La cumbre del clima de las Naciones Unidas COP25 que arranca el lunes en Madrid servirá de puesta de largo de la nueva Comisión Europea (CE) presidida por Ursula von der Leyen, quien quiere convertir la lucha contra el cambio climático en una de las grandes prioridades de su mandato.
La alemana, que se estrenará en el cargo pronunciando un discurso en la primera jornada de la COP25, ha anunciado que presentará un "Pacto Verde Europeo" tras sus primeros cien días al frente del Ejecutivo comunitario, aunque se espera que un primer borrador trascienda el 11 de diciembre.
Este contendrá una propuesta legislativa para blindar el objetivo de que la Unión Europea alcance la "neutralidad climática" en 2050, fórmula con la que Von der Leyen quiere rematar un objetivo que se le resistió a su predecesor, Jean-Claude Juncker, quien no ha logrado la unanimidad de los 28 Estados miembros de la Unión Europea (UE).
El luxemburgués se topó en junio con la oposición frontal de Estonia, Hungría, Polonia y Chequia y, pese a que desde entonces la "resistencia" climática ha caído a sólo tres capitales, después de que Estonia se sumara al consenso tras la nominación de la estonia Kadri Simson como futura comisaria europea de Energía, los otros tres Estados se mantienen firmes en el bloqueo.
La nueva Comisión ha anunciado también que convertirá el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en un banco para el clima que a partir de 2021 dejará de financiar inversiones en combustibles fósiles -con algunas excepciones en lo que respecta al gas- y que, a partir de 2025, dedicará el 50 % de sus fondos a inversiones climáticas.
En paralelo, Bruselas creará un Fondo para la Transición Justa para apoyar a las regiones carboneras y buscará ampliar al transporte marítimo el sistema de comercio de emisiones de CO2 (ETS), que actualmente se aplica a al industria y, transitoriamente, a la aviación.
PLANES NACIONALES
En la recta final del año, los Estados miembros de la Unión Europea deben presentar las versiones finales de sus planes nacionales de energía y clima (PNEC), la hoja de ruta para la transición energética entre 2021 y 2030, con las mejoras que la Comisión Europea propuso al recibir los borradores el pasado semestre.
Bruselas dijo entonces que el conjunto de esos programas se queda corto y señaló que sólo cinco países (España, Dinamarca, Estonia, Lituania y Portugal) aportaron a ese esfuerzo colectivo contribuciones "significativamente más altas" que el conjunto de los Veintiocho.
Actualmente, la UE tiene fijado como objetivo vinculante reducir los gases de efecto invernadero la menos en un 40 % para 2030 respecto a los niveles de 1990, aunque numerosos Estados miembros reclaman que se eleve esa cota hasta el 50 o 55 %, mientras que la industria recela de cambios bruscos.
La Comisión, que entiende que hay "margen de mejora", subrayó al analizar los borradores que falta ambición, en particular, en materia de energías renovables y eficiencia energética.
EUROCÁMARA
El Parlamento Europeo, con mayor representación ecologista desde las elecciones del pasado 26 de mayo y tradicionalmente más ambicioso que los Estados miembros en materia medioambiental, acaba de aprobar una resolución simbólica en la que declara la "emergencia climática" y exhorta a la UE a actuar en consecuencia.
En el debate parlamentario, el vicepresidente de la Comisión Europea para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, dejó claro que Europa se enfrenta a una "crisis existencial" en materia medioambiental y defendió que es actuar para revertir el cambio climático es "responsabilidad colectiva".
"Cuanto más tardemos en abrazar el potencial de esta transición, más daño haremos a nuestra industria y el potencial para el empleo de la nueva economía", aseguró Timmermans el lunes en la Eurocámara.
ORGANIZACIONES ECOLOGISTAS
En Bruselas, capital política de la UE donde tienen su sede europea las grandes organizaciones medioambientalistas, las ONGs también han lanzado sus menajes de alerta de cara a la COP25.
El director para Europa de la Red de Acción Climática (CAN, por sus siglas en inglés), Wendel Trio, sostiene que "el 2020 necesita ser un gran punto de inflexión histórico en el que los Gobiernos adopten compromisos mucho más fuertes para 2030 e inicien inmediatamente drásticos cortes de emisiones".
Desde WWF, organización que aboga por que la UE alcance las neutralidad climática ya en 2040, alertan de que con la senda actual no se cumplirá el Acuerdo de París, que tiene como objetivo evitar un aumento de las temperaturas a final de siglo superior a 2 grados centígrados y luchar por mantenerlo en 1,5 grados.
"Tenemos que cerrar la brecha (...). Estamos en una senda para 3 ó 3,2 grados" y la cumbre debe de ser el "trampolín para ver mucha más ambición de las partes en los próximos meses", comentó a Efe la responsable de WWF para la Política Energética y Climática en Europa, Imke Luebbeke.
Similares mensajes de urgencia lanza Greenpeace, que señala que "mientras los líderes políticos globales estén en la conferencia de Madrid, los ojos se volverán hacia Bruselas".
"Se nos está quemando la casa (...). Si la UE escuchara a los científicos de la ONU y actuara ahora drásticamente para reducir las emisiones en 2030, podríamos evitar las consecuencias más severas para nuestro planeta", señaló a propósito de la COP25 el asesor en política climática de Greenpeace Sebastian Mang.