Mara Torres, Elvira Lindo, Carlos Franganillo y Miguel Ríos han sido algunos de los personajes de la cultura y el periodismo que se han movilizado para reivindicar una mayor fortaleza de la Unión Europea en una convocatoria suscrita por 60 organizaciones
Una concentración en Madrid el 11 de de mayo reivindicará “más Europa” frente a los ultranacionalismos e imperialismos
Decenas de banderas de la Unión Europea (UE) han ondeado al viento en esta soleada mañana de domingo en la Plaza de Callao de Madrid.
A partir de las 12.00 horas se han empezado a aglomerar algunos europeístas convocados por las 60 organizaciones de la sociedad civil que han llamado a la movilización. A ellas se han sumado centenares de personas de la cultura, la universidad y la comunicación. En Callao, algunas pancartas propugnaban por una deseada Federación Europea, mientras otra denunciaba la masacre por parte de Israel: “Europa, defiende tus valores. No al genocidio”. Aunque el protagonismo ha recaído sobre las banderas de la Unión, también se han dejado ver otras de España, Palestina y el colectivo LGTBI.
Todos ellos han elegido este 11 de mayo para manifestarse, al igual que ya hicieran en Roma el pasado marzo y se repitiera en Barcelona y Zaragoza el pasado viernes, 9 de mayo, Día de Europa, al igual que este sábado en Bilbao. Todos ellos, también, se han sentido impulsados a salir a la calle para reivindicar a la Unión frente al escenario geopolítico actual, gravemente amenazado por la invasión de Ucrania, la masacre en Palestina y la hostilidad antieuropea de Donald Trump, tal y como ha introducido Mara Torres, periodista en la Cadena Ser.

La también escritora ha añadido que el proyecto común “hoy es cuestionado desde fuera por nuevos autócratas de ultraderecha como Trump, Putin o Netanyahu y, desde dentro, por fuerzas aliadas a ellos para reventar la continuidad del proyecto de integración europea”.
Tal y como ha desarrollado ante la aquiescencia de los presentes, estas fuerzas de ultraderecha “sacuden el espantajo de una inmigración ilegal como peligro cuando es en realidad la garantía de la prosperidad europea, combaten las políticas verdes de la UE cuando son en realidad la garantía de supervivencia del planeta, discuten las políticas de igualdad de género cuando son en realidad la garantía del respeto integral a toda la población y combaten las políticas LGTBI cuando esas políticas son la garantía de la defensa de sus derechos ciudadanos”.
Dos llamamientos para una sola Europa
Las decenas de asociaciones convocantes no lo han hecho bajo un mismo llamamiento, aunque sí con unas líneas maestras compartidas. En una suerte de decálogo para una Europa mejor, las organizaciones han reivindicado que “es el momento de salir a la calle y defender con coraje a Europa y su modelo”. Además, han expresado que “la legitimidad democrática de Europa es incuestionable, a pesar del interés de erosionarla que tengan otros regímenes iliberales”. También han defendido la necesidad de impulsar una mayor integración de la UU que supere los enfoques nacionales.
“La causa de Ucrania es la de Europa y debemos movilizar nuestras capacidades económicas, políticas, diplomáticas e intelectuales en favor de una paz justa y duradera”, recoge el llamamiento, al igual que “los valores de Europa deben ser salvaguardados, y su modelo de democracia social —basado en el Estado de Derecho, las libertades, el bienestar y la convivencia— protegido”.

