La UE ha monitorizado la rebelión del Grupo Wagner durante el fin de semana a través de la activación del centro de respuesta de crisis y en contacto con el G7. A pesar de que en todo momento han asegurado que se trata de un "asunto interno" de Rusia, la diplomacia europea es consciente de que puede tener repercusiones. Así lo ha advertido el alto representante, Josep Borrell, antes de reunirse con los ministros de Exteriores de los 27 con los que abordará el asunto.
"No es bueno ver a una potencia como Rusia yendo a la inestabilidad política. Eso debe ser tenido en cuenta", ha expresado Borrell en declaraciones a los periodistas a su llegada a Luxemburgo. Para él, el órdago lanzado este fin de semana por el jefe de Wgner, Yevgeny Prigozhin, demuestra que el "poder militar de Rusia" se está rompiendo" y afectando a su "sistema político", que ha revelado "fragilidades".
"El monstruo que Putin ha creado le está mordiendo ahora. El monstruo está actuando contra su creador", ha ejemplificado el vicepresidente de la Comisión Europea, que considera que en "es el momento de seguir ayudando a Ucrania". Los expertos creen que la rebelión del jefe de Wagner, que es el ejército de mercenarios que Putin ha usado en sus intervenciones militares, entre ellas la invasión de Ucrania, puede favorecer la contraofensiva del ejército de Volodímir Zelenski.
"Más que nunca. Y es lo que vamos a hacer", ha apostillado Borrell, que se ha referido a la ampliación en 3.500 millones de euros del tope de financiación para la ayuda militar a través del 3.500 millones de euros del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz que los ministros de Exteriores de la UE han autorizado este lunes. Esa vía para proporcionar armamento a Ucrania asciende ya a 12.000 millones de euros.
"Lo que han demostrado los acontecimientos de este fin de semana es que hay divisiones profundas dentro de Rusia y todavía queda tiempo y hay que ser muy cautos y prudentes para ver cuál es el recorrido de esta situación", ha respondido el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, a la pregunta de si la rebelión de Wagner se puede dar por zanjada o, por el contrario, considera que puede volver a amenazar a Moscú.
El ministro sueco, Tobias Billström, quien todavía ostenta la presidencia rotatoria de la UE, también considera que es "pronto para hacer un análisis profundo" de la situación, pero ha reconocido que tendrá "consecuencias en materia de seguridad. "Es muy difícil hacer declaraciones de lo que está sucediendo en Rusia y esto es claramente porque está perdiendo la guerra contra Ucrania", ha agregado tras celebrar la aprobación del undécimo paquete de sanciones, que incluye un mecanismo para evitar que terceros países sorteen las restricciones a Rusia.
El jefe de la diplomacia de Estonia, Margus Tsahkna, ha ido un paso más allá: "Esta situación en Rusia nos da más oportunidades para apoyar a Ucrania y encontrar el camino de la victoria". "La victoria de Ucrania es crucial para nosotros también", había señalado previamente. Aunque ha reconocido que es "muy difícil" hacer predicciones, su homólogo danés, Lars Lokke Rasmussen, también ve "debilitado" a Putin y ha asegurado que la situación tiene "un impacto en el resto del mundo y podría tenerlo en la guerra de Ucrania".