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Cargos de la administración Trump contradicen a Musk y piden a sus empleados que no respondan al ultimátum para justificar su trabajo

Cargos de la administración Trump contradicen a Musk y piden a sus empleados que no respondan al ultimátum para justificar su trabajo

Altos cargos de las agencias federales y departamentos, entre ellos leales al presidente, han dicho a sus trabajadores que no respondan al correo que envió Musk pidiendo información sobre qué hicieron la última semana. El multimillonario da una semana más de tiempo justo antes de que se agote el límite

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El idilio entre Elon Musk y el presidente Donald Trump se ha encontrado con un bache: la oposición de algunos miembros de la propia administración republicana a aplicar el ultimátum que lanzó el propietario de X contra los trabajadores federales.

Ya sea síntoma de una incipiente rebelión interna contra la arbitrariedad del tándem Trump-Musk u otra consecuencia más del caos desatado, los altos funcionarios del gobierno han contradicho la amenaza que lanzó el multimillonario contra la plantilla federal. 

El fin de semana, el grupo de trabajo DOGE, que teóricamente lidera Musk —aunque la Casa Blanca dijo en un documento judicial que no era el administrador— envió a los funcionarios un correo electrónico en el que les daba 48 horas para explicar qué habían hecho la última semana. De no responder antes de la medianoche de este lunes, se les despediría. La oposición por parte de numerosos altos funcionarios de la administración, incluidos fieles seguidores de Trump como Kash Patel, el nuevo director del FBI, ha derivado en una reiterada momentanea por parte de Musk. 

Cuando faltaban pocas horas para la medianoche, el multimillonario ha publicado un nuevo tuit en el que anunciaba que se daba una segunda oportunidad a los trabajadores federales. “A discreción del Presidente, se les dará otra oportunidad. Si no responde una segunda vez, se dará por terminado el contrato”, ha escrito en X. 

Trump, que persigue lograr una administración dócil, ha respaldado a Musk en medio de la confrontación. Durante su comparecencia este lunes desde la Casa Blanca con el presidente francés Emmanuel Macron, el republicano ha asegurado que si no hay respuesta al correo, existe el riesgo de ser “semi despedido” o “despedido”. “Si no respondes, es como si estuvieras medio despedido o despedido, porque muchas personas no responden, ya que ni siquiera existen”, ha afirmado el presidente este lunes al mediodía.  

Cuando un periodista le ha preguntado a Trump por las direcciones contrarias que han enviado algunos jefes de departamento, el presidente ha intentado quitarle hierro: “Eso se hizo de manera amistosa. Solo en casos como, quizás, Marco [Rubio] en el Departamento de Estado, donde manejan información muy confidencial, o el FBI, que trabaja en cosas confidenciales. Y no lo dicen de manera combativa con Elon en absoluto. Solo están diciendo que hay ciertas personas a las que realmente no quieres pedirles que te digan en qué trabajaron la semana pasada.

Las horas posteriores al correo inicial, la Oficina de Gestión de Personal (OPM), la agencia que funciona como una especie de departamento de Recursos Humanos para todos los empleados gubernamentales, ya dijo que los empleados no serían despedidos por no responder al ultimátum de Musk.

Según explicaron personas de la OPM al Washington Post, la agencia no tiene claro cómo proceder con los correos electrónicos de aquellos trabajadores que sí habían respondido. Tampoco tienen planes de analizarlos. Entre los altos cargos de las agencias y departamentos, el correo de Musk desató inquietudes sobre cuestiones relacionadas con la seguridad y la información crítica. En el caso de la CIA, según recoge el New York Times, no se emitió un comunicado público contradiciendo a Musk, pero sí que se ordenó a algunas personas no responder al correo electrónico. 

Incluso aliados fieles a Trump, como el recién estrenado director del FBI, Kash Patel, han pedido a sus empleados que no respondan al correo electrónico, según Associated Press. “Cuando se necesite más información, coordinaremos las respuestas. Por ahora, les pido que dejen de responder”, escribió Patel en un correo electrónico.

Patel es uno de los aliados más acérrimos del presidente y que llegó a instigar la teoría conspiranoica que el asalto al Capitolio fue un montaje hecho por la misma agencia que ahora dirige. Pero parece que el correo de Musk, que podría poner en entredicho la seguridad y privacidad, va más allá de esa lealtad. Del mismo modo, el Departamento de Justicia tuvo que decir a sus empleados que no respondieran “debido a la naturaleza confidencial y sensible del trabajo del Departamento”. Los funcionarios del Departamento de Estado también han recibido un mensaje similar.  

La medida de Musk es una nueva embestida contra la administración después de que Trump publicara un post en el que elogiaba el trabajo del DOGE, pero decía que le gustaría “verlo más agresivo”. A los pocos días Musk se sacó de la manga la idea de mandar el correo electrónico con la pregunta “¿Qué hiciste la semana pasada?”. Igual que el resto de acciones dirigidas anteriormente por el DOGE, no está clara la legalidad de esta medida. Los empleados de algunas agencias no pueden revelar información por ley, y aunque el correo no preguntaba detalles, el margen que deja es muy amplio. Tampoco hacía ninguna mención a las personas que hubieran estado de vacaciones o permiso. 

Para justificar el nuevo intento de tijeretazo y sin ningún tipo de pruebas que lo respalden, Musk ha alimentado la teoría de que hay funcionarios “inexistentes” o “fallecidos” que se les utiliza para sacar dinero federal.“La razón por la que esto es importante es que un número significativo de personas que se supone deberían trabajar para el gobierno hacen tan poco trabajo que ni siquiera revisan su correo electrónico. En algunos casos, creemos que se están utilizando personas inexistentes o identidades de personas fallecidas para cobrar los cheques de pago. En otras palabras, se trata de un fraude total”, escribió Musk en una publicación en X el domingo.

Desde que Trump llegó a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, el funcionariado ha estado sometido a una purga constante. Entre algunas de las ofensivas lanzadas contra los empleados federales está el plan de renuncias incentivadas y el cierre de la agencia de cooperación USAID , en el que miles de trabajadores han sido puestos en licencia administrativa. El caos desatado es tal que aún no hay cifras totales del impacto que está teniendo en la administración. 

Uno de los últimos anuncios del presidente ha sido el hecho de que quiere reocupar lo que era la sede de USAID, ubicada en el edificio Ronald Reagan en Washington,con trabajadores del servicio fronterizo (CBP). Trump lo celebró como una mejora de su administración durante su intervención en la CPAC este sábado.

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