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Trump se alinea con Putin en su plan para acabar con la guerra de Ucrania: "Crimea permanecerá con Rusia"

Trump se alinea con Putin en su plan para acabar con la guerra de Ucrania:

Ucrania ha presentado junto a sus aliados europeos una contrapropuesta a EEUU en la que pide negociar las cuestiones territoriales después de un alto el fuego como respuesta a una oferta que incluye varias concesiones importantes a Moscú

Qué se sabe sobre la oferta de paz de EEUU a Ucrania y Rusia bajo el ultimátum de la Administración Trump

Sentado en el Despacho Oval junto al primer ministro noruego, Donald Trump volvió a someterse este jueves a las preguntas de los periodistas.

“¿Qué ha ofrecido Rusia hasta ahora para llegar al punto en que se está más cerca de la paz [en Ucrania]?”, le preguntó uno. “Parar la guerra, no tomar todo el país. Concesiones bastante grandes”, contestó el presidente de Estados Unidos.

Para muchos, la respuesta muestra hasta qué punto Trump ve la guerra a través del mismo prisma que Vladímir Putin, asumiendo que Moscú hace una concesión al no apoderarse de Ucrania, mientras pasa por alto el papel de defensa de las tropas de Kiev con el apoyo de Occidente durante los tres años de invasión.

Solo unas horas antes, en un atisbo poco habitual de crítica a su homólogo ruso, el mandatario republicano había reaccionado al ataque que se cobró 12 vidas en Kiev con un mensaje en su red social: “¡Vladímir, PARA!”. Un día después, el Ejército ruso ha lanzado drones contra la localidad de Pavlograd, matando a tres personas.

A punto de cumplirse los primeros 100 días del segundo mandato de Trump, su Gobierno muestra una creciente frustración pública con el ritmo de las conversaciones para poner fin a la guerra y amenaza con retirarse como mediador si no hay avances pronto en el que ya es el mayor intento de detener los combates desde los primeros meses de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. A la vez, el presidente de EEUU, al que le gusta vender sus destrezas como negociador, no ha abandonado el optimismo sobre un proceso que ya está siendo empinado, sobre todo para Kiev.

En pleno deshielo de las relaciones entre Moscú y Washington, el esfuerzo diplomático estadounidense se ha inclinado con fuerza, aparentemente, hacia las posturas rusas. El desequilibrio es claro en el lenguaje que Trump emplea en público para hablar de la guerra y referirse a Putin, que contrasta con sus frecuentes reprimendas a Volodímir Zelenski, líder del país invadido. “Trump valora la fuerza y ha demostrado estar menos interesado en establecer quién es la ‘verdadera' víctima”, escribe Alexander Baunov, investigador del Carnegie Russia Eurasia Center. 

La última embestida ha sido esta semana, después del no rotundo de Zelenski a reconocer Crimea, ocupada desde 2014, como territorio ruso. Además de acusar al presidente ucraniano de torpedear las negociaciones, Trump ha vuelto a culpar a Kiev de iniciar la guerra. “Creo que lo que provocó el inicio de la guerra fue cuando empezaron a hablar de entrar en la OTAN”, ha dicho en una entrevista con la revista Time publicada este viernes. “Crimea permanecerá con Rusia”, añade.

El reconocimiento estadounidense de la anexión rusa de la península del mar Negro es uno de los puntos más espinosos que, según diferentes medios, el equipo de Trump ha planteado a Ucrania dentro de su propuesta de plan de paz, que ha sido vista de manera generalizada como favorable a Moscú. EEUU además abre la puerta a reconocer de facto el control ruso sobre los territorios del sur y el este de Ucrania, que invadieron las fuerzas de Moscú y que Putin reclama como propios, de acuerdo con las mismas informaciones; además, pone sobre la mesa el compromiso de que Kiev no buscará unirse a la OTAN.

