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Timothy Garton Ash: "Los europeos deberíamos ponernos en lo peor y actuar como si EEUU no fuera nuestro gran aliado"

Timothy Garton Ash:

El historiador, escritor y periodista cree que Europa todavía necesita a Estados Unidos para algunas tareas, pero puede defender a Ucrania con "voluntad política y capacidad de improvisar"

Zelenski agradece a los líderes de la UE su apoyo frente a Trump en una reunión en la que Orbán amenaza con quebrar la unidad

El historiador, escritor y periodista Timothy Garton Ash habla este jueves de Ucrania y Europa bajo el cartel de fondo blanco y letras rojas de Solidarnocs, el sindicato y movimiento por la libertad de Polonia, que adorna la sala común del Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Oxford.

Le entrevisto mientras los jefes de Estado y de Gobierno de la UE siguen reunidos al otro lado del canal de la Mancha, en Bruselas.

Garton Ash, oxoniense, es tal vez el británico más europeo. Dirigió este centro y sigue siendo profesor emérito en St. Antony’s, el college favorito de diplomáticos y espías europeos. Como cronista, se enamoró de la historia y de la política en Polonia, contó la caída del muro de Berlín después de años viviendo en Alemania, y hoy viaja con frecuencia a Ucrania para retratar el presente. Su padre luchó en Normandía como parte del ejército británico; su esposa, Danuta, es polaca igual que sus hijos, y el título de su último libro define bien lo que siente hacia Europa: Homelands (“patrias”) traducido en español y en catalán como Europa y que se refiere a los hogares que podemos sentir los europeos como propios. El libro ya lleva ediciones en 18 lenguas, incluida el ucraniano.

Entre sus múltiples premios de literatura, historia y asuntos internacionales está el más europeísta, el Premio Carlomagno que da la ciudad de Aquisgrán. Hace unos meses, recibió en Toronto su último premio por Europa, el Lionel Gelber al mejor libro de no-ficción en inglés sobre política exterior. Viajó a Kiev y donó los 50.000 dólares canadienses del premio a la compra de drones en Ucrania. 

Le importa ser útil, como lo será su próximo libro. Entretanto, escribe para The Guardian, entre otros medios, y su boletín The History of the Present, “la Historia del presente”. Esta es nuestra conversación, editada por extensión y claridad.

Cuando le entrevisté hace dos años hablamos de la buena y la mala suerte como factor en la Historia. Usted dijo que un golpe de mala suerte podría ser que ganara Trump las elecciones de 2024 y entonces Ucrania se enfrentaría a una seria derrota. ¿Estamos en el peor de los escenarios?

Sí. Pero a veces la mala suerte contiene buena suerte: la idea griega del kairos, la crisis, que también es una oportunidad. La respuesta europea a la absolutamente repugnante traición e intimidación de Trump hacia Ucrania ha sido mucho mejor de lo que hubiera esperado. Existe una sensación real de que este es un momento galvanizador en Europa. En la cumbre de Londres, ver al Reino Unido completamente comprometido con la defensa de Europa fue un momento increíble. En la UE, según la propuesta de Ursula von der Leyen, se considera un gasto de 800.000 millones de euros. Starmer y Macron hablan de desplegar tropas. Y lo más importante de todo, por fin, Alemania de repente actúa y hace lo que debería haber hecho hace años. Un gasto adicional de 400.000 millones de euros en defensa por parte de Alemania es potencialmente un punto de inflexión. Hay una gran posibilidad y una gran crisis.

La respuesta europea a la absolutamente repugnante traición e intimidación de Trump hacia Ucrania ha sido mucho mejor de lo que hubiera esperado. Existe una sensación real de que este es un momento galvanizador en Europa

¿Pero puede Europa defender a Ucrania sin Estados Unidos?

Desde luego que no podemos hacerlo si seguimos diciéndonos a nosotros mismos que no podemos hacerlo. Muchos dijeron que sería imposible para Ucrania resistir una invasión rusa, y los ucranianos lo hicieron. La política es el arte de lo imposible.

