El senador de Vermont y la congresista de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez hacen campaña en Wisconsin a favor de Kamala Harris con un mensaje crítico con el plan republicano "para multimillonarios" y el racismo en el mitin del Madison Square Garden
Exhibición de músculo y comentarios racistas: el trumpismo toma Madison Square Garden por una tarde
La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, de 35 años, y el senador Bernie Sanders, de 83 años, se suben este lunes por la noche al escenario de un teatro en Madison, la ciudad más progresista y ascendente del decisivo y dividido Wisconsin.
Ocasio-Cortez entra con música de salsa. Sanders, con Power to the People. Se abrazan, se alaban y piden al millar de los ya convencidos que han hecho la cola que daba la vuelta al teatro que movilicen a sus vecinos para que voten por Harris en uno de los estados que más poder tiene para decidir el resultado el 5 de noviembre. Las encuestas muestran casi un empate en Wisconsin y el resultado se puede decidir por unos miles de votos.
Lo que pasó en el Madison Square GardenLa congresista demócrata de Nueva York, nacida en el Bronx de familia puertorriqueña, hace una defensa apasionada de la unidad del país contra los mensajes racistas pronunciados unas horas antes en el Madison Square Garden de su ciudad. El mitin del candidato republicano incluyó insultos contra puertorriqueños, latinos, palestinos y judíos. Un cómico dijo que Puerto Rico es “un isla de basura flotante”, el único supuesto chiste del que la campaña de Trump se ha distanciado.
“Olvidemos la idea de que es sólo una broma o que fue sólo un cómico. Todos vimos que había dos teleprompters a ambos lados de esa pantalla. Estaban cargados de palabras. Y no se trataba sólo del hecho de que Donald Trump reuniera a decenas de miles de estadounidenses para jalear esas palabras”, dice Ocasio-Cortez, que recuerda las acciones y las condenas de Trump.
“La identidad de nuestro país es mucho más profunda que la división que quieren atizar entre nosotros”, dice Ocasio-Cortez, con la voz casi quebrada. “Está hablando de nosotros, está hablando de vosotros. Está hablando de todos nosotros”.
“Ese racismo no es un nombre ni un insulto. Es una descripción de un sistema de creencias. Y Donald Trump cree que los estadounidenses no son iguales. Cuando se hace eco de las palabras de Adolf Hitler... Cuando dice 'Estados Unidos para los estadounidenses' no está hablando de ciudadanos estadounidenses: está hablando de quien cree que es lo suficientemente leal a Donald Trump, y eso es a quien considera estadounidense. No podemos permitir que esto le pase a nuestro país. No, debemos defender nuestra nación”, proclama la congresista entre aplausos. “Kamala Harris tiene una visión para el futuro de nuestro país… Las encuestas están ajustadas, pero la elección está clara”.
“No podemos elegir a un mentiroso patólogico y alguien que está trabajando noche y día para dinamitar la democracia de Estados Unidos”, insiste Sanders después.
MultimillonariosLos dos hablan de las propuestas de Harris para expandir los servicios de la sanidad pública, subir el salario mínimo y proteger los derechos sindicales. Los dos cargan contra los multimillonarios que financian la campaña de Trump, como Elon Musk, o que temen las represalias, citando a Jeff Bezos, el dueño de Amazon y del Washington Post, que ha impedido que su equipo editorial publique su editorial de apoyo a Harris.
“Si eres multimillonario, Donald Trump tiene un plan económico mejor para ti”, dice Ocasio-Cortez. Los planes de Harris, subraya, son los que funcionan para la mayoría de los trabajadores.
Sanders insiste en que la lucha contra la “avaricia” es uno de los puntos donde Estados Unidos no ha avanzado, aunque también alaba al Gobierno actual por algunos progresos. Por ejemplo, Sanders dice que por primera vez en Estados Unidos ha habido una Administración, la de Joe Biden y Harris, que “ha tenido las agallas” de enfrentarse al grupo de presión “avaricioso” de las farmacéuticas.
Antes de subirse a ese escenario, Sanders también pide el voto para Harris en un vídeo dirigido en especial a los críticos con la Administración Biden por no hacer más contra el Gobierno de Benjamin Netanyahu. En el vídeo recuerda la diferencia con lo que dice Trump, que critica a Biden por intentar frenar al líder israelí.
Audiencia convencidaLa de Madison es una audiencia convencida, incluso de personas que ya han votado. En el escenario, una banda de guitarristas rodeados de pancartas con los mensajes “libertad” y “un nuevo camino hacia adelante” toca clásicos. El programa encadena Knockin' on Heaven 's Door de Bob Dylan con la algo más inquietante It's The End of the World As We Know it (And I Feel Fine) de R.E.M.
“¿Habéis votado ya?”, pregunta el cantante entre gritos de asentimiento de la audiencia, una mezcla de señoras y estudiantes universitarios en la zona del campus. “Hay que llevar a tres amigos más a votar”. En Wisconsin se puede votar de manera anticipada desde hace una semana. A la pregunta de quién ha votado ya, la mayoría de la platea levanta la mano.
Entre las asistentes, se sientan juntas una estudiante de 19 años que vota por primera vez en unas elecciones presidenciales y una veterana de la política a punto de la jubilación.
Cameron Craig, estudiante de Políticas, ya ha visto a Barack Obama, Harris y Tim Walz en varios mítines en Wisconsin. Sus primeras presidenciales le parecen “algo aterradoras” por lo ajustado del resultado, según las encuestas. “Es apropiado que sea justo después de Halloween, pero tengo esperanzas. Espero que las cosas salgan como queremos. Si no, seguiré luchando para intentar cambiar las cosas que pueda”, comenta.
“Las mujeres vamos a salvar el país”, la anima su vecina de asiento, Deb Dell, con décadas de activismo político a sus espaldas y exgerente de una cadena de hipermercados que ahora trabaja para una organización sin ánimo de lucro.
Cuenta que aunque es de Madison ha hecho campaña también en Nueva York por Ocasio-Cortez y espera que un día sea presidenta. Cuida de su madre enferma y está especialmente interesada en los planes de Harris para dar más asistencia a los cuidados y la protección del derecho al aborto pensando en sus sobrinas. El día del debate entre Joe Biden y Donald Trump en junio compartió un mensaje con una foto online: “Tiene que ser Kamala”. “Creo que ella va a ganar, especialmente después de lo que pasó anoche”, dice Dell en referencia al mitin en el Madison Square Garden y a las conversaciones con sus amigos puertorriqueños y más bien conservadores en Tennessee.
El condado que más creceMadison es una de las claves de la victoria del dividido Wisconsin. Sede del Gobierno y de una gran Universidad, es la ciudad abrumadoramente demócrata del condado de Dane, donde Biden ganó a Trump en 2020 por más de 50 puntos. Dane es también el condado que más ha crecido en población en contraste con el resto del estado.
Milwaukee, la otra gran ciudad del estado, también tradicionalmente demócrata, sigue siendo la más poblada, con más de 500.000 habitantes, pero no ha dejado de perder habitantes en los últimos años. Entretanto, desde 2010, la población del condado de Dane ha aumentado un 18%, y los indicadores la favorecen.
“Es la capital. La universidad estatal está aquí. Tiene una gran población que se inclina hacia los jóvenes, con un sesgo hacia los que tienen una educación superior y un 75% de votantes demócratas. Si esos votantes jóvenes y altamente educados acuden a las urnas en gran número, eso puede ganar al estado”, explica a elDiario.es Jonathan Kasparek, profesor de Historia de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee. “Es como la cola que mueve al perro”.