Entre otras cuestiones, el llamamiento explicita que Europa ha de promover el multilateralismo y un orden internacional basado en reglas y en el respeto a la justicia y a los derechos humanos, así como que es preciso generar un sentido de pertenencia europeo desde la educación y la pedagogía permanente. “Somos Europa. Defendamos a las personas y su diversidad frente a todo tipo de intolerancias y violencias”, concluye el documento.
Sin embargo, las organizaciones más progresistas de entre las convocantes han añadido algunas líneas al manifiesto conjunto. Por ejemplo, que “Europa debe defender los derechos humanos en todo el mundo, apoyando al pueblo palestino frente al genocidio a que está siendo sometido”. También ha sido el caso de la defensa de “nuestros derechos a la sanidad, la educación, las pensiones y el contenido de nuestro Estado de bienestar, con trabajos dignos y bien remunerados”. Por último, han explicitado su oposición a “toda tendencia racista, xenófoba, machista, lgtbifóbica o que niegue el cambio climático”.
Apoyos de la cultura y el periodismo
Andrea Rizzi, periodista de El País, ha sido el primero en tomar la palabra. Durante su intervención, ha recalcado que Europa se enfrenta a una guerra convencional en su flanco oriental, una guerra comercial impulsada por los aranceles de Estados Unidos y “una guerra cognitiva librada desde dentro y fuera” de la propia Unión. El comunicador ha instado a la ciudadanía a actuar, pues “este quizá sea el último tren antes de la noche”, ha enunciado. “Seamos arquitectos humanistas frente a los ingenieros de la división, el odio y la mentira”, ha terminado ante el aplauso de los congregados.
Tras él, el también periodista Juan Fernández Miranda, de El Confidencial, ha recordado que el 72% de los proyectos legislativos aprobados por el Congreso español el año pasado venían orientados y dirigidos desde Bruselas. “Europa no está lejos, somos nosotros. Tenemos que mantener Europa como la referencia moral de la Humanidad. Hace falta más Europa, más proyecto común frente a las amenazas”, ha espetado.
Le ha seguido en el escenario la escritora Elvira Lindo, quien ha cargado contra los nihilistas. “Frente a los que ponen en duda la sinceridad de nuestros valores, la defensa desacomplejada de lo que pensamos; frente al nihilismo y la indiferencia, una solidaridad inquebrantable”, ha continuado antes de leer algunos versos del poema de Jorge Luis Borges ‘Los conjurados’.

María Eugenia Rodríguez Palop, exdiputada en el Parlamento Europeo, ha señalado en calidad de docente universitaria la perplejidad que le supuso vivir el Brexit en primera persona. “Europa merece la pena. Es un gran proyecto que tenemos el deber político y moral de cuidar. Nada, absolutamente nada, está escrito. Nosotras y nosotros escribimos nuestra historia”, ha enfatizado.
Tras ella ha tomado la palabra Paula Jiménez, integrante del Equipo Europa, una de las organizaciones principales que han impulsado esta movilización: “Europa es y tiene que ser la casa de todos”, ha comentado después de remarcar las grandes amenazas a las que se enfrenta la Unión.
Más Europa, no a la guerra
Más tarde ha sido el turno para la secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos, Esther Lynch, que ha subido al escenario acompañada de los secretarios generales de UGT y CC. OO., Pepe Álvarez y Unai Sordo, respectivamente. “Rechazamos la política de la extrema derecha. El miedo, la exclusión y el odio no tienen cabida en el futuro que estamos construyendo”, ha defendido. Además, ha exigido “una Europa más audaz, un proyecto de esperanza construido sobre la solidaridad, la democracia, salarios justos, empleos de calidad y cooperación entre naciones y personas”.
Por último, el presentador de los Informativos en Tele 5, Carlos Franganillo, ha comentado que “más allá de tratados e instituciones, en los momentos más críticos Europa dependerá de sus ciudadanos”. Por eso, ha llamado a una consciencia crítica por parte de la ciudadanía. “Nada está conquistado para siempre”, ha esgrimido en relación a la guerra en las fronteras europeas a raíz de la invasión rusa de Ucrania.
La movilización llegaba a su fin. El sol ya había ganado la mitad del espacio de Callao a la sombra y los congregados sacaban sus móviles al viento cuando Miguel Ríos ha sido recibido entre aplausos. “Solos no somos nada”, ha dicho ante el público que ya entonaba sus gargantas para interpretar el Himno de la Alegría, el himno de la Unión Europea, con Rosa Torres-Pardo al teclado. Por último, Miguel Ríos se ha arrancado con un poema que escribió Luis García Montero contra la guerra de Irak. Una hora después de su inicio, la concentración ha terminado al grito impulsado por el cantante de “¡No a la guerra! ¡No a ninguna guerra! ¡No al genocidio en Gaza!”.