Elon Musk apuesta por la política de “aranceles cero” con la UE mientras el secretario de Comercio dice que por ahora no hay marcha atrás. Marco Rubio se convierte en el rostro diplomático de EEUU frente a la beligerancia del responsable de Defensa con los aliados de la OTAN
La guerra comercial sin precedentes de Trump provoca el caos global
¿Piensa toda la Administración Trump igual? ¿No hay nadie que pueda reconducir al presidente de EEUU? Son algunas de las preguntas que se formulan buena parte de los gobiernos del mundo.
Mientras tanto, la Comisión Europea ha planteado este lunes aranceles del 25% a una serie de productos estadounidenses en respuesta al 25% que Donald Trump ha impuesto al aluminio y el acero. El listado elaborado el Ejecutivo comunitario incluye centenares de productos de un amplísimo espectro de sectores: desde alimentos (salchichas, huevos, aves de corral...) hasta cosmética, ropa (vaqueros, calzado, ropa interior...) o joyas, como los diamantes, pasando por el tabaco, maquinaria, videojuegos o mobiliario, y un larguísimo etcétera.
El grueso de esos aranceles entrarán el 15 de abril y el 16 de mayo, aunque algunos casos concretos, como las almendras o la soja, lo harán el 1de diciembre. Finalmente no está castigado el whisky bourbon. Esa ha sido una de las pugnas de países como Francia e Italia después de que Trump amenazara con gravar un 200% el vino, el champán y las bebidas alcohólicas europeas. También se han quedado fuera respecto a la propuesta inicial el vino y los lácteos.
El rechazo del magnate Elon Musk a la política arancelaria contra la Unión Europea se ha recibido como la primera victoria. En una intervención en un acto del partido italiano La Liga, el asesor de Trump expresó su deseo de “aranceles cero” entre EEUU y la UE. “Espero que Estados Unidos y Europa puedan establecer una asociación muy cercana. Obviamente, ya existe una alianza, pero tengo la esperanza de que sea muy fuerte”, dijo en la videoconferencia con la que mostró su apoyo al ultraderechista Matteo Salvini.
“Es una señal de debilidad”, celebró el ministro de finanzas alemán, Robert Habeck: “Mi única interpretación es que ahora ve que sus propias empresas, e incluso las economías, se desmoronarán por el desastre que han causado. Así que tiene miedo”. “Si tiene algo que decir, debería ir a su presidente, antes de hablar de aranceles cero, que detenga el sinsentido y el desastre que comenzó la semana pasada”, agregó el ministro saliente.
Pero las palabras de Musk disgustaron a otros miembros del equipo de Trump: “Es importante entender sobre Elon que vende vehículos. A eso se dedica”, respondió el asesor comercial de Trump Pete Navarro durante una entrevista en Fox News: “Simplemente, protege sus propios intereses, como haría cualquier empresario”. Así, usando la retórica del líder populista, reprochó que el dueño de X y Tesla “no entiende” que otros países están “estafando” a EEUU.
Aprovechar la debilidadEn medio de ese rifirrafe a cuenta del libre comercio en plena guerra comercial desatada por Washington, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reveló la que había sido hasta entonces una de sus ofertas a EEUU: los “aranceles cero por cero” a los productos industriales y al sector del automóvil, que es uno de los que más irrita a Trump. “No hubo una respuesta adecuada”, dijo la alemana. “Espero que en un futuro estemos preparados para volver a esta discusión. No ahora, pero creo que en el futuro será todavía una posibilidad”, agregó después el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, que es el encargado de pilotar las negociaciones con Washington.
Al otro lado de la mesa se sienta el secretario de Comercio de Trump, Howard Lutnick, que es precisamente el que ha tenido una posición más férrea en la defensa de la imposición de aranceles frente a quienes, dentro de la Administración Trump, consideran que es un punto de partida para negociar. En una entrevista en CBS aseguró que habían llegado para quedarse, según recoge The Guardian: “No hay aplazamiento: van a permanecer en su lugar durante días y semanas, eso es algo obvio”. “El presidente lo ha dejado clarísimo”, agregó Lutnick, que advirtió de que la intención es “resetear el comercio mundial”.
División en el partido republicanoSin embargo, otros miembros de la administración, como el secretario del Tesoro o la secretaria de Agricultura se mostraron más próximos a la idea de que la guerra comercial allana la negociación. “Más de 50 países se han acercado a la administración para reducir sus barreras comerciales no arancelarias, reducir sus aranceles, detener la manipulación de divisas”, expresó el responsable del Tesoro, Scott Bessent.
La guerra comercial ha abierto, además, una brecha dentro del partido republicano. El exvicepresidente de Trump, Mike Pence, criticó que los aranceles supondrán “la mayor subida de impuestos en tiempos de paz de la historia de EEUU”. Otra de las voces que se ha alzado contra los aranceles ha sido el senador por Kentucky Rand Paul. Ese estado, de tradición republicana, es uno de los que está en alerta por el posible castigo de la UE al whisky bourbon, que es originario de allí y produce en torno al 90% que se exporta.