Por supuesto, será extremadamente difícil. Depende de cuán brutal sea Trump. Hay tres o cuatro cosas que necesitamos de Estados Unidos. Necesitamos inteligencia. Necesitamos los satélites. Necesitamos misiles interceptores Patriot, aunque estos los podríamos comprar si Trump nos los vende. Y, como se dice en algunos países, Trump te vende a su abuela. Podemos hacerlo si hay voluntad política y capacidad de improvisar. 

¿Improvisar cómo?

Esa es la cuestión. No será la idea original de la integración europea de hace 70 años, la Comunidad Europea de Defensa: no será un ejército europeo. No será lo que Zelenski pedía para las fuerzas armadas de Ucrania. Será una mezcla de la UE, la parte europea de la OTAN, y, sobre todo, países individuales, una coalición de dispuestos. Porque nuestra política sigue siendo nacional. Y la decisión de gastar mucho dinero en defensa es una decisión nacional. La pregunta de cómo lo hacemos tiene que resolverse en la práctica. 

Es como la historia al revés de aquel alto diplomático francés que le preguntó a Madeleine Albright [la secretaria de Estado de EEUU entre 1997 y 2001], “vemos que podría funcionar en la práctica, pero ¿funcionará en teoría?” Y aquí es al revés. No funciona en teoría, pero tenemos que hacerlo funcionar en la práctica.

Timothy Garton Ash tomando notas en Kiev, en julio de 2023. Timothy Garton Ash tomando notas en Kiev, en julio de 2023.

¿Y vale la pena pasar tanto tiempo tratando de apaciguar a Trump con halagos como están haciendo Starmer y Macron?

En términos personales, creo que nuestros líderes deben mantener un mínimo de dignidad personal. Me sentí muy incómodo con el nivel de adulación de Starmer mostrando su carta. También con Macron, riéndose efusivamente aunque al menos contradijera a Trump.

Pero en lo esencial creo que tienen razón. En los últimos 20 años de la Guerra Fría, el Oeste transatlántico tuvo un enfoque de doble vía hacia la Unión Soviética del compromiso y la disuasión. Ahora los europeos necesitamos un enfoque de doble vía para el compromiso y la independencia respecto a Estados Unidos. Así que tenemos que hacer todo lo posible para mantenerlos en nuestro barco tanto como sea posible para las cosas que sólo ellos pueden proporcionar a Ucrania y para que Vladímir Putin siga pensando que la garantía del artículo 5 de la OTAN [de defensa mutua en caso de ataque] todavía puede aplicarse a Estonia, Letonia y Lituania. Pero, por otro lado, como ha dicho ahora Friedrich Merz, tenemos que construir nuestra independencia. Ahora todos somos porteros.

¿Es una forma de ganar tiempo porque Trump podría ser un aliado claro de Putin más allá de Ucrania?

Trump es el aliado de una sola persona: Trump. Es un matón narcisista que fundamentalmente sólo está interesado en sí mismo y alguien que explícitamente dice “Estados Unidos, primero”. Si bien siente una gran simpatía por Putin, de “hombre fuerte” a “hombre fuerte”, es un error interpretar esto simplemente como que Estados Unidos es un aliado de Rusia. 

Estados Unidos es ahora una gran potencia transaccional que busca ganancias a corto plazo para sí misma: eso es lo que tendremos que afrontar durante los próximos cuatro años. Puede ser sólo una cuestión de ganar tiempo, depende de nosotros. También podría ser una cuestión de construir para que, al final de los cuatro años, Estados Unidos vuelva a la normalidad y entonces tengamos una relación estratégica más de igual a igual con Estados Unidos. Deberíamos mantener ambas opciones abiertas.

Trump es el aliado de una sola persona: Trump. Es un matón narcisista que fundamentalmente sólo está interesado en sí mismo... Si bien siente una gran simpatía por Putin, es un error interpretar esto simplemente como que Estados Unidos es un aliado de Rusia.

Pero algunas de las personas que Trump tiene alrededor sí son más ideológicas y están impulsadas por vínculos hasta comerciales con Rusia. 

Todo eso es verdad. Pero su Gobierno es caótico. Está confundido. No hay una sola voz o dirección. Nunca la hay en una Administración Trump. 

