Un colectivo ha recogido las firmas necesarias para presentar el proyecto ante el ayuntamiento, que ahora debe tomar una decisión y que tiene una mayoría progresista
En los barrios históricos y las zonas del corazón de Lisboa, los residentes son minoría desde hace varios años, ya que los turistas llenan los pisos turísticos donde antes vivía gente. Ahora, un grupo de ciudadanos quiere poner freno y acabar con los pisos turísticos en edificios residenciales mediante la celebración de un referéndum a nivel municipal.
Se calcula que en toda la capital portuguesa hay actualmente más de 19.000 pisos turísticos. Muchos de estos alojamientos se encuentran en edificios anteriormente en ruinas y que han sido rehabilitados específicamente para este fin. Otros estaban habitados, pero sus ocupantes han visto sus contratos de arrendamiento cancelados o el precio de estos se ha disparado. Con una crisis inmobiliaria en curso y una falta de construcción de viviendas destinadas a las clases medias, Portugal se enfrenta a una compleja situación: ¿Hasta dónde puede crecer el turismo? ¿Ha ido demasiado lejos?
Diogo Guerra cree que sí. Es miembro del movimiento “Referéndum por la vivienda”, el colectivo que lleva unos meses recogiendo firmas para que los lisboetas voten sobre la situación del turismo en la ciudad. Diogo Guerra explica a elDiario.es que el movimiento se formó porque no ven “a los políticos aplicar medidas” para controlar la turistificación de la ciudad.
La mitad del crecimiento económico de Portugal se debe al turismoEn 2022 el Tribunal Supremo de Justicia publicó una sentencia que dejaba claro que la actividad de los pisos turísticos no es compatible con un edificio donde viven personas. A pesar de la jurisprudencia, nada ha cambiado en Portugal e incluso ha aumentado el número de pisos turísticos. Según Diogo Guerra esto se debe a que se ha creado la idea de que “el turismo es la salvación de Portugal y, por lo tanto, no se puede tocar”, pero “no hay una evaluación crítica” de las consecuencias, sobre todo de las repercusiones para el sector de la vivienda y el perfil de empleos inestables y mal pagados que se han creado.
Tras la crisis económica de 2010, el país se reconstruyó aumentando el peso y la dependencia del turismo en la actividad económica. El alquiler informal de viviendas, tradicionalmente asociado a las zonas de playa, se ha expandido en las grandes ciudades, sobre todo en sintonía con el crecimiento de la plataforma Airbnb. Entre 2010 y 2023, Lisboa vio crecer el número de pisos turísticos de 500 a 19.000.
Basta con echar un vistazo a las cifras: Portugal creció un 2,3% el año pasado y casi la mitad del crecimiento (1,1%) impulsado por el sector turístico. El sector representa ahora en torno al 13% del PIB portugués.
A pesar de este panorama, Diogo Guerra se niega a echar toda la culpa de la crisis inmobiliaria al turismo: “Somos perfectamente conscientes de que la crisis no se debe a un único factor, entre otras cosas porque hay una enorme falta de construcción de viviendas”, afirma. En la última década, el sector de la construcción se ha centrado principalmente en edificar para la clase alta y para el turismo.
El referéndumEste agosto entraron en vigor los incentivos propuestos por el Gobierno de centroderecha para que los jóvenes de hasta 35 años compren una vivienda –como la posibilidad de financiar el 100% del valor de la casa y la dispensa de pagar algunos impuestos durante la compra–, pero en un país en el que, de media, la gente deja la casa de sus padres a los 30 años, las medidas se consideran insuficientes, ya que no hay casas disponibles a un valor compatible con los bajos salarios que ofrece el país.
Diogo Guerra explica a elDiario.es que la idea es someter a referéndum local dos preguntas: una para preguntar a los lisboetas si están de acuerdo con la anulación en un plazo de 180 días de todas las licencias de pisos turísticos en edificios residenciales, y otra para preguntar si están de acuerdo con cambiar la normativa municipal para impedir nuevas licencias de pisos turísticos.
De momento, son los ayuntamientos los que definen las ratios de pisos turísticos en sus municipios. Actualmente, 16 de las 24 freguesias (barrios) de Lisboa no permiten nuevas licencias por haber superado el ratio del 15% de pisos turísticos sobre el total de viviendas. Sin embargo, hay excepciones que permiten aumentar el número de pisos turísticos, como en los casos en los que el edificio que se va a destinar a ocupación turística se encuentre en ruinas y sea remodelado para este fin.
Habiendo conseguido ya reunir las 5.000 firmas necesarias, el colectivo “Referéndum por la vivienda” entregará la propuesta a la Asamblea Municipal de Lisboa (órgano deliberativo del ayuntamiento) después del periodo de vacaciones. Aún no se ha hecho pública la postura de los distintos partidos, pero este órgano deliberativo cuenta con una mayoría de miembros de los partidos de izquierda que abogan por limitar los pisos turísticos en la ciudad, aunque los socialistas no defienden la retirada de las licencias existentes.
Las dos preguntas propuestas pasarán entonces a los tribunales para que verifiquen su viabilidad y constitucionalidad. El referéndum podría convocarse para la próxima primavera, o al menos eso es lo que espera el grupo de ciudadanos al que se le ocurrió la idea de este referéndum. Para que el resultado sea vinculante, debe haber una participación de al menos el 50% de los 465.000 electores de Lisboa, pero es tradición en Portugal que los órganos políticos respeten los resultados de las consultas a pesar de no alcanzar la mitad del censo electoral. Si los diputados aprueban su celebración, será la primera vez que se realice un referéndum local propuesto por los ciudadanos y no por los órganos municipales.
El alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, elegido por una coalición de centroderecha, tiene un discurso contradictorio sobre los pisos turísticos. En julio dijo en una entrevista a El País, que “es inaceptable que algunas zonas de la ciudad tengan un 65% de pisos turísticos” –como ocurre en algunos barrios históricos–, pero antes también fue crítico con las decisiones del Gobierno socialista que limitaban la expansión de este tipo de alojamientos para turistas, e incluso apoyó a los propietarios de pisos turísticos en una manifestación contra las medidas del anterior Gobierno.
Por el momento, Carlos Moedas se niega a retirar licencias en zonas donde la presión supera los límites desde hace tiempo, pero admite no renovarlas. El alcalde aún no se ha pronunciado sobre la propuesta de referéndum.
No es la primera vez que se celebra un referéndum local en Lisboa. En febrero de 2023 se dio a escoger a los residentes del barrio de Benfica si querían que el aparcamiento fuera de pago en el barrio, pero la gran mayoría de los votantes (80%) prefirió mantener su barrio sin parquímetros.