El primer ministro israelí ha amenazado a Irán y ha prometido que continuará con sus ofensivas hasta lograr una "victoria total" contra el grupo palestino Hamás y el libanés Hizbulá
“No hay ningún lugar en Irán adonde el largo brazo de Israel no pueda llegar. Y lo mismo vale para Oriente Medio”, ha advertido el primer ministro Benjamín Netanyahu en la 79 sesión de la Asamblea General de la ONU, de la que se han ausentado en señal de protesta los representantes de muchos países cuando el israelí ha subido al estrado.
A pesar de que la sala se haya quedado medio vacía, Netanyahu ha contado con un grupo de seguidores que han aplaudido tras cada una de sus afirmaciones y han llenado el vacío que se había creado de la gran habitación. La delegación española sí ha permanecido en la sala durante la intervención del primer ministro israelí.
Netanyahu ha empezado diciendo que no tendría que haber ido a Nueva York este año porque su país “está en guerra, luchando por su vida”, pero ha agregado que decidió acudir para rebatir las mentiras y las acusaciones que estaban siendo vertidas contra él y su Gobierno.
Como ya ha hecho en otras citas anuales en la sede de Naciones Unidas, ha mostrado dos mapas: uno en el que se podía leer “la bendición” y otro con el título “la maldición”. “¿Qué mapa de estos dos va a moldear nuestro futuro?”, ha preguntado, explicando que Israel lleva tiempo trabajando en el escenario que plantea la bendición: alcanzar acuerdos con los países árabes del golfo Pérsico y convertirse así en “un puente entre Asia y Europa”. El otro escenario, de color negro, representa el llamado 'Eje de la Resistencia' encabezado por Irán, en el que se encuentran Siria, las milicias poriraníes de Irak, Hizbulá y los rebeldes hutíes del Yemen, entre otros.
El primer ministro ha defendido la ofensiva que ha lanzado esta semana el Ejército israelí contra Líbano, mientras la aviación ha seguido bombardeando “objetivos terroristas” del grupo chií Hizbulá en el sur y el este del país, donde han fallecido unas 700 personas desde el lunes por los ataques de Israel. “Mientras Hizbulá opte por el camino de la guerra, Israel no tendrá otra alternativa e Israel tiene todo el derecho a eliminar esta amenaza”, ha insistido Netanyahu. “Nos enfrentamos a enemigos que buscan nuestra aniquilación y debemos defendernos ante estos asesinos salvajes”, ha esgrimido.
“No aceptaremos que otro grupo terrorista [Hizbulá] se coloque en nuestra frontera septentrional para que pueda realizar otro atentado”, ha afirmado el líder israelí, en referencia al ataque que Hamás lanzó el pasado 7 de octubre desde la Franja de Gaza contra el sur de Israel. Netanyahu ha recordado a las 250 personas secuestradas por Hamás hace casi un año, de las que un centenar siguen retenidas en Gaza. “No vamos a parar hasta cumplir nuestra misión: devolver a los rehenes a casa”, ha prometido.
Ha asegurado que la guerra de Gaza “puede terminar ahora”: “Todo lo que tiene que hacer Hamás es rendirse, entregar las armas y liberar a los rehenes”. También ha detallado que sus tropas han eliminado a 23 de los 24 batallones de Hamás, pero que no van a parar hasta la “victoria total” en la Franja.
Las palabras de Netanyahu en la ONU suman más confusión a los volantazos de Israel respecto a la propuesta de alto el fuego en Líbano planteada por Estados Unidos y Francia. En su discurso, no ha hecho ninguna referencia a esta proposición, ni a la posibilidad de un acuerdo para poner fin a la guerra en Gaza.
Cuando Washington hizo pública la propuesta el jueves, Netanyahu y su ministro de Exteriores, Israel Katz, se mostraron taxativos y aseguraron que seguirían adelante con la ofensiva contra Hizbulá, a pesar de los llamamientos internacionales a una desescalada. La Casa Blanca hizo notar su molestia por el desplante porque, como aseguró la secretaria de Comunicación, Karine Jean-Pierre, la propuesta de alto el fuego para Líbano había sido presentada en “coordinación con Israel”.
La madrugada de este viernes, la oficina del primer ministro israelí publicaba un comunicado en inglés asegurando que “Israel comparte el objetivo” que Washington persigue con la iniciativa de un alto el fuego de 21 días en Líbano. “Israel aprecia los esfuerzos de EEUU en este sentido, ya que su papel es indispensable para avanzar en la estabilidad y seguridad de la región”.
Pero el Gobierno de Netanyahu ha desoído las reiteradas peticiones de los estadounidenses para rebajar la violencia en Oriente Medio, mientras sigue recibiendo la ayuda militar y económica de Washington. El mismo día que Estados Unidos presentaba un plan de alto el fuego en Líbano, también firmaba un nuevo paquete de ayuda militar para Tel Aviv valorado en 8.700 millones de dólares.
Por último, Netanyahu no ha desaprovechado la oportunidad para atacar Naciones Unidas: “Esta organización se ha vuelto una vergüenza para todos; para los palestinos esta casa de la oscuridad es su cancha y se regodean en esta bilis antisemita”. El primer ministro ha acusado reiteradamente a la ONU de ser “antisemita”.
También ha atacado al fiscal de la Corte Penal Internacional, que el pasado mes de mayo solicitó emitir una orden de detención contra Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y contra la humanidad. “Son nuestros enemigos los que utilizan a los civiles como escudos humanos”, se ha defendido Netanyahu, según el cual el Ejército israelí en Gaza trabaja para evitar la muerte de civiles. Además, ha rechazado las acusaciones de matar de hambre a los gazatíes impidiendo el acceso de ayuda humanitaria y suministros básicos a la Franja.