El otro punto es un desafío geopolítico, pero también ideológico. El mensaje del vicepresidente JD Vance en Múnich fue “queremos una Europa diferente”, “queremos la Europa de Viktor Orbán”. Y ahí no hay compromiso que valga.

¿Personas como JD Vance, con este mensaje en Múnich, y Trump, con su actitud contra Ucrania, están ayudando o perjudicando a la extrema derecha en Europa?

Está por ver. Las intervenciones de Elon Musk y JD Vance ayudaron a la AfD en las elecciones alemanas. Eso parece estar muy claro. Pero, si miramos a la campaña electoral presidencial polaca, el partido Ley y Justicia (PiS) está sufriendo porque celebró la llegada de Trump, y ahora Trump es aliado del mayor enemigo de Polonia, Rusia.

Es interesante cómo Marine Le Pen ha mantenido la distancia, pero puede desarrollarse de manera diferente en diferentes lugares.

El partido de Farage en el Reino Unido y Vox en España están teniendo problemas para afrontar esto…

Lo están. Y sinceramente sus votantes serían los primeros afectados por los aranceles estadounidenses. Si queda claro que Estados Unidos impone aranceles, estos partidos tendrán grandes dificultades. 

Los votantes de Farage y Vox serían los primeros afectados por los aranceles estadounidenses. Si queda claro que Estados Unidos impone aranceles, estos partidos tendrán grandes dificultades.

Pero esto no quita que Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, ahora tiene un Gobierno nacionalista ideológicamente antiliberal y un Gobierno que está desmantelando la democracia liberal de la misma manera que lo hizo Viktor Orbán en Hungría. Y eso lo hace más aceptable en algunos aspectos o más normal entre comillas, normal en la forma en que se normalizó el fascismo en la década de 1930.

¿Estados Unidos se parecerá más a Polonia o a Hungría?

Estados Unidos es como Estados Unidos. Pero lo que sí creo es que Estados Unidos está en camino –y nunca pensé que me escucharía decir estas palabras– de convertirse en un sistema autoritario competitivo. Lo que está haciendo con los tribunales, con la administración estatal, con los medios de comunicación, usando las redes sociales, todo eso está fuera de lo normal. 

No es una democracia iliberal, porque “democracia iliberal” es una contradicción en los términos. La democracia iliberal no existe. Estamos hablando de un sistema competitivo, pero autoritario. 

Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, ahora tiene un Gobierno nacionalista ideológicamente antiliberal y un Gobierno que está desmantelando la democracia liberal de la misma manera que lo hizo Viktor Orbán en Hungría. Y eso lo hace más normal entre comillas, normal en la forma en que se normalizó el fascismo en la década de 1930

Ahora, las buenas noticias. Lo que Polonia nos dice es que un país que estuvo bastante lejos en la pendiente resbaladiza hacia el autoritarismo competitivo aún puede dar marcha atrás. Y eso es aún más cierto en el caso de Estados Unidos.

No he perdido la esperanza de que Estados Unidos dé marcha atrás. Creo que los republicanos van a arruinar la economía, y eso es lo más importante, incluso para la mayoría de sus votantes. Por lo tanto, podrían sacar resultados muy malos en las elecciones de medio mandato y perder las próximas elecciones presidenciales.

Qué vendrá después es una de las grandes preguntas…

Sí, pero nosotros, los europeos, deberíamos ponernos en lo peor y actuar para el peor de los casos asumiendo que Estados Unidos no volverá a ser nuestro gran aliado estratégico al otro lado de los mares. Si lo vuelve a ser, entonces mejor para nosotros.

¿Cómo enfrentarnos, pues al peor de los casos?

De momento, no hemos llegado a ese punto. Porque, en realidad, en los últimos cinco años, el comandante supremo aliado de la OTAN en Europa, Chris Cavoli, ha hecho un muy buen trabajo al elaborar planes militares concretos para la defensa de la frontera oriental de la OTAN. Objetivamente, la Alianza sigue ahí. Los soldados y los planes todavía están allí: están en Estonia, en Letonia, en Lituania. Pero, al mismo tiempo, si me preguntas, ¿estás seguro de que la garantía del artículo 5 todavía se aplica a los estados bálticos?... A Trump le hicieron esta pregunta en el Despacho Oval. Dijo que para Polonia, sí. Para los estados bálticos, no estaba tan seguro. 

