor" y la "preocupación del presidente del Gobierno con uno de los temas que afectan más directamente a la seguridad de los europeos hoy".
La tensión entre Irán y Estados Unidos centrará buena parte de la atención en la Asamblea General de la ONU, a la que asistirán tanto Rohaní como el presidente estadounidense, Donald Trump.
Inicialmente, Washington había planteado la ocasión como una oportunidad para llevar a cabo un acercamiento con Irán e incluso una posible reunión entre los dos líderes, algo que ha quedado prácticamente descartado tras los últimos acontecimientos.
El pasado viernes, Trump anunció nuevas sanciones contra el banco central iraní, en un intento por asfixiar económicamente a Teherán, y aprobó un envío de tropas a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (UAE) en respuesta a los ataques contra refinerías saudíes.
Mientras, Europa trata de tender puentes entre las dos partes y de mantener con vida el pacto nuclear de 2015, que EE.UU. abandonó de forma unilateral.