“Marcan la acción comercial proteccionista más significativa de Estados Unidos desde la década de 1930, cuando el Congreso impuso aranceles a más de 20.000 productos y hundió a la economía estadounidense profundamente en la Gran Depresión”, dijo sobre los anuncios de Trump en el denominado ‘Día de la liberación’. También el senador por Texas Ted Cruz alertó de un “baño de sangre” para los republicanos en las elecciones de mitad mandato de 2026 si hay una recesión.
Más allá de las grietas que han surgido –buscadas hasta cierto punto por la UE, que pretende en su respuesta arancelaria golpear a los estados que votan republicano–, muchos de los responsables económicos del bloque comunitario apelan a que se “escuchen” los desplomes de las bolsas. “La agitación que se está viendo en los mercados bursátiles mundiales y en los mercados mundiales es una indicación real del dolor que los aranceles están causando y causarán no solo a las economías en un sentido macroeconómico, sino también a los ciudadanos individuales en Europa y a las personas individuales en Estados Unidos”, expresó el irlandés, Simon Harris, antes de reunirse con sus homólogos en Luxemburgo.
También al “día negro para los mercados” se refirió el comisario de Comercio y la atribuyó a una consecuencia del “cambio de paradigma más importante en los patrones de comercio mundial desde la Segunda Guerra Mundial”. De hecho, a pesar de que mantiene la mano tendida para encontrar una solución pactada, Sefcovic no trasladó mucho optimismo al reconocer que en la Administración Trump ven los aranceles como “medidas correctivas” de un sistema de comercio que consideran injusto más que un “paso táctico” en la negociación.
Aún así, el mensaje que enviaron los 27 fue el de una preferencia por una salida acordada, que pasa por dar oportunidades a los contactos de la Comisión Europea con Washington. “Nuestra respuesta será muy gradual”, dijo Sefcovic. Entre los gestos que la UE hará a Washington está la suavización del primer paquete de aranceles como represalia por la tasa del 25% al aluminio y el acero, que no alcanzará los 26.000 millones de euros que se estima el castigo al sector siderúrgico.
“Hemos estado escuchando muy atentamente a nuestros estados miembros. Queríamos asegurarnos de que la carga se reparte equitativamente entre todos. No estamos en el negocio del ojo por ojo o céntimo por céntimo. Lo hacemos porque nos vemos obligados a ello por las medidas que nos llegan de Estados Unidos. Y seguimos esperando que al final lleguemos a una relación comercial fructífera y mutuamente ventajosa”, justificó el comisario.
Fuentes comunitarias explican que ese primer paquete de aranceles se votarán el miércoles para su entrada en vigor el 14 de abril y la semana que viene la Comisión Europea presentará una propuesta para contestar a los 'aranceles recíprocos' del 20% a la UE y las tasas a los coches con la intención de que entren en vigor en mayo en el caso de que Washington no acepte comenzar “negociaciones reales para entonces”.
En lo que insisten en la UE es en que “todos los instrumentos están sobre la mesa”, incluido la herramienta anti-coerción que da un amplio abanico de medidas, como la restricción de las exportaciones e importaciones o la limitación en las licitaciones públicas. A lo que apuntan el grueso de países europeos, no obstante, es a golpear en el sector servicios, que es en el que EEUU tiene una mayor fortaleza frente a la UE. Y ahí entra en juego endurecer la política contra las ‘Big tech’, por ejemplo.
La diplomacia Rubio vs. la rudez de Hegseth y VanceY, respecto a la Administración Trump, no todo se da por perdido porque ven distintas sensibilidades que pueden remar en favor de Europa, a la que el nuevo ejecutivo estadounidense da hasta cierto punto una de cal y una de arena. Así, frente a la beligerancia que mostró el secretario de Defensa, Pete Hegseth, un veterano de guerra que amenazó prácticamente con la desconexión de EEUU de la seguridad del Viejo Continente en su primera reunión con los aliados de la OTAN, encontraron un trato más amigable en su homólogo de Exteriores, Marco Rubio, que garantizó el compromiso de su país con la alianza atlántica.
Mientras Trump llegó a bravuconear con no defender a sus socios en caso de ataque si no elevan el gasto militar y apuntó a un umbral del 5% del PIB, Rubio se mostró más flexible: “He dicho hasta llegar al 5% en algún momento. No digo que de la noche a la mañana, sino que para llegar a ese punto, creemos que eso es lo que los aliados de la OTAN necesitan gastar para que la alianza pueda hacer frente a las amenazas que ella misma ha identificado y articulado”.
También le tocó matizar las palabras del presidente sobre una posible intervención militar en Groenlandia tras la provocadora visita del vicepresidente, JD Vance, a la isla. Según el jefe de la diplomacia estadounidense, Trump se refirió a no “descartar nada si Groenlandia es invadida por una potencia extranjera, como China, Rusia o cualquier otra”.
“Los groenlandeses van a tomar una decisión. Ellos son los que quieren alejarse de Dinamarca. Ellos son los que quieren ser independientes, no nosotros. A nosotros no se nos ocurrió esa idea. Ellos lo hicieron, y si toman esa decisión, entonces Estados Unidos estaría preparado, potencialmente, para intervenir y decir, vale, podemos crear una asociación con vosotros”, expresó Rubio tras recibir los reproches de Dinamarca en una reunión con su ministro de Exteriores, Lars Lokke Rasmussen.