El historiador Timothy Garton Ash en el Hay Festival, en Gales, en mayo de 2023. El historiador Timothy Garton Ash en el Hay Festival, en Gales, en mayo de 2023.

¿Tiene sentido mantener la OTAN en la forma actual?

Sin duda. Porque no tenemos un ejército europeo. No tenemos un elemento de disuasión nuclear europeo. Pero deberíamos estar trabajando en ello. Todo el mundo habla de la iniciativa Macron, que apoyo, pero lo que la gente olvida es que el único disuasivo nuclear aparte del estadounidense, que se dedica específicamente a defender toda el área de la OTAN, es el británico. Esa es la doctrina nuclear británica. Tenemos que pensar en los británicos y los franceses juntos.

¿Starmer tendrá que elegir?

Es la doctrina estratégica actual y eso se remonta a más de 60 años. Pero, por supuesto, si descubrimos que no podemos confiar en que Estados Unidos renueve los misiles, entonces tenemos que empezar a pensar en hacerlo de manera diferente.

¿Cuál es el mejor escenario para Ucrania, siendo realista, en las actuales circunstancias?

Si hacemos un esfuerzo europeo enorme y logramos un respaldo aunque sea mínimo de Estados Unidos para las dos o tres cosas que no podemos hacer, los ucranianos pueden mantener el frente: la primera línea y la defensa de su infraestructura energética. Y, en algún momento, pero probablemente no muy pronto, podríamos llegar a un alto el fuego, no a un acuerdo de paz real. No existe ningún tratado de paz en la tierra que tanto Putin como Zelenski puedan firmar. Zelenski nunca podrá reconocer la pérdida de territorio. Y Putin tiene sus propios objetivos. 

Pero encuentro que la conversación pública es bastante poco realista. En los medios europeos durante las últimas semanas, se habla mucho de paz y de tropas para mantener la paz. Pero, si hablas con las personas que realmente luchan o con las que de verdad saben, hablan de guerra. Se trata de seguir el esfuerzo militar para llegar al punto que decía Jonathan Powell, ahora asesor de seguridad nacional de Keir Starmer y quien pasó muchos años en conseguir la paz.

En Irlanda del Norte, por supuesto…

Él describe un punto muerto doloroso cuando ambas partes se dan cuenta de que tienen que encontrar alguna manera de al menos llegar a un alto el fuego. Ahora, por el momento, no estamos en esa condición porque los rusos no están sufriendo lo suficiente.

¿Por el repentino apoyo de Trump?

No. Esto ya era así antes. Aunque habían logrado un progreso territorial mínimo a costa de 400.000 muertos o heridos el último año, un coste humano enorme, todavía tenían la iniciativa. Sin embargo, si podemos mantener la defensa de Ucrania durante un año o 18 meses más, el equilibrio comenzará a inclinarse en contra de Rusia, porque sus dificultades económicas aumentan y sus reservas militares se vacían.

¿Y cree que la opinión pública europea está dispuesta a apoyar lo que viene?

No existe una única opinión pública europea. Mirando las encuestas, en el proyecto sobre “Europa en un mundo cambiante” que hicimos con el European Council on Foreign Relations, se ven las diferencias muy marcadas entre países. Por ejemplo, Bulgaria, Hungría, Grecia están en la línea de “paz ahora”. Los europeos repetimos el cliché de una división Oeste-Este, pero, en realidad, en este caso, es una división Norte-Sur. Es decir, por un lado, los estados bálticos, Escandinavia, Polonia, Dinamarca y el Reino Unido, que son muy claros en su apoyo a Ucrania. Y luego, de otro, el sur entre comillas con Bulgaria, Grecia e incluso Italia. Pero esa línea no se mantiene hacia el oeste porque España y Portugal han sido bastante fuertes en el apoyo a Ucrania. 