“La estrategia de Trump ha sido, básicamente, situar a Ucrania en una posición de desventaja y que haga concesiones extremas para así llevar a Rusia a la paz rápida que Trump pretende”, dice a elDiario.es José Antonio Sanahuja, catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. “Pero debilitar a Ucrania supone invitar a Rusia a seguir recurriendo a la vía militar y exigir aún más concesiones, alejando la posibilidad de un acuerdo. Finalmente, lo que Putin pretende, y parece estar logrando, es que la pax trumpiana termine siendo, en lo esencial, la pax russica”. 

Contrapropuesta ucraniana y europea

Por ahora, salen a la luz nuevos detalles de los derroteros que están siguiendo las conversaciones de puertas para adentro y las diferencias entre los bandos en pleno frenesí diplomático. Según ha revelado Reuters, representantes ucranianos y europeos han rechazado varias ideas estadounidenses y, tras una reunión en Londres esta semana, han hecho una contrapropuesta a Washington.

La principal discrepancia entre ambas ofertas tiene que ver con el orden en que se resolverán las cuestiones territoriales y otros temas como el levantamiento de las sanciones, según la agencia de noticias. Mientras que las propuestas de EEUU –que se atribuyen al emisario de Trump, Steve Witkoff– ya recogen varias concesiones en materia territorial, el documento europeo y ucraniano pospone el debate detallado sobre este tema hasta después de que se alcance una tregua, y no menciona el reconocimiento del control ruso sobre ningún territorio ucraniano, una línea roja que Kiev continúa trazando. “Las cuestiones territoriales se discutirán y resolverán después de un alto el fuego total e incondicional”, dice el texto del documento.

El pasado miércoles, Reino Unido canceló una reunión de ministros de Exteriores tras el plantón del secretario de Estado estadounidense, aparentemente después de que Kiev planteara esta condición. Una fuente señaló también a Reuters que el aparente nerviosismo por parte de Washington podría indicar que la postura ucraniana no se ajustaba a lo que los representantes estadounidenses habían acordado hasta ahora con la contraparte rusa.

Analistas creen que la Administración Trump parece estar tratando de lograr simultáneamente un alto el fuego total, concluir un acuerdo de paz para poner fin a la guerra y desarrollar las relaciones económicas entre EEUU y Rusia. Esto contrasta con la postura de la Casa Blanca de hace solo unas semanas, que marcaba el alto el fuego total como el primer paso para asegurar un acuerdo de paz, lo mismo que defiende ahora Ucrania. Pero Putin dejó clara su respuesta: el mes pasado rechazó en esencia el cese de las hostilidades propuesto por Washington y puso una serie de condiciones, como el cese del suministro de armas a Kiev. 

Rescatistas ucranianos ayudan a los supervivientes de un bombardeo ruso contra un edificio residencial en Kiev. Rescatistas ucranianos ayudan a los supervivientes de un bombardeo ruso contra un edificio residencial en Kiev.

El Kremlin tampoco ha contestado, de momento, al alto el fuego sobre objetivos civiles que Zelenski ha puesto sobre la mesa esta semana, tras la fugaz tregua de Pascua declarada por Putin en la partida diplomática para ganarse el favor de Trump. La dirección es, más bien, la contraria: en lo que va de abril, la misión de la ONU en Ucrania ha comprobado que al menos 151 civiles han muerto y 697 han resultado heridos, un aumento del 46% en comparación con el mismo período del año anterior.

Trump intenta sacudirse las críticas de quienes aseguran que está reservando las “zanahorias” para Moscú y los “palos” para Kiev. Este jueves, insistió en que ha sido muy duro con Putin, aunque hay pocos indicios de que el líder ruso esté pagando algún precio a medida que dilata las conversaciones. “No saben la presión que estoy ejerciendo sobre Rusia”, dijo a una periodista. Preguntado por eventuales sanciones adicionales contra Moscú, su respuesta, como es habitual, fue vaga: “Preferiría contestar en una semana. Quiero ver si podemos tener un acuerdo”. 

