La Comisión Europea (CE) planteará este miércoles utilizar financiación de distintos fondos europeos para ayudar a los Estados miembros a paliar las consecuencias más duras que podría tener un "brexit" sin acuerdo, incluyendo del programa destinado a responder a desastres naturales en la UE.
Así lo propondrá el Ejecutivo comunitario en su sexta comunicación de preparación para el "brexit", a la que ha tenido acceso Efe, que será publicada este miércoles y que sigue considerando la ruptura sin acuerdo como un "resultado posible" a la luz de la "situación política nacional" en el Reino Unido.
Así, la Comisión planteará "extender el alcance del Fondo Europeo de Solidaridad para cubrir la grave carga financiera que puede infligirse a los Estados miembros en un escenario de no acuerdo, sujeto a ciertas condiciones".
El Fondo Europeo de Solidaridad fue creado en el año 2002 en respuesta a las inundaciones en Europa Central ese verano y se emplea para apoyar a Estados miembros afectados por catástrofes naturales como sequías, terremotos, incendios forestales o grandes tormentas.
España ha recibido financiación de este fondo tras desastres como el del petrolero "Prestige" (2003) o el terremoto en Lorca (2011).
La Comisión propone también "asegurar que el Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización está disponible para trabajadores y autónomos que pierdan su empleo" debido a la salida británica sin acuerdo.
Este fondo presta apoyo a los trabajadores que pierden su empleo a causa de los grandes cambios estructurales en las pautas del comercio mundial, a raíz de prácticas más comunes por la globalización, como la deslocalización de la producción fuera de la UE, o por la crisis económica.
Además, en caso del sector agrícola, la totalidad de los instrumentos de apoyo a los mercados y de apoyo directo a los agricultores se liberarán para "mitigar el peor impacto" de un divorcio duro.
La Comisión recuerda que, en el caso de un "brexit" sin acuerdo, que el primer ministro británico, Boris Johnson, ha prometido para el próximo 31 de octubre si no se logra antes un pacto con la UE, el Reino Unido se convertirá automáticamente en un tercer país y toda la legislación europea dejará de aplicarse allí, con la consecuente disrupción para ciudadanos y empresas.
"Toda compañía que comercie con el Reino Unido, tanto en bienes como en servicios, se verá afectada por un escenario de no acuerdo", señala el Ejecutivo comunitario, que hoy también publicará una lista de comprobaciones que invita a las empresas a examinar cuidadosamente para prepararse para la salida abrupta del Reino Unido.