La candidata demócrata permanece al frente en intención de voto en todo EEUU, pero el sistema electoral obliga a ganar en un número determinado de estados, por encima del voto popular total, para llegar a la Casa Blanca
Quedan poco más de dos semanas para el 5 de noviembre. Las elecciones en Estados Unidos se decidirán por un margen muy justo, hasta el punto que puede darse la paradoja de que Kamala Harris gane en voto popular y pierda la Casa Blanca si Donald Trump se impone en estados clave que le den la mayoría en el Colegio Electoral.
El colegio electoral está formado por 538 compromisarios. Para ganar, uno de los candidatos tiene que recibir al menos 270 votos del colegio electoral. La cifra de 538 no es aleatoria y equivale al número de miembros de la Cámara de Representantes (435) más el número de senadores (100) más tres delegados por Washington DC, que no tiene representantes en ninguna de las dos cámaras.
Los compromisarios se reparten por estados y el partido ganador en cada territorio se lleva la totalidad del número de compromisarios asignado a ese estado, excepto en Maine (4) y Nebraska (3), donde el sistema es proporcional. Salvo estas dos excepciones, no hay diferencia de si ganas un estado por una papeleta o por un millón: si ganas, te llevas todos los votos electorales de ese estado, y el perdedor en ese estado no se lleva nada.
Las encuestas, de momento, presentan un escenario muy ajustado, con una ligera ventaja para Kamala Harris. En el siguiente gráfico puedes ver cómo van a partir del promedio de encuestas que publica FiveThirtyEight, que agrega distintos sondeos y le da distinto peso por fecha, tamaño de la muestra, metodología, transparencia o sesgo de cada casa encuestadora.
Harris se sitúa por delante con una ventaja de algo más de dos puntos frente a Trump, en una carrera en la que ha sido decisiva la retirada de Biden: Harris ha ido en ascenso en las encuestas desde que asumió la carrera presidencial con respecto al aún presidente aunque el margen se ha estrechado en la última semana.
Donald Trump, por su parte, marca distancias con Kamala Harris en Arizona y hace lo mismo en Georgia y Carolina del Norte, dos estados en disputa.
Precisamente en Arizona el republicano ha conseguido dar la vuelta a las encuestas y se sitúa por delante de Harris. En 2020, Joe Biden consiguió este estado con un 49,4% de los votos y un margen de unos 10.000 votos de diferencia con Trump.
El siguiente mapa muestra el pronóstico de victoria de cada candidato, según el modelo de FiveThirtyEight, que no solo tiene en cuenta las encuestas sino también el voto histórico, datos económicos y sociales de cada Estado para simular las probabilidades de ganar de cada candidato. Según ese modelo, la victoria en las elecciones de 2024 se decidirá en los siete estados clave, ahora mismo indecisos.
Los otros dos estados disputados donde Trump se muestra por delante son Georgia y Carolina del Norte. En 2020, Biden consiguió ganar en Georgia con unos 11.000 votos, un ajustado 49,5% frente a un 49,2% del republicano.
En Carolina del Norte, a pesar de que Trump sigue en ventaja, no se descarta la posibilidad de cambiar de color este 5 de noviembre. En 2020 el republicano consiguió ganar por unos 75.000 votos.
La siguiente tabla muestra un resumen de cómo está la carrera en las encuestas de los siete estados donde la batalla está más ajustadas y que decidirán las elecciones en Estados Unidos de 2024.
Arizona, Georgia y Carolina del Norte son tres estados decisivos. Existe la posibilidad de que Harris consiga la Casa Blanca sin ellos, aunque sería un escenario muy difícil. Para Trump, Georgia y Carolina del Norte sí que son más críticos. De momento, Pensilvania sigue dibujándose como el lugar que tendrá la última palabra y en este estado Harris continúa liderando con una pequeña diferencia.