La Administración Trump no dudó a la hora de cortar temporalmente el suministro de armas e información de Inteligencia a Ucrania para forzarla a negociar, mientras que está tomando medidas como el desmantelamiento de iniciativas destinadas a responsabilizar a Rusia y a sus dirigentes de presuntos crímenes de guerra. Según ha trascendido en la prensa estadounidense, varios altos asesores han aconsejado a Trump que sea más escéptico sobre el deseo de Moscú de poner fin a la guerra, un grupo que, de acuerdo con estas informaciones, incluye a Rubio y el enviado para Ucrania, Keith Kellogg, mientras que Witkoff, con el que Trump se alinea, cree que el Kremlin quiere la paz. 

Según el periódico Financial Times, la aparente disposición de EEUU a hacer concesiones importantes a Rusia ha alarmado a los aliados europeos y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, tenía previsto este jueves pedir a la Administración Trump que no obligue a Ucrania a aceptar un acuerdo de paz contra su voluntad. Entretanto, el primer ministro británico, Keir Starmer, insiste en que Kiev debe poder decidir los términos de cualquier solución y asegura que espera que se pueda anunciar un alto el fuego este verano.

Satisfacción rusa con algunos puntos del plan

El reloj sigue corriendo, pero Moscú no da muestras de tener prisa. El Kremlin recibió con satisfacción el brusco giro de la Administración Trump y, desde entonces, ha elogiado su nuevo enfoque. Una frase que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha repetido en varias ocasiones, la última este mismo jueves en la cadena CBS, resume el motivo de su complacencia: “Es el único líder mundial que ha reconocido la necesidad de eliminar las causas fundamentales de esta situación”.

Las “causas fundamentales” son las razones que esgrimió Putin para iniciar la invasión de Ucrania en 2022 y, a su vez, las condiciones de máximos que públicamente ha mantenido el Kremlin para abrirse a negociar la paz. Entre ellas están las demandas territoriales, la neutralidad de Ucrania (que no se una a la OTAN y no haya tropas de paz occidentales en su territorio), su “desmilitarización” (que no tenga Ejército y que no reciba armamento occidental) y su “desnazificación” (la deposición de Zelenski y, a poder ser, la imposición de un Gobierno prorruso).

En una entrevista reciente en Kommersant, Lavrov celebró que Witkoff, en una conversación con el ultra Tucker Carlson, diera por válidos los referéndums que se llevaron a cabo en septiembre de 2022 en las regiones ocupadas. Tal y como publicó Reuters, el propio Witkoff también aconsejó al presidente estadounidense que reconociera la anexión de Crimea, Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia como la vía más rápida para alcanzar la paz.

El Kremlin ha reclamado el control total de estas regiones, incluso de las partes que no domina. En público, su portavoz, Dmitri Peskov, ha vuelto a exigir la retirada de estas zonas. Sin embargo, el Financial Times ha informado de que Putin propuso a Witkoff congelar la línea del frente donde se encuentra actualmente y renunciar a las áreas que todavía no ha podido conquistar, a cambio de concesiones más amplias, como el reconocimiento de la soberanía rusa de Crimea.

Moscú ha preferido no entrar a valorar las filtraciones en la prensa occidental sobre los contornos del plan de paz estadounidense. Aun así, Peskov reconoció que la posición de Trump favorable al reconocimiento de Crimea como parte de Rusia es del agrado de Moscú. “Se corresponde completamente con nuestro entendimiento y con lo que hemos venido diciendo desde hace tiempo”, explicó el portavoz. En 2014, Trump ya aplaudió la anexión rusa de Crimea como un movimiento “muy inteligente”, pero, cuando llegó al poder, su secretario de Estado, Mike Pompeo, se comprometió a mantener la política de no reconocimiento de “territorios confiscados por la fuerza en contravención del derecho internacional”.

El presidente ruso, Vladímir Putin. El presidente ruso, Vladímir Putin.