¿Entonces?

La respuesta está disponible desde hace tres años: nuestros políticos no han sido sinceros con los ciudadanos. Y, si miras las elecciones, siguen siendo elecciones para tiempos de paz. Se habla del servicio de salud, de la economía y la inmigración, los temas habituales. Sólo ahora los líderes europeos están empezando a decir que estamos en tiempos de guerra. Merz, Macron, Starmer y también en cierta medida Sánchez. 

Nuestros políticos no han sido sinceros con los ciudadanos. Y, si miras las elecciones, siguen siendo elecciones para tiempos de paz

¿Habrá una reacción porque puede haber más gasto en defensa y menos en sanidad u otras prioridades?

Podemos hacer gran parte del gasto militar pidiendo prestado a nivel de la UE, con la idea de un Banco Europeo de Defensa. Solo Alemania tiene margen fiscal para hacer mucho. 

Pero no hay duda de que si miras cinco o diez años hacia adelante, hay que ceder en algo. En realidad, los Estados tienen tres presiones: la deuda, la guerra y la demografía por poblaciones que envejecen y, por lo tanto, los servicios sanitarios y sociales son cada vez más caros. Considerando estos tres “jinetes”, esto significa que no podemos seguir gastando al nivel actual. Por lo tanto, depende de nuestros políticos empezar a ser sinceros con los ciudadanos.

El historiador Timothy Garton Ash en el Hay Festival en mayo de 2023. El historiador Timothy Garton Ash en el Hay Festival en mayo de 2023.

¿Teme una guerra más allá de Ucrania?

Ya que lo único que conocemos es el pasado, la gente siempre piensa en la guerra como si fueran guerras del pasado. Entonces piensa en los nazis invadiendo Polonia y se pregunta: ¿Rusia va a invadir Estonia? Ver los tanques cruzando la frontera es bastante improbable. Pero la guerra actual es una guerra híbrida.

La guerra híbrida no es una categoría separada. Guerra electrónica, de drones, de desinformación, operaciones no reconocidas, como el corte de cables submarinos. Y, si dejamos que Ucrania sea derrotada, veremos muchísimo más de eso. Veremos a Moldavia completamente desestabilizada y a Rusia expandiendo su influencia, y luego tratando de socavar nuestras sociedades y nuestra unidad. Pero no veremos necesariamente, ni siquiera probablemente, los tanques del Ejército Rojo rodando a través del corredor de Suwalki [en la frontera polaca].

¿Y podría Estados Unidos ser un enemigo en una guerra híbrida?

Una de las enfermedades intelectuales de nuestro tiempo es la exageración… A diferencia de lo que escribió el otro día Martin Wolf en el Financial Times, Estados Unidos no es el enemigo de Occidente. Hay otro Estados Unidos que ahora es al menos la mitad del país, digo “al menos” porque ni siquiera todo el Estados Unidos conservador apoya la intimidación de Trump hacia Zelenski y la traición a Ucrania.

Mi respuesta es rotundamente no. Pero Trump es un enemigo declarado en particular de la Europa liberal y de la Unión Europea. Le gusta la Europa de Viktor Orbán y Nigel Farage, un nacionalista antiliberal. 

Estados Unidos no es el enemigo de Occidente... Pero Trump es un enemigo declarado en particular de la Europa liberal, de la Unión Europea. Le gusta la Europa de Viktor Orbán y Nigel Farage

¿Qué le da esperanza? 

Yo siempre tengo esperanza. Además, he vivido lo suficiente para ver tiempos muy oscuros con oleadas de europesimismo y eurofatalismo, por ejemplo en la década de 1970. La gente lo olvida. Y luego salimos de eso. Así que estoy absolutamente seguro de que podemos salir de esto, pero lo que necesitamos es un tipo diferente de política.

Necesitamos políticos que reconozcan la emergencia en la que nos encontramos y se sinceren con los ciudadanos como lo hacen los líderes en tiempos de guerra. Y también una forma de pensar sobre Europa dinámica, innovadora y práctica. Aprendamos de los ucranianos.

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