La alianza opositora Bolivia Dice No reclamó este jueves "presión internacional" para garantizar unas elecciones transparentes el domingo en el país, ante el temor de intentos de coacciones a los votantes y de manipulaciones de votos.
Este reclamo fue expuesto ante el jefe de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), Manuel González, para los comicios en Bolivia, por parte de representantes de la alianza opositora, como su candidato a presidente Óscar Ortiz.
El coordinador de campaña de esta agrupación, Vladimir Peña, defendió ante los medios la necesidad de esta presión de la comunidad internacional para "una transmisión de los resultados de forma rápida y transparente".
Peña abogó porque el lunes después de la votación Bolivia sea "un país pacificado y con la tranquilidad de que los resultados puedan transmitir lo que los ciudadanos han dicho en las urnas".
"Hay una sensación de que el Gobierno quiere manipular los resultados", advirtió, por lo que demandó a los observadores que actúen fundamentalmente en áreas rurales, donde el control de la votación y del recuento es menos público que en las urbanas.
La candidata a vicepresidenta por esta alianza, Shirley Franco, por su parte, denunció presiones para que funcionarios estatales hagan fotos del voto con las que justifiquen su apoyo al Gobierno de Evo Morales.
Bolivia Dice No recordó a los observadores encabezados por González, jurista y excanciller de Costa Rica, que la oposición considera ilegal la candidatura de Morales, pese a estar avalada por el órgano electoral del país y el propio secretario general de la OEA, Luis Almagro.
Los opositores denuncian que el presidente concurre a un cuarto mandato consecutivo incumpliendo el límite constitucional de dos y el resultado de un referéndum que le negó la posibilidad de volver a presentarse, aunque el Tribunal Constitucional de Bolivia determinó el derecho a la reelección indefinida y con esta base el órgano electoral autorizó la candidatura.
Los candidatos de Bolivia Dice No criticaron ante esta delegación de los representantes de la OEA, que en total despliega 92 observadores en Bolivia, el "descrédito" que a su juicio tiene el Tribunal Supremo Electoral del país por connivencia con el Gobierno.
El domingo unos 7,3 millones de bolivianos, en el país y en el exterior, están llamados a las urnas para decidir entre la candidatura a la reelección de Morales y las de ocho formaciones opositoras.