La portavoz del gobierno estadounidense asegura que se trata de "una pausa para revisar la confianza" en Zelenski mientras Washington aumenta la presión con la finalización del envío de inteligencia estadounidense
Qué puede significar para Ucrania la pausa del apoyo militar y de los datos de inteligencia ordenada por Trump
El presidente de EEUU, Donald Trump, aseguró anoche ante el Congreso que “apreciaba” que Volodímir Zelenski hubiera claudicado ante su “liderazgo” en las negociaciones con Rusia para poner fin a la guerra.
“Creo que lo que me dijo el Consejo de Seguridad Nacional al respecto fue... que están reconsiderando la financiación para Ucrania, la pausa en la financiación”, ha afirmado este miércoles la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien ha asegurado que “es una pausa para revisar la confianza [en Zelenski]”. Washington parece querer estrujar aún más a Zelenski, quien ya ha anunciado que está dispuesto a firmar el acuerdo de tierras raras “como convenga” a Trump y a sentarse a negociar bajo su arbitraje, sesgado a favor de Moscú.
Un par de horas antes, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, dijo en Fox unas palabras parecidas a las de Leavitt: “Creo que si podemos concretar y avanzar en estas negociaciones y, de hecho, podemos poner algunas medidas de confianza sobre la mesa, el presidente estudiará a fondo [la posibilidad] de levantar esta pausa”.
Washington busca una muestra de que Kiev está completamente dispuesto a subyugarse a los dictados del presidente estadounidense.
“[Trump] quiere ver el fin de esta guerra, y creo que el mensaje del presidente Zelenski, que también compartió en X, es una señal positiva en la dirección correcta”, ha afirmado Leavitt, indicando el camino que debe seguir Kiev si quiere reactivar el flujo de ayuda estadounidense. Un apoyo que, implícitamente, significa que Ucrania acabe renunciando a que Washington se comprometa a dar garantías de seguridad al país de cara a una futura agresión rusa.
En su reunión con Trump, el presidente francés, Emmanuel Macron, insistió en que la paz “no debe suponer la rendición de Ucrania”. Sin embargo, los gritos contra Zelenski en el Despacho Oval confirmaron que los esfuerzos diplomáticos sirvieron de poco para suavizar al magnate.
La cooperación de la inteligencia estadounidense ha sido esencial para que el ejército ucraniano haya podido identificar y atacar objetivos militares rusos. Si las perspectivas ya eran aciagas para los ucranianos sin el suministro armamentístico, aún lo son más con el cese del envío de inteligencia. En principio, según ha explicado este miércoles a Fox el director de la CIA, John Ratcliffe, el apagón de inteligencia para Ucrania se produjo al mismo tiempo que la congelación de los envíos de armas. Es decir, el lunes. Pero no ha sido hasta este miércoles cuando la administración Trump ha decidido hacerlo público.
Aun así, Ratcliffe también ha dicho que prevé que ambas suspensiones acaben levantándose: “Creo que, en el frente militar y en el frente de inteligencia, la pausa desaparecerá, y creo que trabajaremos codo a codo con Ucrania, ya que debemos hacer retroceder la agresión que hay, pero también para llevar al mundo hacia un lugar mejor, para que estas negociaciones de paz avancen”.
Por su parte, Zelenski ha asegurado este miércoles que “Andriy Yermak y Mike Waltz han hablado”. Yermak es el jefe de la oficina del presidente ucraniano y también ha confirmado la llamada con el asesor de seguridad nacional estadounidense. “Tuve una conversación telefónica con el asesor de seguridad nacional del presidente de Estados Unidos, Mike Waltz. Discutimos los próximos pasos hacia una paz justa y duradera”, ha escrito este miércoles por la mañana en X. Zelenski considera que se trata de “un movimiento positivo” y espera ver “los primeros resultados la semana que viene”.
Anoche en el Congreso, Trump también afirmó que estaba listo para firmar el acuerdo sobre los minerales con Ucrania y consideraba que ahora sí estaba lista para la paz. Después de que Zelenski, vilipendiado, abandonara la Casa Blanca sin firmar el pacto, el presidente estadounidense lo acusó de no estar “listo para la paz”, aunque podía volver cuando sí lo estuviera. El mensaje obsequioso del martes, cediendo ante las exigencias de Trump y también apelando a su ego con incisiones sobre hechos que este le había afeado durante la discusión, parece que fue suficiente para suavizar al presidente.
Mientras Washington juega la baza de la dependencia de Kiev en su ayuda militar y de inteligencia, los socios europeos están moviéndose rápido para acelerar el gasto en defensa y poder mantener el apoyo a Ucrania.
Los gritos de Trump y su vicepresidente, JD Vance, a Zelenski en el Despacho Oval marcaron el preludio de un escenario que se ha confirmado con la suspensión de la ayuda militar: Estados Unidos ya no es el aliado que había sido desde el final de la Segunda Guerra Mundial y Europa ahora debe defenderse sola; Washington no dudará en presionar a Ucrania en unas negociaciones donde ya parte con desventaja ante Moscú; y Trump quiere acercarse a Putin para alejarlo de China y aislarla, aunque eso suponga desmantelar el actual orden mundial.