Estados Unidos avisó este miércoles a Corea del Norte de que habrá consecuencias si cumple con sus amenazas y lleva a cabo un gran ensayo de armas, pero a la vez insistió en que la puerta del diálogo sigue abierta y le ofreció flexibilidad para tratar de desatascar el proceso.

En medio del actual aumento de la tensión, EE.UU. dejó claro que su prioridad sigue siendo mantener con vida las negociaciones con Corea del Norte y que está dispuesto a dar pasos si ve un compromiso claro del otro lado.

"Estamos preparados para ser flexibles en nuestro enfoque y reconocemos la necesidad de un acuerdo equilibrado que dé respuesta a las preocupaciones de todas las partes, pero no podemos hacer esto solos", dijo la embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Craft, en una reunión del Consejo de Seguridad.

La cita, convocada por EE.UU., se produjo tras los últimos ensayos armamentísticos norcoreanos, incluida la prueba el pasado fin de semana de un motor para misiles, y ante las crecientes dudas sobre el futuro diálogo.

El pasado sábado, Corea del Norte anunció que ha retirado de la agenda de esas conversaciones la desnuclearización, el objetivo principal que persigue Washington.

Por ahora, el Gobierno de Donald Trump ha respondido con mucha calma ante ese mensaje, prácticamente ignorándolo y confiando en que sea solo retórica.

"SEÑALES PROFUNDAMENTE PREOCUPANTES"

Craft mantuvo este miércoles esa línea, pero reconoció que llegan de Corea del Norte "señales profundamente preocupantes".

"Corea del Norte ha lanzado más de dos docenas de misiles balísticos este año. Estas pruebas de misiles balísticos, sin importar su alcance, minan la seguridad y la estabilidad regional y son claras violaciones de las resoluciones del Consejo de Seguridad", subrayó.

Según Craft, estas acciones norcoreanas pueden terminar por "cerrar la puerta" a la actual oportunidad para avanzar a través de las negociaciones, que por ahora han dejado dos históricos encuentros entre los líderes de los dos países pero pocos avances concretos.

EL "REGALO DE NAVIDAD" NORCOREANO

Pionyang ha insistido recientemente en que se está agotando el plazo que dio hasta fin de año a EE.UU. para proponer ofertas alternativas que desbloqueen el diálogo y ha insinuado que podría volver a probar armas nucleares y misiles de largo alcance.

"Depende totalmente de EE.UU. el tipo de regalo de Navidad que elegirá recibir", señaló a principios de mes el vicecanciller norcoreano, Ri Thae-song.

Craft señaló ante el Consejo que esos mensajes apuntan a "serias provocaciones" como sería el lanzamiento de algún dispositivo al espacio usando tecnología de misiles balísticos de largo alcance o incluso la prueba de un proyectil intercontinental diseñado para alcanzar el territorio estadounidense con armas nucleares.

La embajadora dejó claro que EE.UU. no acepta ningún plazo límite y advirtió de que un ensayo de este tipo será "contraproducente".

"Esperamos no encontrarnos ante un punto de inflexión en el futuro cercano", dijo Craft, que confió en que Corea del Norte deje la "hostilidad y las amenazas" y abrace el diálogo.

Si los hechos no van en esa línea, recalcó, "todos en el Consejo de Seguridad debemos estar preparados para actuar".

FISURAS EN EL CONSEJO DE SEGURIDAD

El debate de este miércoles, sin embargo, mostró las fisuras que existen en el seno del Consejo, que en los últimos años se ha unido en varias ocasiones para aprobar sanciones y aumentar la presión contra Pionyang para que abandone su programa nuclear.

De un lado, los países europeos insistieron en la reunión en que es necesario ser firmes con Corea del Norte para que acepte negociar la desnuclearización, mientras que del otro potencias como China y, sobre todo, Rusia, creen que Estados Unidos tiene que hacer más.

El representante ruso, Vasili Nebenzia, dijo en ese sentido que no se puede esperar que Pionyang dé pasos únicamente con base a promesas y defendió que EE.UU. y el Consejo de Seguridad deben dar pasos, incluida la reducción de sanciones, para fomentar la confianza.

Mario Villar