El Kremlin también asegura estar “satisfecho” con la perspectiva de que la Casa Blanca se incline por no admitir a Ucrania en la OTAN y Lavrov ha pedido un acuerdo “de hierro” para garantizar que Kiev se mantenga lejos de la Alianza Atlántica.

La propuesta estadounidense dice que Ucrania contará con una “sólida garantía de seguridad” y con la participación de países europeos y no europeos como garantes, aunque no ofrece más detalles al respecto. La contraoferta de Kiev plantea que estas garantías provengan incluso de parte de EEUU, con un “acuerdo similar al Artículo 5”, en referencia a la cláusula de defensa mutua de la OTAN y especifica que no habrá límites a las fuerzas ucranianas ni restricciones a “la presencia, el armamento ni las operaciones de fuerzas extranjeras amigas” en el país.

Todo esto choca con las exigencias de Rusia, que además de exigir la “desmilitarización”, se niega al despliegue de tropas de paz extranjeras en Ucrania, algo que ha reiterado esta semana. Sin embargo, parece que los intentos para formar una misión europea se desmoronan: según el Times de Londres, es probable que Reino Unido abandone sus planes de enviar miles de tropas –ya no habría una fuerza terrestre vigilando ciudades clave, puertos y centrales, sino que se centrarían en el rearme del Ejército de Kiev, “con protección aérea y marítima”–.

El borrador norteamericano contempla el levantamiento de sanciones a Rusia, lo que también satisfaría al Kremlin, que ha intentado ya durante las negociaciones con EEUU el alivio de algunas de estas medidas, algo que puso incluso como condición para apoyar un alto el fuego limitado en el mar Negro. Por otro lado, no queda claro que Trump suscriba la exigencia rusa de que Zelenski abandone su cargo. El republicano lo ha llamado antes “dictador” pero, según la NBC, se molestó cuando Putin propuso la destitución del presidente ucraniano y poner en su lugar un Gobierno temporal tutelado internacionalmente.

Tatiana Stanovaya, fundadora del think tank R.Politik, ve posible que Putin acepte la propuesta estadounidense, a pesar de incluir condiciones “inaceptables” a ojos del Kremlin, como “el mantenimiento de un régimen antirruso en Ucrania” y “la ausencia de desmilitarización”. “Aunque no está abandonando realmente sus exigencias maximalistas, su principal incentivo reside en mantener a Trump satisfecho con Rusia y en asegurarse al menos algún beneficio geopolítico de un acuerdo” sobre Ucrania, argumenta en la red social X.

“Los últimos tres meses han demostrado que tener a ‘Trump del lado de Rusia’ proporciona una ventaja geopolítica sustancial. Sin embargo, Putin no ha renunciado a sus objetivos más amplios en Ucrania. Cualquier acuerdo sería una maniobra táctica”, sostiene la experta, quien indica que la exigencia clave ahora “sería que Occidente dejara de suministrar armas a Ucrania, junto con otras estipulaciones para impedir que Kiev reforzara su postura militar durante la pausa”. A su juicio, “este sería un acuerdo muy pobre para Putin en comparación con sus ambiciones en Ucrania, aunque aún peor para Ucrania”.

Bajo la presión de los ultimátums de la Administración Trump, las consultas no se detienen. En una nueva muestra de sintonía, el presidente ruso ha recibido este viernes a Witkoff por cuarta vez en los últimos tres meses mientras saltaba otra noticia: un coche bomba ha matado a un teniente general ruso y alto mando del Estado Mayor ruso cerca de Moscú. La explosión tiene una naturaleza similar a ataques anteriores que Rusia ha atribuido a Ucrania y podría ensombrecer las conversaciones. De momento, del Kremlin sigue emitiendo señales de que el diálogo es fructífero. “Avances”, ha resumido Kirill Dmitriev, uno de los hombres fuertes de Putin en las negociaciones con EEUU.

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