El secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirma que se ha llegado a un acuerdo sobre el que se anunciarán más detalles el lunes
Trump recula y anuncia que EEUU rebajará los aranceles a China al 80% antes de la reunión entre ambos países
Washington valora de forma positiva la reunión de este fin de semana con China para avanzar en la desescalada de la guerra comercial. La Casa Blanca ha anunciado en un comunicado que se ha llegado a un “acuerdo comercial”, aunque sin explicitar los detalles.
Jamieson Greer, el representante de comercio estadounidense, quien también participó en las conversaciones con el viceprimer ministro chino He Lifeng, ha asegurado que se trata de un acuerdo alcanzado “con nuestros socios chinos” y que ayudará a reducir el déficit comercial global de bienes de Estados Unidos que asciende a 1,2 billones de dólares.
“Es importante comprender la rapidez con la que llegamos a un acuerdo, lo cual refleja que quizás las diferencias no eran tan grandes como se pensaba”, ha expuesto Greer en el comunicado.
El encuentro entre China y Estados Unidos se ha producido en medio de la rebaja del tono por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, en las últimas semanas. El mismo Bessent reconoció en su momento que mantener una guerra comercial de estas dimensiones (actualmente se aplican hasta unos aranceles de hasta el 145%) no era sostenible y justo en la víspera de la reunión en Suiza, Trump anuncio que planteaba rebajar los impuestos a las importaciones chinas al 80%.
Aunque el secretario del Tesoro ha dicho que los aranceles recíprocos debían reducirse como parte de la desescalada, no ha ofrecido detalles si habrá recortes o si la cifra de dónde se partirá será el 80% sugerido por Trump esta última semana.
El hermetismo ha imperado las conversaciones, que se han llevado a cabo en la residencia del embajador estadounidense en suiza. La noche del sábado, Trump publicó un post en Truth Social en el que decía: “Muy buena reunión hoy con China en Suiza. Se discutieron muchos temas y se llegó a muchos acuerdos. Un reinicio total negociado de forma amistosa, aunque constructiva. Queremos ver, por el bien tanto de China como de Estados Unidos, una apertura de China a las empresas estadounidenses. ¡Un gran progreso!, escribió. Tampoco dió más detalles sobre tales progresos.
Por su parte, las autoridades chinas se han limitado a certificar que las conversaciones habían empezado y por el momento no ha habido ningún otro comunicado sobre estas.
La idea de abrir el mercado chino a los productos estadounidenses es algo que Trump también remarcó en su planteamiento de rebajar los aranceles al 80%. La cifra sigue siendo significativamente superior a la inicial que planteó el 2 de abril, cuando anunció los aranceles recíprocos. En ese momento la tabla arancelaria escriba un 34%, el cual debía sumarse al 25% que ya estaba en vigor. Aun así, como China no se achantó ante las amenazas de Trump, el presidente aceleró la escalada hasta llegar a la cifra de 145%. Por su parte, Pekín respondió con tarifas recíprocas de hasta el 125% y dejó claro que no pensaba retroceder.
El enzarzamiento entre las dos potencias desató el pánico bursátil y de muchas empresas. De hecho, Trump empezó a recapitular después de reunirse con altos ejecutivos de las grandes superficies del país, como Target, Walmart y Home Depot. Los representantes de las compañías advirtieron al presidente de que los impuestos a las importaciones chinas implicarían un aumento de precio en sus productos.
Trump quiere reducir el déficit comercial que tiene Estados Unidos de 295.000 millones de dólares con Pekín y persuadir a China para que contribuya más al consumo global, un cambio que requeriría reformas internas políticamente delicadas Paralelamente, Trump también ha vinculado las presiones arancelarias a China con la crisis del fentanilo. Los primeros aranceles que firmó después de llegar a la Casa Blanca contra China, los del 25%, ya estaban vinculados justamente a la crisis del fentanilo.